JOHAN CRUYFF (1947-2016)

Los presidentes de Cruyff: del agradecimiento a Montal a la reconciliación con Bartomeu

Un nombre, Núñez, marcó a Cruyff en el Barça, para bien y, también, para muy mal. Pero antes y después hubo otros presidentes con los que convivió, mejor o peor, Johan

Con Núñez protagonizó un 'matrimonio de conveniencia' cuyo divorcio fue devastador para el Barça

Con Núñez protagonizó un 'matrimonio de conveniencia' cuyo divorcio fue devastador para el Barça / sport

Jordi Blanco

Los presidentes y Johan Cruyff. Desde Montal y hasta Bartomeu todos los presidentes que ha tenido el Barcelona tuvieron sus más y sus menos con el holandés. Y hasta quienes nunca fueron presidentes.

Agustí Montal le fichó en 1973. El Barça pagó, se afirma, 120 millones de pesetas de la época y fue el añorado Armand Carabén quien dirigió la contratación más rocambolesca hasta ese momento. Hasta el punto que el 13 de agostó el entonces gerente llamó desde un hotel de Amsterdam a Barcelona para dar la noticia: "¡Está hecho!" exclamó Carabén. Y Montal respiró tranquilo.

La relación entre ambos, sin embargo, no fue idílica. "Johan cambió las cosas en el vestuario. Las primas, las negociaciones con el club... Todo se revolucionó después de su llegada" admitió muchos años después Charly Rexach, íntimo del holandés... Hasta que dejó de serlo.

Montal lo sufrió "O él o yo" le espetó Cruyff al presidente una tarde de 1975, amenazando con su marcha si Weisweiler, el entrenador, seguía en el Barça. Y Montal, el presidente que unos días antes había declarado pomposamente que "Cruyff no marca las decisiones en el club", echó al entrenador alemán. Porque la afición estaba, claro, al lado de Johan.

Núñez

No sa pot parmitir. Esa fue una frase recurrente de Josep Lluís Núñez. Y la dijo no pocas veces con Cruyff al otro lado. "Yo saldré del Barça en globo" dijo una vez Johan, cuando dirigía el Dream Team y su figura parecía intocable. Visionario como era, el holandés ya adivinaba que su relación con Núñez no podía acabar bien.

El presidente que le fichó como último salvavidas en 1988 fue el que le despidió sin dejar ni que se despidiera ocho años después.

Hundido y rodeado en un Barça derrumbado, con el motín del Hesperia en el plano y su figura apuntada por todo el mundo, a Núñez no se le ocurrió nada mejor que llamar a Johan, que había empezado a dar que hablar como entrenador del Ajax, para que salvase al club.

Y lo hizo, vaya si lo hizo, a pesar de que el mismo presidente que le salvó la cabeza en la primavera de 1990 fue el que acabó cortándosela en la de 1996, después de años en que su relación fue una guerra constante.

"El dinero tiene que estar en el campo y no en el banco". "Esos fichajes los hace mi portera"... El final del Cruyff entrenador se dibuja con sillas volando en el vestuario del Camp Nou y Núñez atacándole sin piedad al día siguiente, tras un partido frente al Celta en que se demostró quien era quien en el Barcelona.

Johan pasó a ser una figura para la oposición militante a Núñez hasta que el constructor, cansado, arrojó la toalla. Cruyff podía pensar en volver al Barcelona... Pero no todavía.

GASPART

L'amic. Joan Gaspart sucedió a Núñez al ganar en las elecciones a BasatGaspart fue presidente del Barça entre julio de 2000 y febrero de 2003, cuando abandonó a la carrera un club en bancarrotahundido deportiva y financieramente.

Quien había sido el ejecutor en el despido del Cruyff entrenador, obviamente, no pudo ni acercarse a él desde la presidencia. Y su marcha, celebrada como un título, aún es hoy recordada.

LAPORTA

Al loroQue no estuvo tan malJoan Laporta, abogado de Johan Cruyff y cara visible del Elefant Blau, ganó las elecciones de 2003 y consiguió que el holandés regresase, a su manera, al club.

Cruyff fue el consejero en la sombra que colocó a Frank Rijkaard en el banquillo, que evitó su despido en sus peores días y que estuvo a la sombra de un mandatario que se ganó tantos elogios como enemigos por su forma de actuar. Y por no plegarse ante nadie.

Con Laporta ganó aquellas elecciones Sandro Rosell, el responsable del fichaje de Ronaldinho, mano derecha del presidente hasta que dejó de serla. Enemigo al cabo de poco tiempo. Y enemigo de Cruyff.

ROSELL

No us fallaréNo-us-fallaré. La frase de su presentación persiguió a Sandro Rosell hasta el día que abandonó la presidencia, también a la carrera.

La relación entre Sandro Cruyff ya era inexistente desde una reunión en casa del holandés, en la que el entonces vicepresidente se pasó la tarde hablando por teléfono para disgusto de Laporta y cabreo de Johan, que se tomó aquello de mala manera.

Nunca se entendieron y todo quedó demostrado al día siguiente de las elecciones de 2010, cuando lo primero que hizo Rosell fue pedir perdón al presidente de Extremadura y poner en duda que Cruyff tuviera derecho a ser presidente de honor del club.

Johan devolvió la insignia. "Yo no estoy donde no me quieren" afirmó el holandés mientras Sandro iniciaba una acción de responsabilidad contra Laporta, su predecesor, y todos los directivos que le habían acompañado.

BARTOMEU

La pazJosep María Bartomeu se encontró, casi sin darse cuenta, el 23 de enero de 2014 como presidente del Barça. Y todo su discurso guerrillero de años antes, cuando llegó a pedir el voto contra Laporta en la moción de censura afirmando que votar a favor de la moción era votar para sacar a Cruyff del club, cambió absolutamente.

Bartomeu, presentado por Rosell como Bartu, se vio contra la pared en sus primeros meses al frente del club, con Martino en el banquillo y sin que Cruyff aceptase el acercamiento que pretendía.

Pero como el tiempo lo cura todo, o casi todo, la humildad de Bartomeu acabó por conseguir la paz. Y Cruyff volvió a formar parte del Barça oficial.

Del Barça real, guste a unos más, a otros menos y a algunos nada, Johan Cruyff siempre formó parte.