Los becarios resucitan al Barça

Así fue la sufrida victoria de un gris Barça ante el Athletic

Iba el Barça camino de una triste noche de San Juan hasta que la aparición de dos jovenzuelos, Riqui Puig y Ansu Fati, resucitaron al equipo en el mejor momento posible: cuando Quique Setién empezó a mover el banquillo, el panorama cambió a mejor, hasta el punto de que fue otro suplente, Rakitic, quien descorchó el partido ante el Athletic con un gol tan importante como sufrido, en el ecuador de la segunda parte. 

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LaLiga Santander

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Alineaciones
FC Barcelona
Ter Stegen, Semedo, Piqué, Lenglet, Jordi Alba, Busquets (Rakitic, 64') Arthur (Riqui Puig, 55'), Arturo Vidal, Messi (c), Griezmann (Ansu Fati, 64') y Luis Suárez.
Athletic Club
Unai Simón, De Marcos (c), Unai Núñez, Yeray, Balenziaga, Unai López (Dani García, 56'), Vesga, Lekue (Capa, 68'), Sancet, Córdoba (Iker Muniaín, 56') y Williams (Villabrille, 68').

El Barça salvó el partido. Los tres puntos se quedaron en el Camp Nou: otro asunto es el juego del equipo. El Barça juega a rachas, agarrado a la inspiración de Messi, pero también a la frescura de los meritorios, encargados de aportar la ambición y las ganas que parecen faltar a otros jugadores. 

Fue una victoria sufrida, pero muy elocuente: Setién habrá tomado nota de que los canteranos aportan algo más que la cuota del filial. El Barça necesita aire fresco en la pelea por LaLiga, y ese aire fresco lo representan jugadores como Ansu Fati o Riqui Puig, decisivos para cambiar el rumbo del partido. El gol también llegó desde el banquillo, aunque con la firma de un veterano, Rakitic, encargado de reivindicarse

No fue fácil liquidar al Athletic, que jugó con descaro en el Camp Nou: suyas fueron las mejores ocasiones de la primera parte. El equipo de Garitano obligó a Ter Stegen una y otra vez, por dentro y por fuera, a balón parado o a la contra, con Williams convertido en un dolor de cabeza para la defensa azulgrana.

un rival complicado

Al Barça le costó un mundo tener continuidad en el juego. Falto de chispa, demasiado previsible, el equipo de Setién volvió a mostrar su versión más plana. El Barça desprende un peligroso aire funcionarial: funciona a base de rutinas, agarrado a lo que pueda imaginar Messi, el único dispuesto a romper los esquemas frente la inacción de sus compañeros. El equipo juega demasiado al pie y poco al espacio, apenas hay desmarques en ruptura y más allá de Messi, nadie encara al rival. 

No encontró acomodo en el equipo Griezmann, pese a que su voluntad es irreprochable. Busca espacios, trabaja para filtrarse entre los rivales, pero sus compañeros no le encuentran.

Tampoco tuvo remates claros Suárez, bien tapado por la defensa del Athletic. Los laterales progresaron poco y sin demasiado peligro, y apenas hubo noticias de los interiores, más allá de algunas apariciones fulgurantes de Arturo Vidal. De Arthur se habla más para situarlo en la Juventus que para glosar su rendimiento sobre el césped. 

La pausa de hidratación retrató el guion de la primera parte: Garitano reunió a su equipo para aprovechar el tiempo muerto mientras los jugadores del Barça esperaban desperdigados a que se reanudase el juego. Dos imágenes opuestas y cargadas de simbolismo.  

a salvo de los silbidos

Pasaban los minutos y el Barça se empeñaba en mantener posesiones estériles. Con público en el Camp Nou, la 'gent blaugrana' estaría impaciente. Se escucharían silbidos, incluso antes del descanso: la urgencia de ganar atenaza al equipo, que no acaba de gestionar la presión de la pelea por el título. 

El Athletic vivió mucho más cómodo que el Barça durante toda la primera parte: por momentos, parecía que el partido se jugase en San Mamés. Los de Garitano tenían las ideas más claras, el planteamiento mejor asimilado, a pesar de que el técnico vasco había reservado a seis titulares habituales. 

savia nueva tras el descanso

El partido exigía frescura y aire fresco: en otras palabras, savia nueva, gente de la cantera, jugadores con hambre, dispuestos a dinamitar el 'establishment'. Setién se jugó la carta de Riqui Puig, que entró al campo recién iniciada la segunda parte para intentar dar una marcha más al juego del Barça.

El equipo dio un paso adelante: tímido, pero suficiente para ganar unos metros. La entrada de Riqui animó a sus compañeros, que tomaron conciencia de la Liga estaba en juego. El Barça jugó más cerca de Unai Simón. Empezó a poner en apuros al Athletic.

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Poco después, Ansu Fati irrumpió en el partido con la fuerza de un miura: apenas llevaba unos segundos en el campo cuando intentó un remate de cabeza que estuvo a punto de sorprender a Unai Simón. 

rakitic, providencial

La entrada de Rakitic, apenas unos minutos más tarde, resultaría decisiva: el croata, tan discutido últimamente, demostró lo mejor de su catálogo, su capacidad de llegar desde la segunda línea para poner en apuros al rival. Lo hizo en el ecuador de la segunda parte, poco después de haber sustituido a Busquets: aprovechó un balón muerto en el área de Simón para batir al portero del Athletic, a bocajarro.

El gol fue un auténtico alivio para el Barça: el equipo sumó los tres puntos. Poco más ofreció el equipo, en una victoria de mínimos. Queda la portería a cero de Ter Stegen, la reacción desde el banquillo y sobre todo, el soplo de aire fresco que representan los jugadors más jóvenes del equipo. 

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