Los tres grandes problemas del Barça

Las claves de la crisis de juego del Barça

Las claves de la crisis de juego del Barça / sport.es

Jordi Gil

Jordi Gil

El FC Barcelona se ha estancado en un momento clave para despegar en la temporada. El juego no ha evolucionado y los resultados han dejado de acompañar en los dos últimos partidos. Las individualidades no son suficientes y las carencias colectivas ya son excesivamente graves como para imponer la superioridad técnica. Ernesto Valverde debe dar con la tecla urgentemente para cambiar la dinámica o la amenaza de un desplome empezará a ser una realidad. El míster del Barça debe buscar una solución, sobre todo, a tres graves problemas para arrancar de nuevo.

Fragilidad defensiva

Ter Stegen no es suficiente. El portero alemán ha hecho 14 paradas en 4 partidos de Champions League. Es decir, Ter Stegen lleva una media de 3,5 intervenciones por partido, una media desmesurada para un aspirante al título. Si el Barça solo ha encajado dos goles ha sido  gracias a sus actuaciones, como el penalti parado en Dortmund o las paradas a bocajarro frente al Inter.

El equipo no consigue frenar las oleadas de ocasiones del rival. La presión no funciona de forma coordinada y el balón llega con mucha facilidad del área contraria a las inmediaciones de Ter Stegen. Los contrarios superan con excesiva facilidad los intentos de presión en campo contrario y se encuentran con mucho campo por delante cuando rompen la línea. Marc-André, desesperado, hizo autocrítica y se llevó la reprimenda de Valverde.

El Barça está jugando únicamente con dos centrales, sin posibilidad de rotación, con las consecuencias que ello tiene a nivel de desgaste y de no obligar a los titulares a tener que estar siempre al máximo de su nivel, ni que sea de forma inconsciente, por la falta de competencia. Piqué y Lenglet son los únicos zagueros que juegan en el eje. El resto tiene un papel residual. 

Piqué y Lenglet han jugado los cuatro partidos de la Champions y solo se han perdido uno de Liga cada uno por sanción. Umtiti tuvo una aparición fugaz en Eibar antes de volverse a lesionar, mientras que Todibo jugó ante el Sevilla y unos minutos en Getafe, mientras que Araujo salió unos instantes ante el cuadro hispalnense antes de ser expulsado y volver al Barça B.

La falta de efectivos de confianza para Valverde también se nota en los laterales. El técnico ha tenido que dar marcha atrás en su idea de devolver a Sergi Roberto en el centro del campo para contar con un efectivo más para el carril. Semedo es intocable y Jordi Alba también debería tener este rol, pero está pagando el esfuerzo y ha recaído de la lesión de isquiotibiales. Junior Firpo ha desaparecido desde el partido en Getafe, donde marcó un gol, pero cometió muchos errores, mientras que Wagué es el único jugador de campo inédito en la presente campaña.

Desconcierto en el centro del campo

El Barça ha perdido su estilo. Los centrocampistas marcaban la identidad del equipo en los últimos tiempos y ahora ya no queda rastro del equipo capaz de someter a los rivales a través de la posesión.

De Jong no puede hacer más. El holandés ha llegado con ilusión, ganas y corajeEs el único futbolista del Barça que ha recorrido más de 10 kilómetros en cada partidos de la Champions League y en está en el Top 10 de la competición en esta faceta. Su actitud es encomiable, pero no está encontrando un funcionamiento global en el que su juego de pase pueda lucir. En la Liga es el cuarto futbolitas con más pases hacia adelante buenos (385) en una muestra de que intenta tirar del equipo, si bien no es suficiente para que el Barça domine el juego. Que sobresalga más por su entrega que por su fútbol es una mala señal, como ha ocurrido frente al Levante y Slavia.

Busquets, una de las claves del Barça más dominante, ha perdido peso en el equipo. Valverde lo está rotando más que nunca, probablemente por temer a que se agote. En la Liga solo ha completado los 90 minutos en 5 de los 11 partidos jugados y en la Champions League ha sido titular en los cuatro encuentros, pero en todos ellos ha sido sustituido. Encontrar un buen encaje entre Busquets y De Jong se adivina como imprescindible para que el Barça carbure en la sala de máquinas.

El resto de centrocampistas tampoco están encontrando una regularidad. Arthur juega a intermitencias y Valverde ya lo ha señalado en un par de partidos por su falta de colaboración en el trabajo defensivo. Arturo Vidal actúa más como delantero que como medio y faltan apoyos para la construcción. Rakitic deambula por el campo probablemente desanimado por sus suplencias, mientras que Aleñá ha desaparecido del mapa tras jugar solo media parte en la jornada inaugural en San Mamés sin explicación alguna.

Las ganas de Aleñá o incluso de Riqui Puig podrían servir para reactivar al equipo con futbolista que llevan el ADN Barça, pero Valverde sigue con su idea de respetar al máximo las jerarquías.

Desconexión de la delantera

El Barça se ha gastado 345 millones (que podrían llegar a 425 en variables) en los fichajes de Dembélé, Coutinho y Griezmann y ninguno de ellos por ahora ha funcionado. El club no ha sabido cubrir la fuga de Neymar y a uno de ellos, Couitnho ya ha tenido que dar salida en forma de cesión al Bayern de Múnich. Dembélé ya se ha lesionado dos veces en su tercera temporada en el Barça y solo arrastra problemas, mientras que Griezmann sigue buscando su espacio.

Valverde está sufriendo con Antoine. Con la lesión de Suárez en Bilbao, el técnico lo situó de '9' y respondió con dos goles ante el Betis, aunque nunca se le ha visto cómodo como principal referencia. Con Suárez y Messi juega por la izquierda con poco protagonismo y Valverde lo ha llegado a situar en la derecha, como se vio ante el Slavia, para que Leo sea el falso '9' y tampoco se le ha visto reconfortado. A favor suyo juega su excelente actitud. Juega donde le digan, sin una mala cara y peleando como el que más en defensa.

Luis Suárez, por tanto, sigue sin recambio como delantero centro y su físico se ha resentido con dos lesiones en el sóleo de la pierna derecha. Messi acaba por encontrarse demasiado solo y si un día no afina, como ocurrió ante el Slavia, el equipo no encuentra el camino del gol. La eficacia depende casi absolutamente del argentino.

El único brote verde llega con Ansu Fati. Frente al Slavia hizo más en 25 minutos que Dembélé en 65. Tiene chispa, desborde y goles, pero solo 17 años recién cumplidos. Carles Pérez aporta su grano de arena, pero no se puede dar la máxima responsabilidad a los jóvenes para salir del actual atolladero.