Historia SPORT

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Müller: de socio de Lewandowski a villano del Barça

Thomas fue durante ocho años el mejor aliado de Lewandowski: participaron en 80 goles en común, el doble que con cualquier otro jugador

El germano y su sonrisa encarnan la imagen de las últimas humillaciones sufridas por el Barça a manos del Bayern

Lewandowski y Muller, el romanticismo de ganar el título

Lewandowski y Muller, el romanticismo de ganar el título / Perform

Sergi Capdevila

Sergi Capdevila

Durante ocho largas y exitosas temporadas, Thomas Müller y Robert Lewandowski formaron un tándem letal. Una especie de ‘extraña pareja’. El germano, desgarbado y de apariencia un tanto descoordinada, trabajador incansable. El polaco, un depredador del área insaciable. Esbelto, buena planta y con mucha clase en los metros finales.

Quien se nutrió principalmente de los frutos de esa pareja fue, como es lógico, el club, el Bayern. Les moldearon grandes maestros de los banquillos. Pep Guardiola, Ancelotti, Heynckes, Kovac, Flick y Nagelsmann. Sobre el césped se entendían a las mil maravillas. Había una complicidad especial. Propia, cómo no, de esa estirpe de futbolistas que viven por y para el fútbol y que por mucho ganen títulos siempre quieren más y más.

Echando un vistazo a sus datos, vemos que coincidieron en el campo 332 partidos. 23.822 minutos. Al lado de nadie ha jugado tantos partidos Robert. En segunda posición está Manuel Neuer (296) y en tercera, Joshua Kimmich (272). Eso en cuanto a partidos porque si hablamos de minutos sí es con el guardameta titular de la selección germana con quien más ha coincidido sobre el verde (25.133’).

80 GOLES EN COMÚN

Aún más descarado es el tema de los goles. Hasta en 80 tantos hubo participación común. Es decir, que se asistieron y marcaron hasta en 80 ocasiones. El segundo en la lista histórica de Lewy es Joshua Kimmich con 33. Para entender la enorme magnitud e impacto de uno sobre el otro.

El caso es que ocho años después, Thomas Müller pasará de ser el principal asociado del ‘bufete’ Lewandowski a ser el villano. El atacante alemán encarna, de alguna forma, la imagen de las últimas humillaciones sufridas por el Barça a manos del Bayern.

Esa sonrisa sempiterna, entre burlesca y picarona. Algún comentario jocoso después de ‘pisotear’ (futbolísticamente hablando) a un Barça al que han maniatado a su antojo. Esta vez es el propio Robert, ese socio indispensable los últimos años, el que debe ayudar a recuperar el orgullo y la dignidad al Barça en Munich.