Las mil y una vidas del indomable Feghouli

A sus 32 años, el argelino da sus últimos coletazos en el Galatasaray de una carrera repleta de altibajos

Feghouli llegó a sonar para el Barça por ser uno de los jugadores más desequilibrantes de la Liga en Valencia, pero la regularidad nunca le ha acompañado

Las mejores jugadas de Feghouli con el Galatasaray

Las mejores jugadas de Feghouli con el Galatasaray / YouTuBe: Powerful Football

Albert Gracia

Albert Gracia

Nos gusta imaginar, soñar en cómo hubiera sido algo de no ser por cualquier circunstancia. En el mundo que rodea el fútbol es el pan de cada día. ¿Qué hubiera pasado si aquel pie no hubiera estado en fuera de juego, si el delantero no hubiera errado en boca de gol o si el entrenador hubiera intervenido antes? De nada sirve, como de nada sirve tampoco pensar en qué hubiera sido de un jugador si el contexto que le rodeaba hubiera sido diferente.

De nada sirve, pero nos gusta imaginarnos distintos escenarios, vivir en el subjuntivo. Es aquí donde aparece el nombre de Sofiane Feghouli, uno de los jugadores más conocidos de la plantilla del Galatasaray, el próximo rival del Barça en la Europa League. A sus 32 años, el argelino vive los últimos coletazos de su carrera profesional, ya con menos minutos, dentro de la política de rotaciones de Domènec Torrent y tirando más hacia la mediapunta que a lo que un día fue, un extremo encarador con facilidad para el desborde.

En Turquía lleva ya cinco años, donde ha ofrecido un rendimiento más que notable, convirtiéndose en estas temporadas en uno de los líderes del equipo. Pero parece que el jugador volverá a irse gratis y veremos si de las mejores formas posible. Es el mejor pagado de la plantilla, pero ya ha dado más de una negativa a renovar por las condiciones que le ofrecen.

Un futbolista especial

El Galatasaray trató de hacer caja con él en enero, pero nunca se llegó a un acuerdo. Y es que con Sofiane Feghouli nada es tan fácil como parece. De ahí que nunca sepamos qué hubiera sido de él si su contexto hubiera sido distinto. En Valencia lo saben bien.

Llegó siendo un niño del Grenoble, de donde salió gratis y al que apodaban el nuevo Zidane; se hizo ‘mayor’ a orillas del Turia, rozando picos de rendimiento altísimos; y se marchó por la puerta de atrás en 2016, haciendo más ruido por su comportamiento que por lo que ya estaba ofreciendo sobre el verde. “Con él daba la sensación de que siempre había algo a su alrededor. Era una montaña rusa de emociones”, comentan desde Valencia. Feghouli era eso, un tipo capaz de todo.

Conducción sin carnet, encararse con los periodistas, rumores fehacientes de sobrepeso, tira y afloja con la grada, faltas de compromiso que obligaron al Valencia a intervenir y abrirle un expediente disciplinario… Y todo eso en contraposición a una época donde incluso llegó a sonar para reforzar al Barça, cuando el equipo azulgrana buscaba al ‘nuevo Pedro’ para ser el delantero suplente de la tripleta Messi-Suárez-Neymar.

Un cambio de chip

Fue a partir de enero de 2014, coincidiendo con la llegada de Pizzi al banquillo che. Cambió el chip Feghouli, que cuajó un tramo final de la temporada 13-14 realmente bueno y prosiguió con el proyecto de Nuno Espirito Santo. De señalado por la grada a convertirse en ídolo. El argelino se hizo indiscutible en el extremo diestro, convirtiéndose en uno de los jugadores más desequilibrantes de la Liga. Un extremo puro, menos individualista que en sus inicios.

Se olvidaron los problemas de sobrepeso y las acusaciones de falta de compromiso. Pero en Valencia todo vuelve y en época de vacas flacas siempre se acusa al más talentoso. Tras la temporada 14-15, los proyectos ches se fueron cayendo uno a uno y Feghouli estuvo permanentemente en el foco mediático. Se le exigía mucho más pese a que el rendimiento del equipo cayó en picado.

Adiós por la puerta de atrás

Así fue tirando, combinando buenas actuaciones con silbidos de la grada, hasta la temporada 15-16, donde decidió que tocaba un cambio de aires. Pidió una fortuna para su renovación que el Valencia se negó a aceptar, por lo que los últimos meses en la capital del Turia fueron un calvario. Feghouli perdió protagonismo, la grada se volvió a echar en contra y, además, volvieron las polémicas, negándose a entrenar y siendo castigado.

Llegó por la puerta de atrás, dio más de lo que se esperaba y se fue nuevamente gratis como un jugador más. En el West Ham no cuajó y a la siguiente temporada ya decidió hacer las maletas e irse a Turquía. En el Galatasaray ha vuelto a ser importante, pero nadie sabe qué hubiera pasado si no se hubiera puesto tantas piedras en su propio camino. Así es Feghouli, un tipo capaz de lo mejor y de lo peor y que es una de las grandes amenazas de este Galatasaray.