Messi, expulsado: historia de un hartazgo

La paciencia de Leo dijo basta en La Cartuja: a los problemas del Barça, al criterio de los colegiados, a las decepciones constantes...

Si se considera agresión, la cuarta expulsión del rosarino en su carrera será sancionada con un mínimo de cuatro partidos

Messi se marchó expulsado de la final

Leo Messi, expulsado de la Supercopa por un 'manotazo' a Villalibre / Valentí Enrich

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Con 2-3 en el marcador, el sentir del barcelonismo era unánime: "lo peor no es perder el título, sino la imagen que ha dado el equipo". Sin embargo, lo más preocupante para la afición culé estaba aún por llegar: la expulsión de Messi, su primera como jugador del primer equipo del Barça y la cuarta de su carrera. Derrotas y frustraciones al margen, ver al crack rosarino alcanzar dichos límites de frustración es un síntoma muy preocupante. Sobre todo, en clave de su futuro. Hay que recordar que el contrato de Messi acaba el 30 de junio y desde el 1 de enero ya es libre para negociar con cualquier equipo.

La acción de Messi con Villalibre es la historia de un hartazgo. De todo. Primero, de los problemas institucionales en los que anda metido el Barça. Cuando el club parecía cerca de volver a la normalidad con las elecciones, el aplazamiento de éstas amplía el estado 'provisional' en Can Barça y, por consiguiente, dificulta la planificación de la próxima temporada. Pero la roja de Messi también debe entenderse como un hartazgo en lo estrictamente deportivo. Sin un plan, sin ideas, sin recursos y además sin Pedri, Messi no puede con todo. Con 2-3 en el marcador, la única carta de los de Koeman fue entregar el balón a Leo para que su magia hiciera el resto, un guión que ha salvado al Barça en infinidad de ocasiones pero inasumible en la noche de ayer.

La roja a Messi también debe entenderse como un hartazgo a las decepciones del Barça en fechas señaladas: Roma, Anfield, el 2-8, el Clásico de Liga, el Wanda, el 0-3 ante la Juventus y, ayer, La Cartuja. Emocionalmente el Barça está perdiendo mentalidad ganadora en las grandes citas y a un ganador nato como Leo eso le genera una enorme frustración.

Por último, la expulsión del '10' también se explica desde la frustración que genera el criterio a veces inexplicable los árbitros. Vaya por adelantado que la acción de Leo no tiene justificación alguna, pero resulta complicado de entender que, visto lo visto, Barça y Athletic vieran las mismas cartulinas. A Leo le han 'pegado' desde el primer día hasta el carnet de identidad. En muchas ocasiones, con barra libre para frenarle a base de faltas. En La Cartuja, el Athletic repitió varias veces faltas descaradas sin ninguna intención de luchar por el balón que Gil Manzano no sancionó con falta. En la enésima acción de ese tipo, en el intento de Villalibre de obstaculizar gratuitamente la carrera de un Messi que ya había soltado el balón, el rosarino perdió la paciencia.

La de este domingo fue la cuarta expulsión de su trayectoria como jugador. Las otras tres se produjeron con Argentina (2) y con el Barça B en un partido de Segunda 'B' frente al Peña Sport en el año 2006. Con la 'albi', Leo vio la roja en su debut contra Hungría en 2005 y contra Chile en 2019. Si su acción se considera agresión, Messi cumplirá entre 4 y 12 partidos de sanción. Sin embargo, lo más probable es que a Leo se le 'acuse' de obrar "de manera violenta con ocasión del juego originando riesgo pero no consecuencias dañosas", algo que se castiga con una sanción de entre uno y tres partidos. Leo iniciará su sanción este jueves ante el Cornellà en partido de Copa del Rey.