El campeón sigue vivo

Los motivos para confiar en este Barça

El equipo solo ha dejado escapar tres torneos en estas cuatro temporadas. Es una de las causas que invitan al optimismo

T. Andreu

El Real Madrid coge ventaja. Siete puntos es una renta importante que invita a frotarse las manos a un madridismo maltrecho por tantas y tantas heridas acumulados. Da igual. El Barça no tiene la más mínima intención de variar su planteamiento dentro y fuera de los terrenos de juego. O lo que es lo mismo, el campeón peleará y peleará hasta el final. Y eso también lo sabe Mourinho y los suyos. Mientras los blaugrana juegan y van a por todas, el rival tiembla. El Real Madrid es el primero.

Por lo visto y disfrutado durante estos tres años y medio, el Barça se merece todo el crédito del mundo y más. Jugando como los ángeles y batallando en el cuerpo a cuerpo, los títulos se han coleccionado como nunca. Y pese a los tropiezos lejos del Camp Nou, nada hace presagiar que el final está cerca.

En lo que va de temporada, el Barça solo ha encajado una derrota en 37 partidos oficiales ¿el fatídico día de Getafe¿. Por cierto, desde esa decepción, 15 encuentros más con un balance de 12 victorias y 3 empates. Son números de campeón, registros de un conjunto que sigue enchufado y con ánimo de prolongar su dominio futbolístico mundial. El Madrid aprieta y no cede ante rivales inferiores pero en el cara a cara no hay lugar para sospechas: enfrentamiento directo en Copa y los de Mourinho, una vez más, eliminados antes de hora.

TRECE TÍTULOS AVALAN UN PROYECTO ÚNICO

La plantilla ha logrado una gesta histórica desde el inicio del proyecto deportivo liderado por Guardiola. En estas tres temporadas y media, el equipo ha coleccionado todo tipo de títulos colectivos y galardones individuales. El registro es insólito si tenemos en cuenta el nivel de la Liga española. El Barça de Guardiola se ha impuesto en 13 de las 16 competiciones que ha disputado. Solo se han escapado dos Copas del Rey y una Champions.

EL RETO DE LOS SIETE PUNTOS

El más difícil todavía no asusta. Justo todo lo contrario. Esta plantilla está convencida que no ha tocado techo, que no ha llegado al límite de sus posibilidades y que está en condiciones de rubricar más páginas inolvidables. El reto de remontar siete puntos en contra al Real Madrid en la segunda vuelta no intimida lo más mínimo. Quedan partidos por delante, rivales capaces de recortar distancias y el convencimiento que el Barça se crece ante la adversidad mientras la plantilla merengue da síntomas de debilidad en momentos cruciales. En la reciente Copa, al igual que en la Champions, quedó constancia.

PEP GUARDIOLA, EL GRAN LÍDER

Todo gran proyecto debe estar regido por un líder incuestionable. Y el Barça lo tiene en la figura de su técnico, Pep Guardiola. Bajo la dirección del entrenador catalán, los elogios procedentes de los cinco continentes han sido una constante. La apuesta por el riesgo y un fútbol atractivo para el espectador han cautivado a millones de seguidores.

Las innovaciones tácticas han sido una constante y casi siempre se han traducido en un rosario de victorias y títulos. De una u otra manera, Guardiola ha dado con la llave necesaria para solventar los múltiples problemas que se ha encontrado en el camino. Pep ha madurado con el paso de los años y ha evidenciado ser un pozo sin fondo de sabiduría siempre al servicio blaugrana. 

PEP PINTA LA CARA A MOU

Para muchos, Barça y Real Madrid son el fiel reflejo del carácter de sus entrenadores. De esta forma se explicaría en buena medida los éxitos de unos y los fracasos de otros. Guardiola y Mourinho se han enfrentado en diez ocasiones y el balance es simplemente espectacular. El de Santpedor ha sumado cinco victorias, cuatro empates y solo ha encajado una derrota ¿la final de Copa del Rey en Mestalla¿. Mou lo ha intentado casi todo para darle la vuelta al decorado, pero ha fracasado en sus múltiples intentos. Los blaugrana, empezando por su cuerpo técnico, le tienen tomada la medida a un equipo desquiciado.

