Historia SPORT

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Los únicos que pueden entrar en los estadios

Los jugadores del Valencia sufren los primeros contagios del COVID-19

Los cinco casos se encuentran en buen estado y en aislamiento en sus casas / Perform

German Bona

German Bona

Son tiempos fantasmagóricos en los clubs de fútbol. El bullicio de los visitantes que pasean por las instalaciones, el timbre de los teléfonos móviles en las oficinas o el tan característico repicar de los tacos contra el suelo de los vestuarios... todo ha desaparecido por la irrupción del COVID-19 y la paralización del deporte rey. Bueno, todo no. Queda un sonido todavía que nos recuerda a fútbol, el de la máquina que corta el césped para mantener la alfombra. El jardinero que la dirige es el único privilegiado que, a día de hoy, puede entrar en un estadio. Una figura imprescindible en tiempos de coronavirus.

“El primer Estado de Alarma fue menos restrictivo, pudimos seguir dentro del apartado agrícola,  pero con el segundo, decretado por el Gobierno, ahora solo se permite la presencia de un trabajador por cada campo de fútbol”, explica Eudald Morera, director general de Royalverd, la empresa de jardinería con sede en la localidad catalana de Les Preses (La Garrotxa) que cuida del mantenimiento del césped de 14 estadios de nuestro fútbol profesional, entre ellos el Wanda Metropolitano o el RCDEStadium. 

"Se permite tener a un trabajador cada día en cada estadio profesional"

Unos “servicios mínimos” conseguidos gracias a la intervención de LaLiga para que el Gobierno español incluyera el cuidado del verde entre los servicios esenciales. “Nos dejan tener una persona cada día y el mínimo tiempo posible para las actuaciones. Lo importante es que no haya un vacío”, asegura.

“El césped de un campo de fútbol no acostumbra a estar en ubicaciones naturales y tiene unas exigencias muy específicas, pues normalmente no crecería de forma espontánea. Si se hubiera perdido el mantenimiento, se hubiera vuelto silvestre en poco tiempo. Por mucho que se hubieran podido programar riegos, habría perdido sus virtudes”, añade el responsable de la empresa de jardinería deportiva, con mucha experiencia en el sector y que fue responsable del césped de varios estadios del pasado Mundial de Brasil.

Pero, con este servicio mínimo de un solo jardinero, ¿estarán bien los terrenos de juego cuando se pueda regresar a la práctica futbolística? La respuesta es contundente:  “Sí, está garantizado. En los últimos tiempos han ido incorporando herramientas para conseguir un césped más denso y homogéneo, una alfombra que no se altera y facilita  la precisión y la velocidad en el juego. Esto se consigue con los céspedes híbridos y con trabajos de luminosidad, y ventilación, entre otros”. Es el caso del Camp Nou, así como de otros estadios, que cuentan con tecnología híbrida, mezcla de césped natural y sintético, que facilita la durabilidad.

La climatología ayuda

No todo tienen que ser malas noticias y una buena es que estamos en una época del año, iniciada la primavera, benévola en el aspecto climatológico y favorable para la conservación de un buen césped. Eudald Morera incide en que “ya no se trata de que el verde sea un tapete cuando se vuelva a jugar, sino que esté también a punto en las dos o tres semanas previas de preparación que tendrán  los equipos profesionales. Y vuelvo a repetir que está garantizado”.

"Está garantizado un césped en óptimas condiciones cuando se vuelva a jugar"

Incluso, se puede dar la circunstancias de que cuando los futbolistas vuelvan a pisar un terreno de juego, ya sea esta misma primavera o en verano, si finalmente se reanuda la competición, el césped de los estadios esté en mejores condiciones de lo que podría estarlo la próxima temporada: “En función de cuándo empiece y acabe, es probable que no se puedan realizar regeneraciones del césped, un tratamiento que las empresas solemos hacer en verano, cuando no hay fútbol, y puede haber campos que lo sufran más”.

Por definición, un césped híbrido es mejor que uno natural. “Cornellà, Montilivi, el Camp Nou... siempre aceptarán más horas de juego, así que tampoco habrá problema en el caso de que se tengan que jugar partidos cada 48 horas si es necesario para finalizar los campeonatos”, asegura Morera, quien tiene claro que “a mí personalmente, no hay ningún campo que me preocupe. Si podemos conservar este mantenimiento mínimo, la calidad del césped será perfecta cuando se entrene o se juegue”.

"Los céspedes híbridos, como el Camp Nou o Cornellà-El Prat, aguantan los partidos que haga falta"

Las llaves del estadio

El profesional de jardinería se ha convertido en esta crisis sanitaria en la única persona que puede entrar en los recintos futbolísticos, y lo hace “con todas las medidas de seguridad “ aplicadas en su vestuario y la maquinaria. Todo con el objetivo de preservar el buen estado del césped, un elemento imprescindible para la buena práctica del fútbol. Atrás han quedado aquellos terrenos de juego con ‘calvas’ antiestéticas o los ‘topos’ que hacían botar el balón en direcciones inverosímiles. Hoy el fútbol mueve muchos millones y es necesario  que la puesta en escena sea perfecta. El césped debe ser una alfombra incluso en estas épocas donde solo nos queda el jardinero.

La desinfección de los recintos, otra de las tareas

Como el personal de jardinería es el único autorizado durante el Estado de Alarma a entrar en los recintos futbolísticos, en el caso de la empresa Royalverd, sus tareas no se limitan al mantenimiento del césped. “Nosotros ofrecemos también a los clubs con los que trabajamos la posibilidad de desinfectar sus instalaciones, pues los trabajadores en este sector disponen del carnet de aplicador y las maquinarias también son las adecuadas”, comenta Eudald Morera. Con una solución de lejías y desinfecciones, aprovechan su única presencia en los diferentes estadios para dejarlo todo sin rastro de coronavirus. Asimismo, están preparando sus propias instalaciones para acoger a equipos de fútbol que necesitarán de una pretemporada antes de que el balón vuelva a rodar.