Historia SPORT

Historia SPORT

"Es el mejor equipo del mundo, Carlos"

Michael Robinson, la voz que revolucionó el fútbol

Michael Robinson, la voz que revolucionó el fútbol  / sport

Toni Juanmartí

Toni Juanmartí

"El Barça es el mejor equipo de fútbol que he visto en mi vida. Decir esto no me hace culé. Yo soy del Liverpool. Pero estamos ante un equipo que está creando una revolución hasta en la fisonomía de los futbolistas. Ahora ya no va de músculo, va de talento. Y estos tipos tienen mucho", decía Michael Robinson a Andreu Buenafuente en 2010.

Robinson no era del Barça; se hizo del Barça. Fue la llegada de Pep Guardiola al banquillo culé la que virtió el tono blaugrana a un corazón en el que hasta 2008 convivían el 'red' del Liverpool y el 'rojillo' de Osasuna -Michael necesitó varias semanas hasta descubrir que la ciudad se llamaba Pamplona y no Osasuna-. Por aquel entonces, el inglés todavía cometía algún que otro error al escoger entre un artículo masculino o femenino. Del fallido aprendizaje de los pronombres es mejor ni hablar. "He conseguido no dominar ninguno de los dos idiomas", admitía entre risas.

Instalado en Madrid desde principios de los 90, el exjugador inglés se declaró abiertamente enamorado del 'tiki-taka' de los Puyol, Alves, Xavi, Iniesta, Messi y compañía. Su admiración por aquel Barça le llevó incluso a ser acusado de imparcial, tendencioso y hasta antimadridista. A otros les costó mucho más, pero Robinson se desmarcó de las blancas arenas movedizas centrándose en lo que veía por delante del 'qué diran'. Desde el primer día.

En mayo de 2009, con la Liga en juego en el Santiago Bernabéu, Michael dejó una de sus frases más célebres. Lo hizo como a él le gustaba, colándose entre los fugaces silencios que dejaba Carlos Martínez al narrar los goles. Aquella tarde fueron ocho; dos del Madrid y seis del Barça, que dejaría la Liga sentenciada. Con el 2-5 de Messi, a Robinson le salió del alma una proclamación: "Es el mejor equipo del mundo", dijo". Aquella afirmación fue el principio de un sinfin de hostilidades por parte del madridismo. A diferencia de Michael, muchos no eran todavía conscientes de que aquello era el inicio de una incuestionable hegemonía culé.

Robinson reivindicaba el modelo Barça al mismo ritmo que Messi empezaba a escribir su historia. En 2010, en La Romareda, Leo firmó uno de los mejores goles de su carrera. Alucinado, el comentarista inglés repitió varias veces "¡No me lo creo, no me lo creo!". Su marcado acento británico multiplicaba la popularidad de sus espontáneos incisos. A Michael se le acababan los adjetivos para definir a Leo. "Messi está muy por encima de cualquier otro futbolista que yo haya visto. Es incluso mejor que Maradona. Diego tuvo tres temporadas magníficas. Hizo campeón al Nápoles y también a Argentina, pero Leo Messi lo hace todas las temporadas desde su debut. Cristiano Ronaldo tiene mala suerte de vivir en una etapa en la que reina Messi. Estamos ante algo único", reflexionaba el inglés en una entrevista en 2013.

El difunto comentarista era tajante en sus afirmaciones. Lo demuestra su inolvidable crítica a Joris Mathijsen, central poco ágil que jugó un año en el Málaga. "He visto a barcos girar más rápido". Sin duda alguna, al británco le encantaban las comparaciones. "Está más quemado que la moto de un hippie", soltaba para referirse a un jugador cansado.

Robinson huía de fanatismos y optaba en muchas ocasiones por una mirada filosófica. En ese ámbito, por cierto, también se desenvolvía de maravilla, tal como demostró en 'La Ventana', de la Cadena SER, donde anunció al mundo que padecía cáncer.

Cuando era debido, también mostraba un gran sentido del humor. "¿Mi profesión? Entre jeta y comunicador", bromeaba a El Mundo en 2015. En la misma, el británico revelaba su lugar predilecto de España. "Cádiz es un lugar que no existe. Cuando todo el mundo está preocupado por el capitalismo, estos están con una cervecita y unas gambitas viviendo la vida".

Michael no se casaba con nadie, y fue su sinceridad la que le valió el respeto de todos. Algunos, eso sí, solo lo pusieron en valor cuando el inglés evidenció, como él decía, que no era aficionado culé, sino del buen fútbol. Cuando el Barça bajó el nivel, el inglés atizó sin tapujos al cuadro catalán. En sus últimos años de vida, Robinson dejó varios análisis muy críticos con el conjunto azulgrana, tanto en lo deportivo como en lo extradeportivo. Muy recordado es su dardo envenenado a Ter Stegen tras un error con los pies del meta en Vigo. "Ter Stegen se cree Garrincha", espetó.

Agridulces caprichos del destino, el último partido que pudo comentar Michael fue el Liverpool-Atlético de la presente edición de la Liga de Campeones. El inglés se despidió en su querido Anfield, pero no con el resultado que deseaba. Con un modelo de fútbol opuesto al que él amaba, los de Simeone dejaron en la cuneta a los de Klopp. Para muchos, algo injusto. Tanto como que el maldito cáncer se haya llevado a Robinson, un hombre con puro acento futbolístico.