LA PREPOTENCIA DE MOURINHO, EL MEJOR ESTÍMULO EN CAN BARÇA

Nadie puede cuestionar que los éxitos del Barça han llegado por méritos propios. Sin embargo, no está de más reconocer el enorme esfuerzo que José Mourinho ha realizado para ayudar al conjunto blaugrana en momentos puntuales. El técnico del Real Madrid, el eterno rival, ha logrado ser un acicate de primer nivel para el vestuario culé. Sus declaraciones fuera de lugar, sus gestos antideportivos y la chulería permanente que casi siempre le rodea son estímulos impagables. Cada vez que alguien ha aludido a la falta de hambre, el acomodo del colectivo o la falta de actitud, en el seno interno de Can Barça se ha recordado que mientras el entrenador portugués planee por el Bernabéu, no habrá tregua posible. Su desfachatez bien merece coleccionar fracaso tras fracaso.

EL CAMP NOU ES UN BASTIÓN INFRANQUEABLE

Lejos de los viejos tópicos del Liceo catalán y la tradicional frialdad de la parroquia blaugrana, los números demuestran que el Camp Nou se ha erigido en un bastión a prueba de cualquier rival. Los promedios del equipo son abrumadores, tanto a nivel de puntos como de eficacia goleadora. El coliseum culé es garantía total de espectáculo y el equipo ha sabido conectar de forma sensacional con su afición. El resultado final no es otro que el éxito seguro. Este Barça jamás ha perdido en casa en un doble enfrentamiento. Ya sea en Copa, Supercopa o Champions League, el Camp Nou ha dado alas a sus héroes.

COMPROMISO Y CALIDAD

En el vestuario no se albergan dudas. El equipo no ha variado un ápice su punto de vista. La Liga está complicada, pero la plantilla tiene calidad más que suficiente para darle la vuelta a cualquier adversidad. La familia culé no presenta fisuras y solo se trata de recobrar el mejor nivel antes de afrontar la hora de la verdad. Las semifinales de Copa del Rey, los cruces de la Champions League y la recta final de la Liga exigen contemplar la mejor versión del Barça. Todo el mundo está por la labor de levantar un par de trofeos más.

MESSI, CONSOLIDADO COMO EL MEJOR DEL MUNDO

La presencia de Messi sobre el terreno de juego permite al Barça saltar al campo siempre en superioridad. El argentino, respaldado en todo momento por unos compañeros de auténtico lujo, no ha cesado de crecer en su fútbol a lo largo y ancho de todas estas temporadas. Leo está en disposición de batir casi todos los récords que se proponga, entre otras cosas, por su pasión por jugar partido tras partido. El mejor jugador del mundo marca diferencias y condiciona a todos los rivales. Con Messi omnipresente, el Barça está en condiciones de desequilibrar en todo momento, frente a cualquier rival y sin tener en consideración el escenario de turno. Le da exáctamente igual. El astro blaugrana es una máquina casi perfecta que jamás se ha escondido en uno de esos partidos importantes. Cuando se le ha buscado, siempre ha aparecido. Todos aquellos que han intentado hacerle sombre, apoyados por potente maquinaria mediática, han acabado frustrados y rendidos a la evidencia del número uno.

LA RECUPERACIÓN DE LOS LESIONADOS

El capítulo de percances físicos ha castigado al vestuario blaugrana. Además de las lesiones de largo recorrido, como en el caso de David Villa e Ibrahim Afellay, futbolistas como Alexis Sánchez, Andrés Iniesta o Pedro han sido víctimas de multitud de incidencias musculares. Ya sea por uno u otro motivo, han carecido de la regularidad mínima necesaria para explotar todas sus virtudes. Los servicios médicos han tenido trabajo a destajo y es de esperar que el infortunio se aleje del Camp Nou. En principio, David Villa debería estar a punto para reincorporarse en los últimos y decisivos encuentros de la presente temporada.

EL DREAM TEAM YA ESTÁ A TIRO

De forma recurrente, el Barça de Guardiola se ha visto sometido a continuas comparaciones con otros grandes equipos de la historia. El de Cruyff, el mítico Dream Team, es uno de ellos. La consigna del vestuario ha sido eludir este pequeño juego y evitar caer en el debate. Bajo la tutela del holandés, el Barça coleccionó cuatro majestuosos títulos de Liga de forma consecutiva y, pese a que nadie lo admita, el hecho de emular esta maravillosa marca está ahí presente. En una plantilla confeccionada de forma mayoritaria por gente formada en la cantera, detalles que marcan la historia de la entidad cuentan, y mucho. Nadie lo admitirá en público, pero situarse al mismo nivel que Johan Cruyff y los suyos es otro de esos pequeños alicientes que ayudan en el rutinario día a día. Todo vale, todo suma y contribuye a que la fatiga psicológica no invada el vestuario. La cuarta Liga sigue a tiro, como el histórico Dream Team.