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"Messi va con los ojos iluminados"

Albert Masnou

Albert Masnou

La temporada no es una más para Leo Messi. Es la número 13 en el primer equipo del FC Barcelona y lejos de asustarle el número, Leo Messi tiene fundadas esperanzas en tocar el cielo durante el curso que recién ha empezado.

Por primera vez es el capitán del grupo, está contento con la plantilla que ha configurado la secretaría técnica (así lo explica privada y públicamente) y tiene dos espinas deportivas que se quiere sacar pronto: El triste papel de Argentina en el Mundial y la eliminación en la pasada edición de la Liga de Campeones.

No es una temporada más para Leo Messi y así lo ha asumido desde su inicio. Desde el mismo momento que saltó al Camp Nou con el brazalete y, en un arrebato de sinceridad, micrófono en mano, prometió a toda la afición que “haremos todo lo posible para que vuelva esa copa tan linda –la Champions-”. Quizás, en el fondo de su mente, en un rincón de su genial cabezita, esté el reto de levantar la orejuda. La ha ganado cuatro ocasiones pero ninguna como capitán. Y ya sabemos que a Leo le van los retos.

Liberado

El Mundial podía haberle dejado tocado pero la renuncia al equipo nacional le ha liberado, se ha sacado un peso de encima por liderar un equipo que no consiguió ni un título.

Por el momento, se ha apartado del medio. Volverá. Seguro, pero ahora se limita a disfrutar del Barcelona. Las sensaciones iniciales de la presente temporada son espectaculares. Ha empezado con cuatro partidos en los que ha marcado cuatro goles y ha dado tres asistencias.

Y después de este gran inicio ha llegado de lo que nunca había disfrutado: Del parón de las selecciones, cuatro días de fiesta con la familia, sin viajes a la otra punta del mundo. Un descanso que le ha ido de fábula para afrontar las semanas que vienen a doble partidos. Él sabe que es una temporada especial. Y sus compañeros también.

"Iluminado"

“Va con los ojos iluminados”, cuentan desde el vestuario. Así es como lo ven sus propios compañeros, cuya admiración por Leo va en aumento después del discurso inicial. “No me había pensado nada. Solo sabía que debía hacerlo”, dijo en una entrevista a Catalunya Radio. Ese objetivo tan claro marcado por el 10 fue como un estruendo para la afición, una inyección de adrenalina, pero también para el vestuario que partir de ese momento ya sabe a qué atenerse. 

El líder marcó el camino y no hay nadie que se pueda dormir. Ganar la Liga para conquistar de nuevo la Champions. A sus 31 años ya es esa edad en la que la acumulación de partidos puede acabar causando mella. El Barcelona será el gran beneficiado del parón con la selección porque ahora tiene a Leo Messi como una rosa.