El argentino marcó dos de los cuatro goles del Barça

Leo Messi, de suplente a goleador

No necesita más. Con apenas media hora de juego Leo Messi volvió a convertirse en el protagonista del partido del Barça

Alba Martín

El Barça visitaba este sábado el Coliseo Alfonso Pérez, uno de los campos más peligrosos de la Liga, donde el Real Madrid se había dejado los tres puntos hace solo un par de semanas, y lo hacía con sorpresa en su once. Su técnico, Tito Vilanova, decidía dejar en el banquillo a Leo Messi. El argentino venía de jugar dos partidos con Argentina, pero había entrenado con total normalidad. Pese a todo, Leo empezaba el partido desde el banquillo.

Una situación que no se veía desde el 10 de septiembre de 2011, en el partido que enfrentó la temporada pasada al Barça y Real Sociedad. Un año y cinco días después la situación se repetía, pero esta vez con un final más feliz para el Barça, y para Leo. Y es que si en aquella ocasión el Barça de Guardiola empató el encuentro 2-2, este sábado contra el Getafe la suplencia le sentó de maravilla al argentino.

Pese a disputar sólo los 36 de los 94 minutos del partido, el delantero del Barça se convirtió en el hombre indiscutible de la noche. Marcó el segundo gol desde el punto de penalty, sin que le temblara el pulso (73¿), y encarriló la goleada definiendo a la perfección un centro de Montoya cuatro minutos después (77¿). Máximo rendimiento, con menos esfuerzo. Una fórmula anhelada por muchos para Messi y que quizá Tito Vilanova logre por fin imponerle. Eso sí, no será fácil convencer al argentino, a quien su hambre de fútbol le impide en muchas ocasiones dosificarse.