Messi abre el grifo

Una vaselina que vale media Liga

 Con este golazo el argentino cerró su hat-trick ante el Sevilla / LALIGA

Ivan San Antonio

Ivan San Antonio

El análisis en frío ya dirá si el 2-4 de Sevilla permite encarar lo que le viene al Barça con optimismo. Mientras pasa el tiempo necesario para no deslumbrarse con el brillo del resultado, todos los focos apuntan en la misma dirección y cualquier valoración del partido pasará, necesariamente, por Leo Messi, el inicio y el fin de todo en el Sánchez Pizjuán.

Porque el 2-4 es imposible de entender sin su figura, sin su magnánima generosidad, la que le permite ofrecer exhibiciones a su afición y a la afición de los rivales. Con el tiempo se les pasará el cabreo y entenderán que son unos privilegiados. El ‘10’ ganó el partido, eso es evidente, pero lo hizo de tal forma que, además de los tres puntos, permitió a su equipo llenar la mochila de los alimentos necesarios para iniciar la ascensión hacia las tres cimas.

El Barça llegaba al Sánchez Pizjuán después de haber jugado cuatro partidos en los que solo había logrado dos goles (ante el Real Madrid en la Copa y ante el Valladolid en LaLiga), todos ellos en el Camp Nou. Messi, él solo, hizo uno más que todo el equipo en noventa minutos. Y, además, acabó el trabajo con una asistencia en forma de aspirina que alivió a Luis Suárez de su dolor de cabeza. Este dato no es menor porque Messi no solo ganó el partido y abrió el grifo acabando con la sequía, sino que tuvo tiempo para recuperar al charrúa.