La maldición de Balaídos

Hay estadios que se atragantan... y luego está Balaídos. El feudo del Celta ha supuesto tradicionalmente un quebradero de cabeza para el Barça, que suma 20 victorias en 54 partidos en Primera División jugados en territorio vigués a lo largo de la historia, es decir, ha salido triunfante en menos de la mitad de ocasiones, pero es que en los últimos años la tendencia negativa se ha acentuado y ya son cinco los desplazamientos consecutivos en Liga sin ganar.

Llama poderosamente la atención porque el Celta ha tenido ciertamente épocas mejores que la actual -en las dos últimas Ligas, el equipo celeste se salvó por la campana- y aun así, se ha mostrado muy competitivo cuando el Barça le ha rendido visita. Ni el Santiago Bernabéu, ni el actual Wanda, ni San Mamés, ni Mestallla... en campos sobre el papel más complicados, el equipo azulgrana ha obtenido en los últimos años mejores resultados que en Balaídos. 

Un lustro es demasiado

Y es que la última victoria liguera en feudo olívico se remonta a un ya lejano 5 de abril de 2015, cuando el equipo entrenado entonces por Luis Enrique derrotó por la mínima al Celta con un gol de Jéremy Mathieu en la estrategia. El Barça de ‘Lucho’, que precisamente había entrenado la anterior campaña a los celestes, llegó líder a Balaídos y salió reforzado.

Pero el propio técnico asturiano comenzó a sufrir la maldición de Balaídos la temporada siguiente en sus propias carnes. Y con la derrota más dura. Un 4-1 que fue un despropósito de principio a fin, un vendaval de los del ‘Toto’ Berizzo con Aspas haciendo de las suyas.

Como en el 4-3 de la campaña 2016-17, la última con Luis Enrique en el banquillo azulgrana. Mathieu volvió a marcar, pero esta vez en propia puerta, y de poco sirvió el doblete de un Gerard Piqué que se echó al equipo a sus espaldas.

La antesala de Anfield

Llegó Ernesto Valverde y el Barça siguió  igual por Balaídos. Primero con un 2-2 hace tres años que no fue derrota por la espléndida actuación de Ter Stegen ante un Aspas de nuevo desbocado; y la temporada 2018-19, un 2-0 esta vez con justificación, pues el Barça ya había ganado la Liga y fue a Vigo con los suplentes. Ocho titulares se quedaron en casa pensando en Liverpool, aunque lo que sucedió en Anfield días después, mejor ni recordarlo. 

Y la pasada campaña, otro empate a dos, ya con Quique Setién. El Barça empezaba a tirar la Liga tras el confinamiento y se dejó dos puntos de oro ante los de Òscar García, pese a mejorar la imagen. Mañana, es el turno para Ronald Koeman. Será su debut lejos del Camp Nou y en su pizarra está acabar con la maldición de Balaídos.