Marcos Aurellio, el 'milenario'

Anotó el gol 1.000 del Barça en la Liga (22 de octubre de 1950)

Catalanes residentes en México recomendaron al Barça el fichaje del interior argentino

Marcos Aurellio, Florencio Caffaratti y Mateo Nicolau, en Les Corts

Marcos Aurellio, Florencio Caffaratti y Mateo Nicolau, en Les Corts / Familia Cafaratti

David Salinas

David Salinas

El reciente fichaje de Sergio Agüero por el FC Barcelona evoca la histórica tradición azulgrana por el talento futbolístico gaucho. Uno de los primeros en exhibirlo, en Les Corts, fue Marcos Aurellio Di Paolo, natural de Dolores (Buenos Aires, 27 de septiembre de 1920) y con ascendencia italiana por parte de sus abuelos maternos. El suyo es un nombre propio en la fantástica y rica crónica de la entidad por ser el autor del gol 1.000 del Barça en la Liga.

Marcos Aurellio (con elle) –nombre y apellido– se inició en el fútbol jugando con equipos de Mar del Plata: Defensores del Norte (con 12 años) y Quilmes. Siguió así los pasos de sus cuatro hermanos varones, todos futbolistas. Con 15 fichó por el Chacarita Juniors de Buenos Aires (logró un ascenso en 1941) para pasar después (1942-1943) por el Vélez Sársfield, cuadro con el que también ascendió a Primera División en 1943, anotando uno de los cinco goles en la decisiva victoria (5-2) en Caballito contra el Sportivo Dock Sud. Y desde Liniers, para mejorar su economía, dio el salto al fútbol mexicano de la mano del Club León, con el que fue campeón 1948-49.

Fue en este equipo, de la capital del Estado de Guanajuato, donde los hermanos Arcadi y Josep Serra, de Girona, descubrieron a un futbolista muy completo y de ilimitada entrega y sacrificio en el campo. Rápidamente recomendaron al Barça que se hiciera con él, como también hizo Martí Ventolrà, un exazulgrana afincado en México desde la gira de 1937, y, tras finalizar con éxito las gestiones, Marcos Aurellio llegó a Les Corts con un contrato por cinco años en febrero de 1949.

Adaptación

Los inicios fueron complicados para este interior de creación argentino, aunque, cuando se adaptó, pasó a ser una pieza clave del conjunto de Enrique Fernández, al que ayudó a ganar la Liga 1948-49 gracias a su toque y desmarque. Esa misma campaña se proclamó campeón de la Copa Latina, aunque no jugó. En el curso 1949-50 no ganó nada y, en el último, 1950-51, la Copa, aunque no se alineó en la final (3-0 contra la Real Sociedad). Disputó 61 partidos oficiales y anotó 22 goles.

Uno de los tantos que firmó fue muy especial por ser el 1.000 del Barça en la Liga. Aurellio lo convirtió en Les Corts, contra el Lleida (6-1) el 22 de octubre de 1950. Lo consiguió en el minuto 1 de juego. También participó en la mayor goleada del equipo barcelonista en el torneo de la regularidad: 10-1 al Gimnàstic el 11 de septiembre de 1949 (firmó el sexto tanto). Igualmente, fue uno de los héroes, con dos goles, en la goleada (7-2) al Real Madrid en Liga el 24 de septiembre de 1950, alineándose junto a los míticos Basora, César y Gonzalvo III. En el Barça coincidió con sus compatriotas Mateo Nicolau y Florencio Caffaratti.

'El Pato'

Se comentó que cuando fichó por el Barça lo hizo con una rodilla maltrecha, aunque lo cierto es que solo tenía cierta movilidad por haber nacido con una pierna más corta que otra. Así, con un juego de manos, ante la sorpresa de sus propios compañeros, era capaz de encajar la rodilla en su sitio (como si de un rompecabezas se tratara) para salir corriendo como si nada. En México, por esta razón, por su característica forma de correr, lo apodaron ‘el Pato’. Destacó, sin embargo, por su disciplina y entrega.

Aurellio solo cumplió tres de los cinco años que firmó porque su esposa, Iris Ángela Casanovas (argentina con raíces catalanas por parte de abuelos) se había hartado de estar fuera de casa. Por aquel entonces la pareja tenía un hijo de dos años, Juan José (después llegaría Beatriz), y entre partidos, concentraciones y viajes, apenas veía a Marcos. No era la vida que quería Iris Ángela, que aguantó lo que aguantó gracias a trabar amistad con la esposa de Nicolau, Antonia Martínez.

Regreso a México

De todas formas, la etapa azulgrana del Aurellio fue la mejor de su vida profesional. Los éxitos que cosechó aquí no los obtuvo en ningún otro equipo y mantuvo que “durante toda mi vida de profesional no he conocido a un Club que trate mejor a sus jugadores que el Barcelona”. En el verano de 1951 hizo el camino de vuelta y regresó a León pese a tener una suculenta oferta para jugar en Inglaterra. Antes, pasó fugazmente por el Valladolid (un partido de Copa, en abril de 1951). En México siguió jugando (volvió a ser campeón la temporada 1951-52 y 1955-56) y colgó las botas el curso 1956-57 para dedicarse a la restauración después de pasar por los banquillos del Celaya y San Sebastián. En 1958 abrió un restaurante en León, que bautizó “El Rincón del Gaucho”.

En el verano de 1968 acogió a la expedición azulgrana en su local cuando el Barça se desplazó en autocar de Guadalajara a Monterrey e hizo un alto en el camino en León para almorzar. El equipo catalán finalizó en México una gira que lo llevó por Argentina, Chile y Perú. Aurellio se encargó de asar la carne y, contaron los que degustaron el banquete, que aquello fue una fiesta mayor. Falleció el León, el 28 de septiembre de 1996, un día después de cumplir 76 años. Siempre mantuvo que “el Barça fue y será siempre mi equipo”.