Historia SPORT

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Mendilibar: valentía, carácter y pasión en estado puro

José Luis Mendilibar vive los partidos con pasión y la sabe inculcar a sus futbolistas

José Luis Mendilibar vive los partidos con pasión y la sabe inculcar a sus futbolistas / EFE

German Bona

German Bona

Ya no quedan en la élite entrenadores como José Luis Mendilibar. Y es una lástima. El técnico del Eibar, el próximo rival del Barça, dice las cosas como son, sin tapujos ni importarle el qué dirán. Es esencia pura, capaz de hacer temblar las piernas de futbolistas profesionales si les cae una buena bronca, pero también de jugar a las cartas con ellos en el autobús o en las concentraciones del equipo. Su naturalidad, su percepción de un fútbol alejado de artificios, puede llevar a engaño. Entrena a un modesto, pero plantea los partidos con una valentía que ya querrían otros. Tiene al Eibar fuera de las posiciones de descenso una temporada más. Es la quinta consecutiva con los 'armeros' y mantiene viva la lucha en el equipo de una localidad que apenas supera los 27.000 habitantes. Es un milagro.

Mendilibar, que el próximo mes de marzo cumplirá 59 años, es el segundo técnico más veterano de Primera, precisamente por detrás de Quique Setién (61), pero empezó mucho antes en los banquillos que el azulgrana. También fue futbolista -gran parte de su carrera la pasó en el Sestao-, un centrocampista de toque, pero frío e irregular. "Un membrillo", en sus propias palabras, y la razón de que se decante ahora por jugadores con carácter.

La cruzada contra el VAR

De eso, de carácter, va sobrado 'Mendi' en los banquillos. Los fotógrafos son felices retratando sus gestos, sus gritos. Es un apasionado de un fútbol del que lamenta, está perdiendo su encanto. En un partido contra el Celta de la temporada pasada, se giró furioso contra el cuarto árbitro cuando le señalaron una falta de su delantero Kike García por un contacto. "Es fútbol, hostia, es fútbol", gritó. 

Y solo le faltaba el VAR. Fue el primero en rechazarlo. "No confío, los sacaría a todos de allí", avisó. Y la pasada campaña, tras jugar contra el Girona, explotó: "El partido ha sido un circo, esto no es fútbol".

Relación amor-odio con Inui y Orellana

La relación de Mendilibar con sus jugadores es muy especial, un constante palo-zanahoria para tenerlos siempre enchufados. Siempre va de cara y si tiene que empujar a De Blasis tras una expulsión que considera innecesaria, pues lo hace y después tan amigos. "Cuando grita en el vestuario, todos lo escuchamos, pero se puede dialogar con él", asegura Pedro León. No es con el que más se las ha tenido. Los inicios de Inui, que ha regresado al Eibar, no tienen desperdicio. Y escuchados de la boca de Mendilibar, son desternillantes. "¡Tienes que ser más descarado!, le grité una vez. ¡Y me ríe el cabrón! Entonces le pregunto: ¿Qué te he dicho?, y me contesta: 'Por la derecha'. ¡Me cago en la leche!", relató.

El japonés es pieza clave en el equipo azulgrana, como Fabián Orellana. El chileno fue calificado por su técnico como "un ratón verde colorado. No sabes cómo pillarle. Si tiene el día malo, es un cabroncete. Lo tienes que entender porque, si no, te puede mandar a tomar por saco y lo pierdes. Pero nos da mucho". Solo el de Zaldibar ha logrado entender la personalidad del pequeño y talentoso futbolista, que salió por la puerta de atrás de sus anteriores equipos peleado con sus técnicos.

Un equipo atrevido reflejo de su entrenador

El mérito del Eibar, con el que Mendilibar vive su segunda etapa, pasa por mantenerse en la máxima categoría temporada tras temporada ante rivales que les multiplican en presupuesto, y hacerlo con un fútbol atrevido, incluso temerario, con presión por todo el campo y la línea defensiva muy adelantada. El Eibar es de los equipos de toda la Liga que más se planta en campo contrario y con esta actitud visitará el Camp Nou. Es el reflejo de Mendilibar, a quien es cierto que no se le da bien el coliseo azulgrana. Las últimas cuatro temporadas se han saldado con resultados claros para el Barça: 3-0, 6-1, 4-2 y 3-1. Pero persistirá y no se arrugará, aunque como le paso una vez ante el Real Madrid, tenga que decirle a un jugador rival perdiendo 0-3 al descanso: "¡Parad un poco, cabrones" y el interpelado, Lucas Vázquez, no pueda contener la risa.

El Eibar es el único club de Primera junto al Leganés con presidenta al frente. Amaia Gorostiza le ruega siempre a Mendi que renueve por dos o tres temporadas, pero el técnico solo quiere firmar de año en año, consciente de que se lo tiene que ganar y no se puede relajar. "Somos una familia y si bajamos, se quitarían un montón de sueldos". Es lo que más le dolería.