Mikel Erentxun: "Messi es Dios pero no debe ser fácil si no le caes en gracia"

Mikel Erentxun, una vida corriendo

Mikel Erentxun, una vida corriendo

Dídac Peyret

Dídac Peyret

Hace siete años el corazón lo envió a la UCI. En aquel momento se prometió que si sobrevivía visitaría Japón y la casa de Elvis. Cumplió las dos cosas y dejó todos los excesos menos correr. Mikel Erentxun (55 años/Caracas) es padre de cinco hijos. Lo que lleva peor es hacerse mayor. Y reconoce que ahora se le haría insoportable volver a la vorágine de Duncan Dhu. 

¿En qué momento se le ocurre a uno tener cinco hijos?

Pues eso no se te ocurre [carcajadas]. Si lo piensas no lo haces, eso está claro. Pero en primer lugar soy muy mayor, así que he tenido tiempo para mucho. Y bueno tuve un primer matrimonio con dos hijos. Hasta ahí normal. Y cuando rehíce mi vida con una mujer más joven que yo, pues también quería tener un hijo. Y luego vino otro y luego otro. Pero tiene sus ventajas, ¿eh? Tengo descuentos en la Renfe.

¿Ser padre te hace sentir más viejo o disfrutas del proceso sin pensar en ello?

Más viejo. Los hijos te envejecen un huevo [sonríe]. Pero trato de vivir el día a día. Eso es lo que me aconseja mi mujer, porque yo tiendo a ser bastante fatalista. Lo que ocurre es que crecen muy rápido y por eso te hacen sentir mayor. Pero siempre he llevado fatal la parte de cumplir años. De hecho, la mayor crisis que he tenido en mi vida fue cuando cumplí 30 años, que me sentí como un viejo. Luego los cuarenta ya no me pesaron tanto y los cincuenta tampoco.

El boom de Duncan Dhu te pilla con veinte años, y a finales de los ochenta, pero nunca tuvistéis fama de vivir los excesos de la época, ¿es una visión que se ajusta a lo que pasó?

Nunca fuimos de grandes excesos pero sí que tuvimos nuestro momento de sexo, drogas y rock & roll. En ese momento no había tanto miedo a las drogas como ahora. Mira yo la heroína no la he probado. He probado muchas cosas pero esa en concreto no. En mi época no estaba de moda. Cuando yo empecé en la música en Euskadi lo que estaba de moda eran los tripis. Ácidos, pastillas, ese mundo. Pero a nosotros nos tocó vivir los primeros noventas y la ruta del bakalao. Éxtasis, cocaína.. Pero fue una época muy corta por suerte. Es una cosa que queda muy en el pasado. También esa época de fans histéricas y de no poder salir a la calle y tal duró muy poquito. Afortunadamente nos tocó con 20 años y fue divertido. Ahora sería insufrible.

Me decías que ahora te cuidas mucho, así que voy a preguntarte por deportes…

He hecho deporte toda mi vida. De pequeño jugaba a fútbol como todos los niños de mi época. Todos queríamos ser famosos como Arconada. Pero en algún momento cambié el fútbol por la música.

¿Jugabas de portero?

Jugaba de portero en la playa, pero luego en el campo pasé a delantero y acabé siendo suplente. Hubo un momento que me divertía más reunirme con mis amigos y tocar la guitarra que ir a los entrenamientos. Tenía 16 años y había jugado en equipos locales de aquí de Donosti. Pero entonces estuve varios años que no hice deporte, entre los 17 y los 25, hasta que empecé a correr. 

¿Surgió como una necesidad para desconectar de la vorágine de Ducan Dhu?

En realidad surgió grabando un disco. Había un músico que corría, un día le acompañé y me gustó. Y desde entonces como Forrest Gump. No dejé de correr nunca más.

¿Disfrutas la parte de competir?

Al principio solo corría. Pero un día, hace 15 años, un tipo me convenció para participar en una carrera. Concretamente la Behobia, que es una carrera muy conocida aquí en Donosti de 20 kilómetros. Corrí, me puse el dorsal y sentí algo increíble.  Ahí empecé a entrenarme de una forma casi profesional. Empecé a marcarme metas. Una carrera me llevó a otra. Y a bajar los tiempos. Y eso me llevó hasta mi ataque al corazón. 

¿No lo viste venir?

Yo estaba corriendo maratones y los doctores me lo desaconsejaron. Me dijeron que siguiera entrenando pero que no hiciera más maratones. Entonces dejé de hacer maratones y empecé a entrenar con más cabeza.

