El Mosquito ya es una avispa: Dembélé evita la pena máxima

Dembélé se está rebelando como un jugador capaz de marcar diferencias en momentos de dificultad

Los penaltis volvieron a ser una cruz, pero el equipo azulgrana reaccionó en la prórroga

El 'picotazo' de Dembélé al Cornellà que desatascó el partido

El 'picotazo' de Dembélé al Cornellà que desatascó el partido / RFEF

Dídac Peyret

Dídac Peyret

No hace tanto costaba imaginarse este Dembélé. Y no precisamente por su fútbol. El potencial ya estaba ahí, su talento, aunque a veces enigmático, también. Pero está siendo su mentalidad, a menudo bajo sospecha, la que está marcando diferencias.

El francés se está destapando como un futbolista capaz de rebelarse contra la adversidad. Dembélé está marcando diferencias cuando las cosas se complican.

También como alguien capaz de sobreponerse a sus errores. El francés falló un penalti. También una ocasión clarísima tras un recorte marca de la casa. Pero a la tercera marcó un golazo espléndido con un derechazo que dobló las manos de Ramón Juan, el héroe del Cornellà. Un disparo violentísimo que Ousmane celebró con los puños apretados.

El francés evitó la pena máxima del Barça en la prórroga y fastidió una noche para el recuerdo del portero local. Fue un partido marcado por los penaltis y las ocasiones torcidas. 

La cruz de los penaltis

En una temporada con inconvenientes de todo tipo nadie reparó en los penaltis. Después de todo Messi aseguraba un porcentaje alto de acierto y uno no empieza ninguna temporada pensando en la tanda de penaltis. 

Tampoco este Barça de Koeman que, además, si una cosa no tiene, es flor. Hasta ahora cuando algo va mal, si era susceptible de empeorar, acostumbra a ir a peor. No fue así esta vez pero la cosa se solucionó por los pelos

Está jugando el Barça con fuego. También en Cornellà, en un partido en el alambre. Hasta ahora los azulgrana han marcado 12 de los 17 penaltis que han lanzado este curso. Los últimos cuatro, fallados.

Dembélé decide la Copa

Dembélé decide la Copa / EFE

Una cruz para el Barça. Messi, Braithwaite, Pjanic y Dembélé han sido los últimos que han sufrido desde los once metros. Los dos últimos ante el Cornellá, en un partido muy copero.

Clásico con este formato a un solo partido y en un campo de césped artificial. Con más intensidad que fútbol. Con más emoción que orden.

Un partido jugado por el Barça con seriedad pero muy errático en el área. Incapaz de afinar en los últimos metros. Con el punto de mira muy desviado en jugadores como Griezmann o Braithwaite, que tuvieron ocasiones para adelantar al Barça.

El francés venía de marcar dos goles en la final de la Supercopa, pero esta vez se quedó a medias. Griezmann no está logrando la regularidad de sus días en el Atlético. 

Combina encuentros brillantes con otros donde parece golpearse con un muro. Koeman necesitó reparar en sus mejores jugadores para terminar decantado el partido

Ilaix y Riqui, protagonistas

Fueron titulares Ilaix y Riqui Puig, pero ninguno terminó el encuentro. El primero demostró atrevimiento y condiciones, en un partido muy disputado por el Cornellà.

El caso de Riqui resultó más sorprendente. Empezó siendo el timón del Barça, pero se fue apagando y ya no salió del vestuario en la segunda parte.

Algo no debió gustarle a Koeman, que dio a entrada a Dembélé y ordenó al Barça con un doble pivote. El francés empezó en un segundo plano pero cuando puso una marcha más descosió al Cornellá.

Falló como de costumbre, porque en su juego siempre se reparten sus virtudes y sus defectos. Pero esta vez se impuso su determinación. Suyo fue el gol del partido y luego Pedri cocinó el segundo, obra de Braithwaite, también en la prórroga.

El Barça fue mucho mejor en la prórroga y El Mosquito volvió a ser una avispa