Monchu Rodríguez, el ídolo de la Masia

Monchu celebra un gol con el Juvenil A

Monchu celebra un gol con el Juvenil A / Marc Casanovas

Todos tenemos en nuestras vidas esas fechas que nunca olvidaremos. Días que quedan marcados para siempre en nuestros calendarios. En el caso de Ramón Rodríguez ‘Monchu’ (Palma de Mallorca, 13-9-1999) el 15 de diciembre de 2017 será una de esas fechas. Con solo 17 años, debutaba en Segunda División con el filial barcelonista. El resultado no acompañó, derrota 3-1 ante el Cádiz, pero eso no quitará que nunca olvide ese día.

Monchu dio sus primeros pasos futbolísticos con apenas cinco años en el CIDE,  el equipo de su barrio y uno de los clubes con más prestigio en Mallorca por su trabajo con la base. De ahí pasó al Mallorca y llegó al Barça como infantil, para incorporarse al equipo de Denis Silva. En Mallorca siempre había jugador de pivote, algo que esta temporada le viene muy bien porque es el sustituto en el juvenil A en muchas ocasiones del lesionado Jandro Orellana. Sin embargo, en el Barça siempre se ha apostado más por él como interior. 

Técnicos que le han tenido a sus órdenes hablan de Monchu como de un jugador muy competitivo, técnicamente muy bueno, con llegada (dicen que es uno de los interiores con más llegada que ha tenido el club) y un muy buen lanzador de faltas. Jugador con carácter (en su debut con el B este viernes no lo dudó a la hora de encararse a un veterano con experiencia en Primera como David Barral) tiene entre sus referentes futbolísticos a jugadores de gran técnica, como Thiago Alcántara o Xavi Hernández pero también a futbolistas más de carácter, como Arturo Vidal.

Pero si algo le caracteriza por encima de todo es su amor por el fútbol y saber ser agradecido. Siempre cuenta a sus íntimos que cuando llegó a la Masia como infantil todo el mundo le trató muy bien y le ayudó en su adaptación. Por eso él, ahora, hace lo mismo con los más pequeños cuando llegan al Barça. Les ayuda, les aconseja, está a su lado y les apoya incluso en los entrenamientos. Por todo ello, Monchu se ha ganado de calle el cariño y la amistad de todos los que están en La Masia. Pocos pueden decir que no sean amigos suyos, aunque también es verdad que sigue teniendo una especial afinidad con compañeros del juvenil A como Juan Miranda, Mateu Jaume o Sergio Gómez y otros del juvenil B como Antonio Jesús o Nils Mortimer.

Ahora, Monchu sabe que tiene que seguir trabajando. Dicen que llegar no es difícil, lo difícil es mantenerse. Por eso debe seguir trabajando en el juvenil A de García Pimienta para que Gerard le tenga en cuenta para el Barça B.