Pero no te pilló corriendo el ataque…

No. Es que realmente nunca tuve un ataque, tuve lo mismo que Iker Casillas. Tenía unas molestias y haciéndome una revisión me dijeron que tenía una artería obstruida. 

¿Después de algo así cómo se supera el miedo para volver a correr?

Empecé a entrenar de una manera mucho más ordenada. Y de repente tenía mucho mejores marcas a mis cuarenta y muchos años. Y entonces empecé a quitarme el miedo de que había pasado por el quirófano y ahora corro más que nunca a mis 54 años. El año pasado batí todos mis récords. 

Pero, ¿no te estás pasando por el forro otra vez a los médicos?

Sí, me lo estoy pasando un poco por el forro [sonríe]. Es que fui a caer a un cardiólogo que…

Fuiste a todos hasta encontrar a uno que te dijera que podías correr…

Exactamente [risas]. El último que me miró era un catalán que venía de haber estado trabajado en el Barça. Él corría maratones, y me dijo, ‘tío, si te encuentras bien, corre, a tomar por el culo’.  Si no fuera porque tomo tres pastillas al día ya casi no me acordaría de que un día estuve en la UCI atado a una máquina. 

Como aficionado a la Real supongo que antes del parón estarías eufórico...

Sí, además soy socio y voy a Anoeta.  De hecho, yo no quiero que se juegue un partido más. Estamos en Champions. A mí me gustaría jugar solo la final de Copa. A puerta cerrada pero mañana mismo. Ganar y estar en Champions. Temporada redonda.

¿Cuál es tu jugador favorito de esta Real?

Tengo muchos. Por casta, Mikel Oyarzabal. Es un poco ahora mismo el pulmón de la Real. Me gusta mucho Odegaard, evidentemente. Es un jugador que enamora.  Pero el gran descubrimiento es Mikel Merino. Es un poco el tapado. Del que no se habla tanto pero es el fundamental. Y es el que creo que menos nos va a durar. Y estamos esperando a  Illarramendi, que también es un jugador franquicia.

¿Es tan bueno Odegaard?

Hombre, tiene un fútbol muy vistoso. Con un toque bonito. Que hace filigranas, que hace pases medidos… Es un jugador con mucha clase, que además tiene el físico del jugador nórdico. Es muy completo. Pero, ojo, creo que es un jugador muy completo para la Real, ¿eh? Pero no lo veo en el Madrid. 

¿No?

Tiene nivel, pero fíjate Illarramendi, es un jugadorazo y no triunfó. Para triunfar en el Madrid tienes que tener un nivel de otro planeta. Y luego se tienen que dar muchas cosas. Odegaard podría triunfar, pero es que aquí es el líder indiscutible. Yo creo que él sabe que tiene que curtirse unos años más en la Real. Si se va hora, va a chupar banquillo. 

Tuviste una movida con Íñigo Martínez en las redes, ¿qué pasó?

Bueno, Íñigo Martínez era mi vecino. Puerta con puerta, ¿eh?  Estaba llamado a ser el gran capitán de la Real. Es un defensa buenísimo, creíamos que sentía los colores como nadie. Era la bandera y nos dio la espalda cuando la Real estaba mal. En el último minuto del mercado de invierno, ya sin margen de maniobra. Me dolió mucho e hice lo que no hay que hacer: tuve un muy mal comentario en twitter y me llovieron palos por todos los lados.

¿Qué pusiste?

No recuerdo mucho porque lo borre. Al minuto estaba recibiendo amenazas de muerte y que me iban a partir las piernas. No me acuerdo de las palabras literales, pero básicamente le deseaba lo peor. A él y al Athletic [risas]. Pedí perdón por aquello.

No quería acabar sin preguntarte por Griezmann, que conocerás bien de su etapa en la Real; ¿cómo lo estás viendo?

Es curioso. Yo creo que es un jugadorazo que no se puede sentar en la mesa de Messi y Cristiano. Pero que está en ese segundo escalón. De hecho, en el Atlético era la estrella, aunque a mí me gustaba más en la Real. Tenía más magia. Era más imprevisible. Tenía más desparpajo. Me parece que el Cholo hace jugar a sus futbolistas algo más como robots. Pierden frescura.

¿Y el Griezmann del Barça?

En el Barcelona le está costado sobrellevar la presión. Primero por la cagada que hizo la temporada anterior cuando parecía que se iba y luego no. Ya entró con mal pie. Sabiendo que mucha gente no lo quería. Incluso parte de la plantilla. Y luego tiene que presionar mucho jugar al lado de Messi y que no te dé la pelota. Nadie duda de que es el mejor. Es Dios. Pero no tiene que ser nada fácil si no le caes en gracia.