Neymar y la larga sombra que puede dejar en el vestuario

Operación Neymar: entra Rakitic, Dembelé cedido y 125 millones

El Barça incluye a Rakitic en una nueva propuesta del conjunto azulgrana al PSG / sport

Sergi Capdevila

Sergi Capdevila

A pesar de no estar descartado 100%, lo cierto es que la firma de Neymar como nuevo futbolista del Barça antes del lunes a las 23:59 se antoja muy complicada. Y, en caso de no terminar aterrizando el brasileño, puede generarse un clima bastante insano en el seno de la plantilla.

Imagínese que está usted cumpliendo religiosamente con las tareas encomendadas en su trabajo. Todo lo que le piden sus superiores lo lleva a cabo con gran rigurosidad y precisión y no solo eso, sino que a menudo da incluso más de lo que se espera o exige. Y a pesar de todo ello, de su buen hacer, resulta que la empresa quiere prescindir de usted. Lo ve como una buena moneda de cambio para sustituirle por alguien más joven, más mediático, puede que más talentoso, pero menos profesional y que lleva consigo un saco detrás que puede ser perjudicial a la larga. Pues bien, seguramente así es como se sienta Ivan Rakitic. A escasas 40 horas para que cierre el mercado, el balcánico sigue estando en todas las quinielas para abandonar la entidad, pero ya por puros plazos, por el poco margen que hay por delante, parece muy poco probable que termine saliendo.

DEMBÉLÉ, ENROCADO Y EN UNA SITUACIÓN DELICADA

Sería otro bien distinto el caso de Ousmane Dembélé. El galo empezó la pretemporada con buenas intenciones después de dos cursos con más sombras que luces, pero la primera lesión importante llegó demasiado pronto como para que le hubiera dado tiempo de cambiar la opinión pública. Poco después de sufrirla, todos los ojos se postraron sobre él como pieza indispensable para que Neymar aterrizara de nuevo en Barcelona en esta operación titánica y dantesca que empezó ya ni sabemos cuándo y que tiene visos de no terminar. Por lo menos en este verano de 2019.

No está la puerta cerrada 100%, pero lo cierto es que, en caso de no llegar a buen puerto, el ambiente que se quedará en el vestuario será de lo más enrarecido de los últimos tiempos. Un futbolista, Dembélé, especialmente señalado por no haber puesto ninguna facilidad y haberse cerrado en banda para salir cedido rumbo a París y dejar el vacío salarial y deportivo necesario para que Neymar regresara a un vestuario en el que los pesos pesados abogaban descaradamente por su vuelta.

RAKITIC, ETERNO TRANSFERIBLE

Lo de Rakitic es diferente. El croata siempre ha cumplido, siempre. A nivel deportivo poco o nada se le puede reprochar, pero no ha podido evitar estar los últimos tiempos en la rampa de salida o en boca de casi todos para hacer caja. Seguramente ese buen hacer del que hablábamos ha sido precisamente el que ha provocado que los dirigentes (muy a pesar de Valverde, que ayer en rueda de prensa ya dio muestras de claro hastío sobre este asunto) lo hayan visto como un pedazo de carne de lo más apetitoso para los ávidos restaurantes gourmets europeos (sobre todo PSG). De quedarse finalmente en can Barça, su estado anímico no será evidentemente el mejor.

Luego hay otros agentes implicados. Rafinha, sin ir más lejos, debe tener el ‘tarro’ como un bombo. De tener pie y medio fuera a ser titular y pieza importante en el esquema de Valverde pero sin sacarse de encima esa sensación de poder salir en cualquier momento. Total, que entre las lesiones (Suárez, Messi o el propio Dembélé), los dos pinchazos y todo el ‘affaire’ Neymar, el reguero de mal rollo y de sensaciones negativas que se está creando dista mucho de lo que debería ser un arranque de temporada en un gigante como el FC Barcelona. Las aguas bajan revueltas y, para bien o para mal, tras el parón de selecciones deberían comenzar a sanearse. Al menos, Valverde sabrá 100% con quién puede contar y con quién no. Y suerte de algún brote verde como Ansu...