Lopetegui en el Barça: una pesadilla que duró tres años

El portero estuvo tres temporadas marcadas por la mala estrella y la frustración

Vivió el Barça post-Atenas en una época de debate en la portería con Cruyff en el punto de mira

Lopetegui, durante su etapa en el Barça

Lopetegui, durante su etapa en el Barça / IGNASI PAREDES

Dídac Peyret

Dídac Peyret

Julen Lopetegui entrena como jugaba: con la tensión en la cara y el peso en el cuerpo. Le viene de familia: su padre, su tío y su abuelo eran levantadores de piedra. Él creció jugando a la pelota vasca. 

Lopetegui es un personaje de extremos: cuando algo no le va bien, la vida se ceba con él con crudeza. Pero, cuando es al revés, es un líder contagioso que asegura grupo y militancia.

Su paso por el Barça y el Madrid fue particularmente devastador. De azulgrana, vivió en sus carnes la soledad del portero en tres años de mala estrella. En el banquillo del Madrid fue cesado por Florentino Pérez a los 14 partidos.

Dos experiencias traumáticas para un tipo sufridor, que termina los partidos empapado de sudor y desencajado. Al Barça llegó en el peor momento del 'Dream Team'. Tras el despertar abrupto de Atenas el año 1994. En la final que empezó con Laudrup en la grada y terminó con Zubizarreta sentenciado.

Cruyff dio por terminado un ciclo y apostó por Lopetegui como alternativa en la portería, aunque en su cabeza ya tenía la idea de Busquets. Julen se había formado en el Madrid y llegaba con 28 años procedente del Logroñés tras el Mundial de Estados Unidos de 1994

Lo hacía en una edad perfecta, tras haber debutado con la selección y con ganas de crecer en el Barça. Lopetegui era un portero explosivo, de grandes reflejos y que alzaba la voz en el área.

El Barça necesitaba llenar el hueco de Zubizarreta y Busquets era para muchos una extravagancia de Cruyff. Un avanzado a su tiempo en el juego de pies, pero también un portero lejos de la élite con las manos.

Pero Julen empezó con muy mal pie. Una de esas jugadas que construyen un estigma y alimentan el runrún del Camp Nou. Ocurrió en la vuelta de la Supercopa de España, en una victoria por 4-5 del Zaragoza, en el Camp Nou.

En varios goles se quedó a medio camino en las salidas. Pero fue en el último, en el quinto del Zaragoza, cuando, tratando de hacer una palomita, no acertó en los tiempos, y dejó la imagen del partido.

Consciente de su mal partido, y tratando de resarcirse, hizo un gesto sobreactuado que le acompañó durante su paso por el Barça. "Cometí uno de esos errores que te pasan cada cinco años y a mí me tocó en el Barcelona", reconoció tras el partido. "Más mala suerte seguro que no voy a tener. Después de los cinco goles no pude dormir. No estoy teniendo nada de fortuna".

Esa sensación de desgracia le persiguió toda su estancia en Barcelona. Todo lo que podía ir mal fue incluso peor. Jugaba poco y cada vez que lo hacía, sin continuidad ni confianza, salía mal parado.

Sólo ocho partidos en tres años en el equipo azulgrana compitiendo con Busquets y Angoy (yerno de Cruyff). Fueron años de debate en la portería con Johan en el punto de mira. El técnico cerraba el debate a su manera: "En el mercado español solo hay un portero mejor que los míos, Buyo".

Y en medio del debate un Lopetegui que casi siempre transmitió la idea de estar desubicado. En un Barça que pedía a su guardameta juego de pies y vivir fuera de la portería, Julen parecía un perfil de otros tiempos.

Uno de sus mejores momentos fue en la Copa del Rey, en un duelo ante el Atlético donde paró dos penaltis. Pero el Barça cayó en esa eliminatoria y regresó al banquillo.

Lopetegui se iría del Barça con la frustración de no haber podido mostrar su mejor nivel. Haciendo autocrítica pero también con el desgaste de no haber tenido ningún entrenador que confiara en él. Tampoco a Robson que no tardó en traer a Vitor Baía y mantuvo a Busquets de segundo.

Se marchó el verano del 87 al Rayo tras haber jugado solo 10 partidos con el Barça. Ahora, mirando su pasado desde la distancia, lo recuerda con más cariño. "¿Un borrón en mi carrera? Quien ha estado en el Barcelona debe estar orgulloso de haber pertenecido a él".