Los olvidados del Clásico: Calderé y el gol dedicado a su abuelo

Calderé firmó el 0-3 en Madrid, en 1984

Calderé firmó el 0-3 en Madrid, en 1984 / sport

Javier Giraldo

Javier Giraldo

Pocos días antes del partido, fue al hospital de Reus a visitar a su abuelo ingresado y le hizo una promesa. ‘Avi, marcaré un gol en el Bernabéu y te lo dedicaré’, le dijo. “Era mi momento, era una cuestión mental, el convencimiento de que iba a jugar y lo iba a hacer bien, después de tantos años esperando un día así”, explica Ramon Maria Calderé. Dicho y hecho, aunque hubo que esperar 89 minutos para que aquel joven delantero de 24 años se bautizase a lo grande en Primera: primer partido y primer gol, nada menos que en un clásico, el que abrió la Liga 1984-85, la de Terry Venables, el único título liguero del Barça en la década los ochenta.

‘Un Barça ‘Terryble’ humilló al Madrid’, tituló SPORT en portada. En el análisis individual, los cronistas coronaron a Calderé, que por entonces ya tenía 24 años. ‘Qué partidazo el suyo. Todo el Santiago Bernabéu salió maravillado por su juego. Desplegó fuerza, corrió sin parar, chutó dos veces al palo, logró el tercer gol, no pudieron pararlo. Recordará toda la vida esta memorable actuación suya’. 

Una exhibición sin televisión

“Claro que la recuerdo”, explica, “y eso que el partido no se retransmitió por televisión por una huelga de los operadores, creo recordar… fue una pena, mi mejor partido con el Barça y solo se pueden ver por televisión los goles”. Para Calderé, aquel partido fue sinónimo de un sueño cumplido, el que alimentaba desde su llegada al Barça, a los 14 años. “Tenía grabado el 0-5 de 1974 como símbolo de todo a lo que debe aspirar un chaval que llega a La Masia”, admite. 

Del partido, Calderé recuerda que fue toda una demostración de fuerza del Barça en Chamartín. “Fuimos superiores desde el principio, a pesar de que la primera parte acabó sin goles. Pero la presión que había preparado Venables les desarboló. No se esperaban un Barça tan físico.

Incluso Stielike iba diciendo por el campo, ‘¡no puede ser, no puede ser!”. A falta de un minuto para el tiempo añadido, Calderé conectó de cabeza un centro de Víctor Muñoz desde la derecha, colofón inmejorable al partido perfecto. “Con un poco más de suerte, también hubiéramos podido hacer un 0-5”, recuerda. 

‘¿y tú quién eres?’

Minutos después del partido, un periodista le abordó en el túnel de vestuarios al grito de ‘chaval, ¿y tú quién eres, de dónde has salido?’. Era José María García, que se había quedado impresionado con su partido.

También Miguel Muñoz y Luis Suárez, seleccionadores de la absoluta y la sub-21, tomaron buena nota: Calderé forjó aquel día su carrera internacional, que le llevaría al Mundial de México en 1986

Ya en la absoluta, los jugadores del Madrid que habían sufrido aquel 0-3 (Gallego, Michel, Chendo, Butragueño, Camacho) se lo recordaban de vez en cuando, aún asombrados. “En realidad, yo tuve que adaptarme a lo que pedía Venables. Físicamente, trabajé mucho. Si no, hubiera sido imposible jugar”.  

Calderé estuvo cuatro temporadas en el Barça, hasta que la llegada de Johan Cruyff le dejó sin sitio. “Hice la pretemporada, pero Cruyff me dejó claro que contaba con otra gente”, explica.