Messi, mucho arte en el Pizjuán

Una vaselina que vale media Liga

 Con este golazo el argentino cerró su hat-trick ante el Sevilla / LALIGA

Dídac Peyret

Dídac Peyret

Hubo un tiempo en el que cada partido del Barça era un acontecimiento. Todo el mundo hablaba de aquel equipo y su magnetismo trascendía incluso el deporte. 

El mejor Barça de la historia logró captar el interés de gente que habitualmente no seguía el fútbol, porque aquello era divertivo, bello y excitante. Gran parte de culpa la tuvo Leo Messi, un futbolista enigmático y conectado con lo sobrenatural.

Esa sensación de estar viendo en directo un equipo genuino, de asistir a un momento histórico, se ha ido perdiendo con el tiempo. Pero la presencia inalterable del 10 mantiene el cosquilleo en la tripa y asegura un Barça competitivo.  Resultados como el de ayer, un 2-4 vertiginoso en el Pizjuán, solo se explican por la influencia descomunal de Messi en la Liga. 

Son partidos en los que por la cabeza de los culés se cruza una idea recurrente: ¿cómo será la vida sin él? Frente a esa tendencia tan barcelonista al derrotismo siempre es saludable reparar en Piqué. Un culé atípico. “Los catalanes siempre pensamos cuando no tenemos las cosas. Hay que disfrutar de Messi, nos da siempre muchísimo”. 

En Sevilla el Barça se aferró a su fútbol para salir vencedor y dar un golpe de autoridad en la Liga. Los de Valverde se fueron ayer a dormir a 10 puntos del Madrid y a 12 del Atlético porque el argentino se inventó un hat-trick y tuvo tiempo, incluso, de rescatar a su amigo Suárez con una asistencia perfecta.

Antes, el Barça se descosió en el Pizjuán, con una primera parte muy desconcertante, en la que el Sevilla golpeó una y otra vez al equipo en cada pérdida de balón al contragolpe. 

La intervención de Valverde en el descanso dando entrada a Dembélé y Sergi Roberto dio aire al equipo. Sobre todo con un cambio de dibujo; un 4-2-3-1 que juntó al equipo y que impulsó el juego de Messi. Con más jugadores por delante el balón creció La Pulga, que lideró la remontada del equipo hasta el definitivo 2-4. 

“Veníamos de una racha en la que, siendo sinceros, no hicimos nuestro mejor fútbol. Cuando el juego fluye salen las cosas y llegan los goles; volvimos a ser nosotros mismos”, dijo tras el encuentro antes de resaltar la importancia de los tres puntos.  “No es media Liga porque aún queda muchísimo, pero era importantísimo ganar para mantener la distancia, porque se vienen partidos duros”. 

Con los tres de hoy (le ha marcado 36 al Sevilla) ya son 25 goles en Liga esta temporada; 35 en total.  Unos números de extraterreste que mantienen la vigencia de la leyenda. Para calibrar su dimensión basta con pararse en su pierna mala. La misma con la que marcó su segundo gol en el Pizjuán, una rosca imponente con la derecha. 

Antes detrozó la red de la portería con un zurdazo sin dejar caer el balón. Y más tarde completó su exhibición goleadora con una pelota picada, sutil, por encima de Vaclik. Un clásico de su repertorio antes del doble enfrentamiento ante el Madrid. Los blancos ya saben que a pocos días de volver al Bernabéu, el mejor Messi está de vuelta.