LA ENTREVISTA

Leo Harlem: "Nunca ha habido ni habrá otro como Leo... Messi"

Está considerado uno de los mejores monologuistas españoles. Allí donde actúa se cuelga el cartel de ‘entradas agotadas’. De humor ocurrente y de verbo fácil, es un apasionado del deporte… y del Barça

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Leonardo González Feliz. Con ese apellido no me extraña que haga feliz a la gente…

¡Y en Madrid vivo en la calle Virgen de la Alegría! (risas)

¿El humorista nace o se hace?

Yo estudié Arquitectura y Derecho, pero lo dejé y me puse a trabajar, primero de panadero, como mi padre, y después de camarero en un bar de copas.

En el Bar Harlem de Valladolid, del que usted tomó su apellido artístico.

Así es. Todo el mundo me conocía como Leo, el del Harlem.

¿Por qué dice que ha salido de noche más que el camión de la basura?

Imagínese las noches que he trabajado como panadero y las que salía del bar de madrugada, a las tres, a las cuatro… ¡Yo la luz del sol la veía por las tardes!

Entonces lo suyo es un don…

Sí, siempre tuve esa chispa, ingenio, frescura y capacidad de improvisación.

Vamos, el que animaba el cotarro…

Sí, en clase, en las excursiones, en reuniones familiares. Mis amigos me lo dicen: “Ya tenías trazas, ya”.

¿Cuándo cambia su vida? De camarero a estrella del monólogo…

Unos amigos míos grabaron una actuación que hice en un bar y mandaron el vídeo a las previas de ‘El Club de la Comedia’, en 2002. Me seleccionaron y las cosas empezaron a ir tan bien que me permitió en 2003 dejar el bar y ponerme a hacer bolos.

…Y se hizo muy popular.

Es lo que tiene cuando algo se hace viral, como los vídeos. Empecé a colaborar en ‘La hora de José Mota’, ‘El Club del Chiste’ y de ahí a hacer eventos corporativos, teatro…

¿Improvisa o le echa horas?

Los guiones los escribo yo. Y hay que trabajarlos mucho, darles esa impronta personal que los haga creíbles.

Por cierto, no tiene WhatsApp…

¡Nooo! Mi teléfono es del siglo pasado, de teclas. Yo abomino del mal uso que se hace de las redes sociales.

Normal…

Sí, porque a aquellos que hacen un mal uso, que insultan desde del anonimato, es como darle un altavoz a un tonto. Hay mucho imbécil suelto que hace daño gratuito. Yo veo a un menor con un móvil y me estremezco.

También hizo sus pinitos como periodista…

Hombre, tanto como eso… Colaboré con Javier Ares en ‘Radio Estadio’ de Onda Cero y en ‘El Mundo’ de Valladolid hacía una crónica, a mi manera, con humor, de los partidos del Valladolid. A mí el deporte me encanta. Fui mucho de Cassius Clay e Indurain.

¿Se lo traga todo?

¡Hasta el waterpolo, que me da una angustia verlos ahí en el agua!

Se lo habrá pasado bomba en los últimos años…

¡La Edad de Oro del deporte español! Tenemos mucho nivel, oiga. Yo he vibrado mucho con los “iniestazos”. El gol al Chelsea con el Barça y a Holanda en la final del Mundial. La vi solo, porque yo en esos partidos he de estar solo. Y además, como soy del Barça, llevo unos cuantos años disfrutando de lo lindo, que ya estuvimos cinco sin llevarnos ni un trozo de pan a la boca.

Parece que la racha no tiene fin…

La historia del Barça empieza a cambiarla Cruyff, primero como jugador y luego como entrenador. En medio hemos tenido a Romario, Rivaldo, Ronaldinho… y desde hace diez años a Leo Messi, que es un verdadero extraterrestre. Yo nunca he visto nada igual. No ha habido ni habrá nadie como él. Es de otra dimensión.

Hasta aquí hemos ‘llegao’, como su último show…

Antes déjeme decirle que yo no soy anti nada. He trabajado para el Real Madrid y con todo el que me llama. El fútbol hay que vivirlo con pasión. Yo tengo una gran colección de DVD de partidos, porque me encanta. Pero eso sí, quitémosle dramatismo y, sobre todo, acabemos con esa lacra que es la violencia y el ‘hooliganismo’. Mafias e imbéciles no, por favor.

Que tomen nota…