Los motivos por los que la directiva ha perdido la confianza en Valverde

Valverde: "Siempre hay una inestabilidad permanente cuando pierdes"

Valverde: "Siempre hay una inestabilidad permanente cuando pierdes" / @rfef

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

El runrún viene de lejos y su intensidad se ha modulado al ritmo que marcan los resultados del Barça y las sensaciones que ofrece el equipo. Después de Roma el ruido alcanzó un volumen preocupante, pero no tanto como después de caer en Liverpool. Cada episodio ha erosionado un poco más la confianza del Barça en Valverde hasta el punto de, en este momento, haber llegado a la conclusión de que sus días en el Camp Nou están contados. 

La única duda hoy es saber si resistirá hasta acabar la temporada o se despedirá de su etapa como blaugrana de forma abrupta. Que pase una u otra cosa no depende tanto de los resultados en las próximas semanas como de la alternativa que tenga el club para el Txingurri. Si el Barça es capaz de encontrar un entrenador de garantías que genere ilusión y al que vean con capacidad de sobras para enderezar el rumbo, Valverde será relevado de su cargo. En caso contrario, se despedirá el 30 de junio. 

Mantener a un entrenador en precario no es la solución idónea para el club, pero tampoco acaba de gustar en las oficinas cambiar a media temporada. No ha sido, históricamente, el estilo de gestión practicado en el Barça. Mucho menos en los últimos tiempos. Pese a todo, si hay recambio, habrá relevo. El runrún que viene de lejos se ha hecho ensordecedor durante los últimos días, incluso horas, y la directiva, liderada por Josep Maria Bartomeu, asegura tener argumentos de peso para tomar la decisión.

Por un lado, existe el temor de que el equipo entre en una dinámica negativa y que los brotes verdes mostrados por el equipo a cuentagotas sean cada vez menos frecuentes. El club tiene miedo de que la tendencia que se intuye acabe confirmándose y los blaugrana acaben la temporada en blanco, sin ser capaces de conquistar ningún título. Bartomeu entiende que su deber es intervenir antes de que eso suceda.

Además, desde el club se exponen razones de fondo que han obligado a tomar cartas en el asunto. Una de ellas es la condescendencia que muestra Ernesto Valverde hacia su plantilla. Desde los despachos creen que la capacidad de lideraje del técnico es inexistente y que quienes mandan en realidad en el vestuario son los jugadores. El Barça asume que, en este apartado, no toda la culpa es del entrenador y que el club, en ciertos momentos, también ha ayudado a que la plantilla acabe ejerciendo mucho más poder del que debería tener.

Tampoco acaba de convencer la apuesta deportiva del Txingurri. Lo que al principio se leyó como una declaración de intenciones por su parte, agitando a la plantilla y realizando cambios constantes en busca del mejor once posible, ahora se interpreta como la ausencia de proyecto. Demasiados futbolistas han sufrido los cambios de criterio de Valverde desde que arrancó la temporada. Los ejemplos de Aleñá y Rakitic son meridianos. Además, también han perdido la fe en su capacidad para leer los partidos, antes y durante los mismos.

La directiva del Barça ha traspasado esa línea que separa las dudas de la certeza. Si antes Valverde generaba dudas, ahora existe la certeza absoluta de que ha llegado el momento de mover el banquillo.