Los 7 pecados capitales del Barça

Juan Manuel Díaz

Juan Manuel Díaz

La derrota del FC Barcelona frente al Leganés (2-1) en la sexta jornada de La Liga va más allá de la anécdota, no solo por el hecho de que el conjunto de Errnesto Valverde cayó en campo del colista de LaLiga 2018/19. También, por la forma como se produjo este tropiezo: dejándose remontar el gol inicial y demostrando una capacidad de reacción nula.

Que el Real Madrid no aprovechara el tropiezo blaugrana y fuera vapuleado por el Sevilla en el Sánchez Pizjuán (3-0) no es consuelo en can Barça. Más allá de que los merengues desaprovecharon la oportunidad de situarse líderes de la clasificación en solitario y poner tierra de por medio, permanecen las sensaciones negativas que transmitió el equipo.

Hasta el partido frente al Leganés, el Barça vencía pero no convencía a muchos. Sobre el terreno de juego de Butarque, el equipo culé se dio de bruces con la realidad pues quedaron en evidencia varios de los problemas que arrastra el equipo, siete 'pecados capitales' que deberá solucionar sobre la marcha si desea recuperar su imagen y los buenos resultados.

1. Errores defensivos imperdonables

El Barça vio cómo el Leganés, en un par de minutos, remontaba su ventaja inicial. El conjunto de Pellegrino no necesitó de mucho pues los errores defensivos dejaron vendido a Ter Stegen. En Butarque, quedaron en evidencia Gerard Piqué y Thomas Vermaelen, pero los desajustes defensivos del equipo en este inicio de campaña no son puntuales. Los centrales acusan en exceso la ausencia de los laterales titulares (Jordi Alba o Sergi Roberto) y los propios centrales acumulan errores y expulsiones.  Los blaugrana han encajado 7 goles en 6 partidos de Liga cuando en la Liga 2017/18 recibió 29 en 38 jornadas. Y muchos de estos goles encajados han llegado por despistes individuales y colectivos más que por el acierto de los delanteros rivales.

2. Desequilibrio en el centro del campo

Ernesto Valverde no encuentra la fórmula que permita al Barça desarrollar el fútbol con el que se encuentra más cómodo y, tan importante o más, marcar el ritmo al que se debe jugar el partido. Busquets no puede imponer su criterio táctico pues le falta fuelle y más colaboración de sus compañeros para abarcar tantos metros cuadrados; en este sentido, a Rakitic todavía le falta un poco de chispa y en ocasiones le cuesta recuperar la posición. No es un asunto menor pues Valverde quiere que ambos dibujen un doble pivote en muchas fases de los partidos. Y Coutinho, aún siendo de los más destacados en términos individuales, no acaba de encontrar su ubicación ideal para que el colectivo exprima al máximo su fútbol. 

3. Poca aportación de los fichajes

En este sentido, el resto de la extensa nómina de centrocampistas está teniendo por ahora un papel testimonial. No es lo mismo completar el tándem Rakitic-Busquets con Coutinho, Denis Suárez, Arthur Melo o Arturo Vidal, futbolistas con características muy diferentes que pueden dar más control y toque en unos casos, desequilibrio en el uno contra uno en otros o más verticalidad y llegada al área en el caso del chileno. En cuanto a la delantera, Malcom se ha visto frenado por las lesiones, pero también por el redescubrimiento de Dembélé y Munir. En defensa ha sucedido algo parecido: el desafortunado Lenglet solo ha tenido minutos cuando no han estado Umtiti o Piqué. En general, los recién llegados no ha podido aportar demasiado, por falta de minutos y continuidad.

4. Sin capacidad de reacción

Al margen de estos aspectos de orden táctico, resultó decepcionante la falta de reacción del Barça. El empate frente al Girona (2-2), interpretado como un toque de atención, es visto ahora como un síntoma tras la derrota en Leganés. El colista remontó el 0-1 inicial en dos acciones desgraciadas en dos minutos; sin embargo, Messi y compañía no encontraron la fórmula para dar la misma respuesta en la media hora de juego larga restante. Cierto que Coutinho y Rakitic se encontraron con dos buenas paradas de 'Pichu' Cuéllar, pero llegaron en la misma jugada y prácticamente fueron las únicas acciones realmente peligrosas. Al margen de eso, resultó sorprendente la falta de recursos.  

5. La falta de intensidad

Es cierto que el Barça pudo sentenciar el partido con el remate de Leo Messi a la madera. Hubiera supuesto el 0-2 y tal vez los análisis serían muy distintos. Pero sería de ciegos no percibir la falta de intensidad del equipo. La presión alta tras la pérdida de balón es una de las armas favoritas del equipo cuando está en su punto de forma óptimo, junto a la rápida circulación del balón o la generación de espacios con la movilidad de sus futbolistas. Señas de identidad que el Barça actual solo es capaz de ofrecer de manera esporádica en los partidos.

6. Estado de forma de algunos jugadores

Cada futbolista es un mundo y las circunstancias son muy distintas, pero es evidente que un equipo es la suma de todas esas individualidades. Algunos jugadores como Umtiti o Rakitic parecen acusar que compitieron el Mundial hasta el último día; a otros, como Piqué, Busquets o Luis Suárez parece que les está costando encontrar su punto de forma óptimo, sin duda también condicionados por el verano mundialista y los muchos kilómetros acumulados en sus piernas. Todos ellos forman parte del once de gala sobre el que recae la mayor parte de minutos de juego. En este puntos, hay un matiz a tener en cuenta: Quizás sea necesario que la curva de puesta a punto física -más allá de los picos competitivos que hay durante el curso- sea más progresiva para que no lleguen quemados a la fase decisiva, cuando se disputan las últimas eliminatorias de la Champions. 

7. Los posibles errores de gestión de la plantilla

Y como consecuencia del punto anterior, cabría preguntarse hasta qué punto Valverde está gestionando la plantilla de la forma más efectiva. Es sabido que Ernesto es conservador a la hora de aplicar las rotaciones y gestionar los cambios, transmitiendo la sensación de que su confianza en 'el fondo de armario' es limitada. Es cierto que, cuando ha dado minutos a los suplentes relevos, la aportación de la mayoría de ellos no ha mejorado la de los reemplazados. Pero si los Arthur, Malcom, Lenglet, Denis, Vidal... no tienen continuidad, difícilmente podrán ofrecer su mejor versión.

En definitiva, llegamos al punto central: si el Barça no es capaz de llegar a los meses de abril y mayo con al menos quince o dieciséis jugadores en condiciones de ser titulares, estará más cerca de sufrir un colapso como el de Roma en los cuartos de final de la Champions de la temporada 2017/18, y no de asaltar el ansiado título europeo en la final del Wanda Metropolitano el 1 de junio de 2019.