Un mundo de distancia con el Madrid

El doblete de Messi que le acerca a la Bota de Oro

El doblete de Messi que le acerca a la Bota de Oro / LALIGA

Dídac Peyret

Dídac Peyret

El Barça cerró ayer una Liga excelente con un dato histórico, demoledor: los 19 puntos de diferencia con el Real Madrid. Una cifra insólita, inédita, porque es la mayor diferencia de la historia entre ambos equipos a favor del Barça. Y que sorprende porque a los dos grandes del fútbol español se le presupone una igualdad que, a lo largo de los años, ha ido alimentando su rivalidad.

No ha sido así y la distancia refleja una tendencia: el dominio de los azulgranas (suman ocho de las últimas 11 ligas) y el desinterés, cada vez más indisimulado de los blancos, en la competición. El fracaso del Madrid en la Champions y la Copa, junto al desastre liguero con el tristísimo final ayer en el Bernabéu ante el Betis (0-2), muestran a un equipo en plena crisis. También con Zidane que, contra pronóstico, termina la temporada con un desgaste insospechado hace apenas dos meses. 

El francés no solo no ha logrado ser un revulsivo, sino que el equipo ha acelerado su caída libre. Un alivio para el Barça, que sigue tratando de superar el luto de la Champions, aunque no termina de lograrlo como quedó ayer demostrado ante el Eibar. Viendo al equipo, la sensación es que mentalmente la temporada terminó para los jugadores en Anfield. Hay algo en el lenguaje corporal de los futbolistas que deja entrever que la final de Copa se vive más como un peaje inevitable que como una oportunidad de redención. Como si no hubiera consolación posible, al menos esta temporada, de lo ocurrido en la Champions. 

El reto de Valverde

“La idea era mantenernos activos y aprovechar el partido, pero el del sábado será diferente, primero porque son equipos distintos y después porque tanto ellos como nosotros nos jugábamos poco”. A cinco días para la final en Sevilla ante el Valencia, Valverde insiste con el mismo concepto: activar a los jugadores.

Ayer con una alineación que se parecerá mucho a la que se juegue el doblete y que obliga al técnico a tener que poner una delantera experimental. Con un Malcom apagado y un Sergi Roberto discreto jugando en la banda derecha. Un once que logró el empate en Ipurua porque apareció Messi, quién si no, para marcar las diferencias con dos goles.  Y en esa reacción del argentino, melancólico desde la herida de Anfield, se aferra el Barça. Si el ‘10’ recupera el ánimo, el Valencia se medirá el sábado al equipo que ha dejado al Madrid a 19 puntos.