Lenglet sufre la presión de tener que liderar la defensa del Barça

La mano de Lenglet en el área y el gol de la Juventus que sentenció al Barça

La mano de Lenglet en el área y el gol de la Juventus que sentenció al Barça / Perform

Juan Manuel Díaz

Juan Manuel Díaz

Clément Lenglet debe pensar que está pagando muy caro ser el único defensa central del FC Barcelona que no está -o ha estado- en la enfermería. De hecho, aunque se torció el tobillo en el triunfo frente a Osasuna (4-0) y lo sustituyeron en el minuto 67, se ha mantenido en el equipo excepto en el choque frente al Sevilla. Y en cierta forma, se ha convertido en la imagen de las desconexiones del sistema defensivo.

El martes, frente a la Juve, Ronald Koeman decidió sentarlo, junto a Jordi Alba, después de que le señalaran un penalti en contra por tocar el balón con la mano. El técnico aseguró que los había sustituido para protegerlos, pero tuvo todo el aspecto de un aviso, vistos los antecedentes. 

QUINCE DE DIECISÉIS, TRES DE SEIS

Lenglet ha sido titular en 14 de los 16 partidos que ha jugado el Barça esta temporada, y solo se perdió el partido contra el Sevilla (1-1) por sanción. Quizás sea ese uno de los motivos por el que Clément se ha visto retratado en casi todas las fotografías de los fiascos blaugrana: ha estado involucrado en tres de las seis pifias más groseras en defensa, que han llevado a Koeman a quejarse en la sala de prensa.

De hecho, su ausencia frente al Sevilla se debió a que había visto dos tarjetas amarillas en 42 minutos sobre el césped de Balaídos. Aunque alguna de las dos amonestaciones fuera discutible, la realidad es que el galo dejó al equipo en inferioridad numérica con el 0-1 en el marcador, aunque al final supo imponerse por 0-3.

Frente a la Juventus, Lenglet se desesperó cuando vio que le señalaban un nuevo penalti de VAR, el del 0-3. Una situación similar a la que había vivido frente al Real Madrid (1-3).

En el clásico, un agarrón típico de córner fue transformado por Sergio Ramos en una falta decisiva. El videoarbitraje enmendó la plana a <strong>Martínez Munuera</strong> y el gol de pena máxima del capitán madridista abortó las opciones del Barça.  

LA PRESION DE LIDERAR

Las lesiones de Piqué Araújo, así como la casi eterna baja de Umtiti -recuperado ante la Juve- han obligado a Lenglet a jugar cada tres días y, lo más importante, a liderar una línea defensiva de alto riesgo. La última línea del Barça siempre juega sin red, muy adelantada. Los centrales están abocados a iniciar el juego de ataque en estático desde su propia área; a medirse mano a mano en las contras del rival con cuarenta metros a la espalda; y a salir hasta la banda para cubrir las espaldas del lateral de su carril.

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En estas circunstancias, si ya se añoraba la figura de Carles Puyol por su intensidad y su carácter, ahora la baja de Piqué ha provocado una crisis mayúscula. Cierto, Gerard estuvo involucrado junto a Ter Stegen en la monumental pifia contra el Atlético; y también, en cierta forma, en el feo error de Neto ante el Alavés; por no hablar del penalti de De Jong en Getafe... 

FALTA DE CONTUNDECIA

Clément también estaba allí en casi todas, y con esta presión añadida llegó el tremendo error colectivo frente al Cádiz: Entre el penoso saque de banda de Jordi Alba y la sorpresa de Ter Stegen, la imagen de un blando Lenglet dejando que Álvaro Negredo le robara la cartera abocó al equipo a una nueva derrota, solo unos minutos después de equilibrar el marcador.

Esa jugada aunó varios de los males defensivos del Barça: desconexiones peligrosas, falta de intensidad y contundencia y desajustes tácticos que abocan al equipo a encajar muchos goles. Solo ha dejado su meta a cero en seis ocasiones y ha encajado 16 tantos.