No estaban muertos

Griezmann volvió a la titularidad con uno de los mejores goles de la Liga

Dídac Peyret

Dídac Peyret

Puestos a rendirse el partido en La Cerámica parecía el día y el lugar más propicio. El encuentro llegó con el ruido de fondo de la polémica victoria del Madrid en San Mamés. Y enfrente estaba uno de los equipos más pletóricos del campeonato. 

El Barça llegó al encuentro a siete puntos del líder. Setién alineó un equipo treintañero sin Riqui ni Ansu. El calor invitaba a correr lo justo. Y LaLiga se presentaba tan cuesta arriba que no era descabellado pensar en bajar los brazos.

Pero no fue así. El Barça se recompuso con el mejor Griezmann y jugó su partido más brillante hasta ahora en la nueva normalidad. En este final de Liga a puerta cerrada y un protagonismo desmedido del VAR. Una herramienta que en las últimas semanas ha sido clave en los resultados del Madrid. 

Un sistema que tenía que hacer más justo el fútbol y rebajar la moviola. Una innovación que ha fracasado estrepitosamente en al menos uno de sus grandes objetivos, porque la polémica arbitral sigue donde estaba. En las casas, los bares y los medios de comunicación de todo el país.

Sobre todo en Barcelona, donde el culé pone el grito en el cielo mientras el Madrid acumula penaltis a favor que convierte puntualmente Sergio Ramos. También hay el mismo sentir en la plantilla azulgrana, donde Piqué ya anunció que esperaba algo así. El central fue titular ante el Villarreal en un Barça muy mejorado al que le sentó muy bien el 4-3-1-2.

El mejor sistema para Griezmann

Griezmann pareció otro, jugando por dentro. Por detrás de Suárez. Con Messi como enganche. Un Barça sin extremos, con Alba y Semedo abriendo el campo. Y con dos puntas. Un dibujó que conectó al tridente. Un contexto mucho más apropiado para ver al mejor Griezmann con la camiseta del Barça. 

El francés fue protagonista con su desmarque en el autogol de Pau Torres, primero. Y luego en el tercer tanto del Barça con un detalle de artista. Con un toque delicadíssimo tras un caramelo de Messi.

Una vaselina al primer toque que Asenjo solo pudo seguir con la mirada. Antes, Suárez había desecho el empate con un disparo formidable. También de primeras con una rosca asombrosa. Una ‘fineza’ en un jugador de hormigón. 

El tridente contó con la contribución de un Jordi Alba preciso y un Sergi Roberto que jugó uno de sus mejores encuentros esta temporada. Jugando como interior durante sesenta minutos rompió líneas a base de conducciones potentes. Y su habitual inteligencia para el juego asociativo.

Con el paso de los minutos el encuentro se fue asentando en una fase más tibia. De gestión de esfuerzos. En la que el Villarreal veía muy lejos el empate (3-1). Y el Barça no tenía urgencias por ampliar el marcador en esta Liga exprés. Intervino Setién dando entrada a Rakitic y Riqui Puig, que volvió a dejar buenas sensaciones. Cada vez más asentado en el primer equipo. 

La actuación del once de ayer de los titulares complica las opciones de que sea titular en los próximos compromisos. Pero la mejor noticia es que se está consolidando en la rotación. También brilló Ansu, que completó la goleada. 

El día menos pensado el Barça hizo su mejor partido ante el equipo más en forma del campeonato. El mismo que había sumado 16 de los 18 puntos posibles. Parecía muerto el Barça, pero se rebeló a un final prematuro. Esta vez sí saco el amor propio de un campeón. A falta de cuatro jornadas, con VAR, o sin él, de momento hay Liga.