El mejor Griezmann es Atlético

Antoine Griezmann siempre ha sido un magnífico futbolista. De eso no hay ninguna duda. Desde que empezó a despuntar en la Real Sociedad, hasta su primera etapa en el Atlético de Madrid, su paso por el Barça, y de nuevo de vuelta al club colchonero, donde ha recuperado su mejor sonrisa y también su mejor fútbol.

Porque el delantero francés nunca ha escondido que su estado anímico influye en su forma de jugar. Griezmann necesita sentirse cómodo y feliz para brillar sobre el campo. Y bajo las órdenes del 'Cholo Simeone' y liderando el Atlético de Madrid está en su ecosistema particular, el que le permite rendir a su máximo nivel y explotar todo su talento.

El entrenador argentino es quién mejor lo conoce y sabe tratarlo. Le da trato de estrella porque Griezmann quiere y necesita sentirse importante. Hace tiempo ya dijo que sentía que comía en la misma mesa que Messi y Cristiano aunque su rol en los equipos siempre ha tenido la vertiente del liderazgo ofensivo pero no exento de un sacrificio y un trabajo por el colectivo fuera de cualquier duda.

Quizá sea esta última la versión que más se vio en Barcelona. La de un delantero de calidad y trabajador que se lo deja todo en el campo. Pero sin más. Y su estatus al llegar al Spotify Camp Nou era de estrella.

Por eso el Barça pagó los 120 millones de su cláusula de rescisión, porque entendía que fichaba a un futbolista diferencial, decisivo. Además, claro está, tampoco fue fácil perdonarle el feo gesto del vídeo de 'La Decisión' un verano antes de su llegada al club.

El club quiso repetir con Griezmann la fórmula de juntar a tres 'cracks' arriba. Había funcionado con Messi, Luis Suárez y Neymar y se pensó que con Antoine podría ocurrir lo mismo. Pero el francés nunca acabó de encontrar su sitio en el equipo.

En la izquierda no se sentía cómodo del todo, por la derecha siempre partía Messi y por el centro estaba Luis Suárez. Y la libertad total de movimientos, en ese momento estaba reservada únicamente al genio argentino, que era quien lideraba todas las jugadas ofensivas del equipo.

Pese a todo, sus números como azulgrana tampoco fueron malos. En sus dos temporadas completas (2019-2020 y 2020-2021) firmó 15 y 20 goles respectivamente, además de repartir cuatro y doce asistencias de gol en todas las competiciones. Tenía la confianza de los entrenadores pero jamás acabó de conectar con toda la grada, a la que desesperaba en sus partidos malos.

El retorno a su casa

Las dificultades económicas del FC Barcelona le abrieron la posibilidad de volver al Atlético. No se lo pensó dos veces. La temporada pasada jugó como cedido mientras que los dos clubes pactaron una opción de compra de 40 millones de euros.

Al principio de esta temporada, en una estrategia que quizá se le volvió en contra, Simeone solo le hacía jugar media hora para no alcanzar la cifra prevista en el contrato de cesión entre ambos equipos que obligaba al conjunto madrileño a pagar los cuarenta millones de euros fijados en la opción de compra en el caso de superar su participación en el 50% de los partidos en los que estuviera disponible.

Renegociaron las condiciones y finalmente Griezmann fue traspasado por un fijo de veinte millones de euros y otros cuatro millones condicionados al cumplimiento de una serie de variables.

Una vez ha podido jugar todo lo que Simeone deseara, Griezmann se ha convertido en una pieza fundamental para el Atlético. Es el gran responsable del buen momento de los colchoneros y será la gran amenaza para el Barça este domingo en el Spotify Camp Nou.

El delantero francés suma 11 goles y nueve asistencias este curso, Sin él no se explica que el Atlético lleva una magnífica racha de resultados. En la segunda vuelta de la Liga ya lleva 10 victorias en 12 partidos y 32 puntos logrados de 36 en disputa.