Leo Messi salva al Barça de sufrir un gran disgusto ante el Alavés

Toni Frieros

Toni Frieros

Ernesto Valverde, que no da puntada sin hilo, ya dijo el sábado, en la previa del Barça-Alavés, que Iniesta Coutinho podían jugar juntos. Y el técnico, en la primera ocasión que ha tenido para demostrarlo, ha obrado en consecuencia. El brasileño, esperado con expectación por la afición (eso sí, en una de las peores entradas de la temporada), ha sido la gran novedad en un equipo donde destacaron dos cosas. La primera, la usencia de Sergi Busquets. La segunda, la presencia en el once inicial tanto de Umtiti como de Luis Suárez. Los dos estaban a una tarjeta amarilla de la sanción. Y podían perderse el duelo del próximo duelo liguero... ¡ante el RCD Espanyol!. Así que una decisión arriesgada de Valverde. Otro de los cambios importantes respecto al último partido de Copa del Rey fue la presencia en los laterales de Semedo y Digne en lugar de Sergi Roberto y Alba respectivamente.

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LaLiga Santander Jornada 21

2
1
Alineaciones
FC Barcelona
Ter Stegen, Semedo (Sergi Roberto, 52'), Piqué, Umtiti, Digne (Jordi Alba, 52'), Rakitic, Paulinho, Iniesta, Messi, Suárez y Coutinho (Alcácer, 65').
Deportivo Alavés
Pacheco, Alexis, Maripán, Laguardia, Duarte (Demirovic, 89'), Ibai, Medrán, Wakaso, Hernán Pérez (Pedraza, 63') Guidetti (Munir, 75') y Sobrino.

Coutinho empezó el duelo ante el Alavés como extremo derecho, ampliando el campo, si bien siempre con la intención de jugar hacia adentro para combinar más y mejor con sus compañeros. A la izquierda, Iniesta y de pivotes, Rakitic Paulinho

Muy pocas cosas pasaron en los primeros quince minutos, con un Alavés muy ordenado con su 4-4-2 de manual, una defensa bastante avanzada y basculando muy bien para no dejar espacios a los azulgranas. No fue hasta los seis minuto de la contienda cuando vivimos la primera ocasión de gol. Digne, entrando al más puro estilo Alba, disparó seco y cruzado. Su disparo salió fuera por muy poco.

Con los laterales como extremos, Alcácer y Suárez como arietes y Messi por detrás, 

El equipo de Abelardo no tardó en demostrar que había llegado al Camp Nou para dar guerra y aprovechar las pocas ocasiones que se les presentaran. Pasado el primer cuarto de hora realizó un contragolpe de manual donde Ter Stegen salvó el uno contra uno ante Ibai sacando un pie prodigioso. Fue el primer aviso de los vascos que no tardarían en volver a enseñar las uñas. Con poca profundidad y nulo acierto combinativo, solo un remate de cabeza forzado de Luis Suárez obligó al meta Pacheco a intervenir en lo que estaba siendo, hasta ese momento, una noche plácida.

Contragolpe letal

Cuando parecía que pocas cosas estaban ocurriendo, llegó a los veintidós minutos esa jugada que detestan todos los entrenadores. Pérdida de balón, desajustes, todos mal colocados y contragolpe letal del rival. El centrocampista Medrán vio solo a Guidetti y el ex jugador del Celta, solo completamente en su propio campo, inició una galopada que pilló con el pijama puesto a Piqué y sobre todo a Umtiti. La extraordinaria carrera le permitió plantarse solo ante Ter Stegen y meter el balón por el único espacio donde no podía llegar el meta alemán. El Alavés, con orden y concierto, había logrado silenciar al Camp Nou. Tocaba remontada... y tocaba despertar.

Lo intentó Coutinho a los treinta minutos con un buen disparo que acabó en saque de esquina, donde se demostró que, tal vez, lo mejor sería que el brasileño jugara más cerca del área, más cerca de MessiIniesta Luis Suárez, y no tan escorado en banda. Sin la fluidez habitual, y sin ser capaces los azulgranas de encontrar espacios, volvió a tirar del carro Messi con dos faltas consecutivas que Pacheco se encargó de enviar a saque de esquina.

¿Se repetiría el mismo escenario del último partido de Liga, donde el Barça se fue al descanso ante el Betis con empate a cero y después se desató marcándole cinco goles en la segunda mitad al equipo bético? Desde luego, los pupilos de Valverde tendrían que volver del vestuario con más intensidad y más acierto combinativo.

Defensa nueva

Era evidente que había que hacer algo diferente para salir del atolladero. Y Valverde optó por llevar a cabo algo que pocas veces, o nunca, había hecho anteriormente como entrenador azulgrana: hacer dos cambios al mismo tiempo... ¡y sentar a los dos laterales! Sí, Sergi Roberto y Alba entraron por Digne Semedo, muy espesos y con poca incidencia en el juego colectivo.

Los minutos iban pasando y la fotografía del partido no parecía cambiar. El Alavés embotellado, sí, pero bien cerrado y con ganas de hacer daño al contragolpe. Había que intentar algo más y la solución fue dar entrada a Paco Alcácer y sentar a un Coutinho, que no tendrá muy buen recuerdo de su debut como titular en el Camp Nou. Con Alcácer dentro del campo, Messi se desplazó algo más a la derecha para arrastrar marcadores, crear espacios y sentar el pánico con sus incursiones.

Era cuestión de tiempo que llegara el gol azulgrana. Cuestión de paciencia. Un pequeño desajuste, un hueco, un despiste en la zaga visitante... Pacheco, con el pie, le sacó un disparo venenoso a Luis Suárez y poco después, con la cara, en una jugada afortunada para él, le sacó un disparo cercano de Paulinho.

La recompensa a ese asedio llegó a los veintiseis minutos. Iniesta, en estado puro, se internó por la izquierda y su centro al segundo palo lo remató cruzado,con rabia y potencia, Luis Suárez. Un obús ante el que la defensa del Alavés no pudi hace absolutamente nada. Un gol que hacía justicia, pero que era insuficiente. Faltaba un esfuerzo más. El empate no le bastaba al líder. Además,aún tenía que aparecer lo mejor de Leo Messi.

Y apareció. Una falta a Paco Alcácer, que había salido en posición irregular, provocó una falta al borde del área. Un poco escorada, como le gustan a LeoMessi, como ya nos tiene acostumbrados, la ejecutó con maestría, con rosca, buscando la escuadra. Pacheco, que hasta ese momento lo había salvado todo, no pudo hacer nada evitar el golazo del mejor jugador de todos los tiempos.

El líder lo pasó fatal ante el Alavés. Le costó la misma vida salvar los tres puntos. Un aviso en toda regla para aquellos que piensen que la Liga ya está ganada. No. Bien está lo que bien acaba. Un partido menos, tres puntos más.