La mala estrella de Braithwaite

El danés falló un penalti y le anularon un gol por un fuego de juego muy riguroso

El delantero no se rindió y mostró espíritu ante la adversidad

Braithwaite no tuvo su tarde ante el Eibar

Dídac Peyret

Dídac Peyret

 Martin Braithwaite tuvo una de esas noches. De esas en lo que todo lo que es susceptible de ir mal va a peor. No tuvo nada de fortuna el danés, que merodeó el gol sin lograrlo. Con toda la frustración que eso conlleva.

Pronto se vio que no sería su día. Nadie quiere empezar un partido fallando un penalti. Y eso es justo lo que le pasó a Braithwaite, que además estuvo horrible en el lanzamiento. Él mismo se dio cuenta con solo pegarle y clavó el diagnóstico. El balón se marchó a dos palmos del palo.

Se fustigó el danés, pero se repuso luego cómo siempre hace. Está acostumbrado a reponerse a situaciones difíciles. Como le ocurrió en su infancia, cuando no estaba claro que pudiese volver a jugar. O cuando tuvo que acostumbrarse a jugar con las maletas a punto. Siempre de un equipo a otro. Sin estabilidad. Sin encontrar su sitio.

Por eso valoró tanto su fichaje por el Barcelona.Por eso insistió que no se movería cuando todo el mundo lo colocaba entre los transferibles. Por eso se ha hecho un hueco en el once de Koeman. Porque Braithwaite no se rinde y se tiene mucha fe.

Por eso tras fallar el penalto siguió intentándolo con el mismo ímpetu ante el Eibar. Y de nuevo estuvo a punto de marcar. De hecho marcó con un gesto clínico. Girando el pie con una acción que en su día era la preferida de Kluivert. Pero hubo revisión del VAR. Y el gol fue anulado en una acción muy justa, por milímetros.

No fue la última vez que estuvo merodeando el gol, pero siempre se quedó cerca del objetivo. No marcó Braithwaite. Se quedó sin su gran objetivo. Pero no fue por falta de actitud o determinación. Su lucha esta vez se quedó sin premio.