Lenglet: "¿Comprar un Ferrari? No me atrae"

Brutal rondo entre Griezmann, Giroud y Lemar  con Francia ¡Lenglet ni la huele!

sport

Alex Muñoz

Quizá no sea el jugador que más titulares ocupa ni el que más elogios recibe. Sin hacer mucho ruido, Clément Lenglet se ha ido ganando la confianza de todos hasta ser, hoy en día, indiscutible en el Barça y, al fin, tenido en cuenta por Deschamps. Ahora el central ha concedido una entrevista al medio francés 'L'Est Republicain', centrándose, especialmente, en como convive un futbolista con una actitud tan poco de futbolista como él en la burbuja de lujos en que habitan los deportistas de élite. 

Antes de llegar al olimpo futbolístico, Lenglet se forjó en un equipo modesto de su país, el Nancy, donde sus actuaciones despertaron el interés de Monchi, quien no dudó en traerlo a Sevilla en el mercado invernal de la temporada 16-17 por apenas 5 millones de euros. Sin embargo, el central cree que la persona de hoy sigue siendo la misma que cuando empezaba a despuntar en la Ligue 1: "No he cambiado mi estilo de vida. No fui una estrella en Nancy y, para mí, todavía no lo soy". 

Para llegar tan lejos hace falta un cierto talento, pero no es, ni mucho menos, el elemento más importante en la fórmula del éxito. De hecho, Lenglet cree que ha sido clave necesitar de "un tiempo de adaptación ahí donde he estado, me he forjado y lo he logrado todo gracias al trabajo". Claro que el éxito trae consigo elementos a los que no siempre resulta fácil, aunque todos alguna vez lo hayamos deseado, adaptarse. Afortunadamente, el jugador del Barça tiene, y mucho, los pies en el suelo, y sabe que "el entorno futbolístico tiene sus ventajas y desventajas. 

Pese a lo malo que tiene a veces la fama, ya que, como el mismo comenta, "veo menos a mis amigos y ya no puedo ir al cine", el francés no es hipócrita, y sabe que todo "se ve compensado por los grandes momentos que tengo la oportunidad de vivir". La vida del futbolista, y en general de todos los deportistas de élite, es una burbuja donde el lujo es tan accesible que puede cegar a cualquiera. Aquí Lenglet desentona, no tiene la actitud típica de sus compañeros de profesión. 

"Tengo claro  el valor del dinero, soy alguien muy razonable con eso", confiesa. "Por supuesto, me gano muy bien la vida. Cuando voy al restaurante, si quiero un plato a 40 € o incluso 100 €, no miraré el precio, lo tomo, me permito algunas cosas". Detalles entendibles que todos, en su situación, haríamos sin duda. Sin embargo, el estilo de Lenglet no va de la mano con el canónico de mostrar una gran opulencia, sino que todo lo que se deba demostrar se hace en el campo: "¿Comprar un Ferrari, por ejemplo? No, es agradable, pero sigue siendo un automóvil y no me atrae más que eso". 

Por supuesto, no podía faltar una pregunta sobre Messi. El galo le considera "un gran amigo del vestuario, todos los días actúa tan simple que te obliga a verlo así". Así es Clément Lenglet, el central que con su temple y humildad ha logrado ser imprescindible en la zaga del Barça y convocado con la actual selección campeona del mundo. Y solo tiene 24 años.