Luces y sombras del Barça tras el clásico contra el Real Madrid

Un partido intenso y espectacular por la incertidumbre del resultado

El mensaje de Rakitic a Varane por la acción del posible penalti

El mensaje de Rakitic a Varane por la acción del posible penalti / @MovistarFutbol

Juan Manuel Díaz

Juan Manuel Díaz

La resaca del clásico Barça-Real Madrid (0-0) deja el sabor de un partido intenso y espectacular, más por la incertidumbre del resultado que por el fútbol que desplegaron ambos equipos. Un análisis rápido se resumiría en un Barça más dependiente que nunca de la genialidad de Leo Messi; y un Real Madrid que todavía añora la eficacia de Cristiano Ronaldo.

Con la cabeza más fría, el examen a la actuación del conjunto blaugrana ofrece luces y sombras; algunos aspectos positivos que permiten mantener el optimismo, y otros aspectos que Ernesto Valverde deberá solucionar pensando en la fase decisiva de la temporada, cuando se decidirán los títulos.

LAS LUCES

1.- VIVOS TRAS LA TORMENTA

El argumento más resultadista de la historia del fútbol, especialmente pobre cuando nos referimos al FC Barcelona, un equipo teóricamente diseñado para ganar siempre y que durante lustros ha sido el abanderado del triunfo a través del (buen) fútbol. Pues bien: en una de esas veladas en las que el Real Madrid fue capaz de marcar la iniciativa en el mismísimo Camp Nou y los blaugrana no supieron cómo imponerse, sumaron un empate y mantienen el liderato -compartido con los merengues. En el día después, Valverde no deberá empezar de cero.  

2.- PIQUÉ EN SU MEJOR VERSIÓN

Al margen de su calidad futbolística, Gerard Piqué es un animal competitivo. El defensa blaugrana suele ofrecer su mejor versión en las grandes citas pues siente una motivación especial, y el clásico del 18-D, en este sentido, no fue distinto. Ausente el referente del equipo Sergio Busquets, fue Geri el  que se multiplicó en las tareas defensivas y estuvo siempre atento para ayudar a Ivan Rakitic cuando el croata intentaba salir con el balón desde atrás. Piqué fue clave para compensar las deficiencias que el sistema defensivo blaugrana demostró en muchas fases.

3.- LA INCIDENCIA DE MESSI EN EL JUEGO

El capitán del Barça no acertó con la portería de Thibaud Courtois, pero volvió a ser el arma más peligrosa del Barcelona. Durante muchas fases del partido, la única réplica a los embates del Real Madrid fueron las apariciones de Leo; su asistencia a Jordi Alba o el increíble -por inédito- fallo del argentino a la hora de conectar el remate en una acción del segundo tiempo son dos ejemplos puntuales. Pero el dato importante es que la capacidad del rosarino para desequilibrar en cualquier zona del campo sigue intacta. Una vez más, el futuro inmediato se construye en torno a los 12 goles y 6 asistencias que lleva en el campeonato.

4.- COMPETIR HASTA EL FINAL

El Barça estuvo lejos de su versión más brillante y en algunas fases del encuentro, cuando se quedó sin el balón, pareció desnudo, en términos futbolísticos. En esos momentos, el grupo tiró de experiencia y espíritu de combate para frenar al Real Madrid. El trabajo estajanovista de Antoine Griezmann o la garra de Arturo Vidal cuando se incorporó al juego, simbolizan esta capacidad agónica del equipo. Pero competir no es suficiente para aspirar a reverdecer laureles frente a los ‘grandes’: es la base.

5.- VALVERDE, INTERVENCIONISTA Y VALIENTE

Ernesto volvió a evidenciar en el clásico una de sus grandes virtudes, la buena lectura que hace de los partidos durante el desarrollo del juego y su rapidez de reflejos para rectificar y explotar las fallas del rival. Mientras que a Zinedine Zidane le costó gestionar el banquillo y cambiar la inercia del juego cuando su equipo empezó a flaquear, Valverde actuó con rapidez y habilidad. Primero, incorporando a Arturo Vidal, que oxigenó al mediocampo y permitió retrasar a Sergi Roberto, quien aprovechó mejor el carril; y después, poniendo en juego a Ansu Fati pese a su juventud. El chico no le defraudó en los pocos minutos que jugó.

LAS SOMBRAS

1.- DOMINADOS POR EL MADRID EN EL CAMP NOU

Fue, tal vez, el aspecto más chocante del clásico y a la vez, el más decepcionante para la ‘gent blaugrana’. Es evidente que en cualquier partido, más aún en un clásico, resulta imposible llevar la iniciativa y marcar el ritmo durante los 90 minutos. El problema es que durante amplias fases del duelo, el Real Madrid se hizo con el control del balón y del juego, especialmente en el primer tiempo, acogotando al Barça. No fue fácil de digerir que el equipo se viera obligado a achicar agua prácticamente en su área.

2.- LAS DEFICIENCIAS EN LA BANDA DERECHA

El Barça no consiguió resolver los problemas prácticamente endémicos de la banda derecha; ni con Nelson Semedo al principio ni con los ajustes de la segunda parte, cuando Sergi Roberto retrasó su posición. Afortunadamente para los blaugrana, Ferland Mendy es un excelente defensor pero tiene más problemas para proyectarse en ataque. Nunca sabremos que habría sucedido si en el lugar del internacional francés hubiera jugado Marcelo, con un espíritu mucho más ofensivo y capacidad para llegar a posiciones atacantes, pero en cualquier caso el carril derecho es una asignatura pendiente.

3.- DIFICULTAD PARA SUPERAR LA PRESIÓN ALTA DEL RIVAL

El equipo no demostró los recursos necesarios para superar la presión alta del Real Madrid, sufriendo pérdidas de balón en zonas muy peligrosas y quedándose durante muchos minutos sin la posesión. El centro del campo blaugrana no tuvo el fútbol suficiente para imponerse al mediocampo merengue ni recursos para romper la línea en acciones de uno contra uno -excepto cuando Messi tomaba el control- que generaran desequilibrio. Tampoco los laterales ofrecieron alternativas como es habitual en otros partidos.

4.- IMPOTENCIA OFENSIVA

En estas condiciones, y con la excepción del propio Messi, los atacantes blaugrana apenas dispusieron de situaciones de ventaja. Ni Griezmann logró romper con peligro desde la izquierda por medio de sus diagonales ni Luis Suárez consiguió generar peligro desde el eje, hostigado por un tándem de centrales de tanta potencia y rapidez de acción como el que forman Sergio Ramos y Raphael Varane.