Historia SPORT

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Las siete vidas de Aleix

Dídac Peyret

Dídac Peyret

"Cuando llegué al Almería tenía pocas esperanzas de vivir de esto. No había tenido ni la suerte ni la confianza. Tenía 22 años y pensaba que se me estaba pasando el tren". Aleix Vidal no es de esos futbolistas que creció con un camino marcado.

Antes de llegar a la élite tuvo que coger algunos desvíos. Lucas Alcaraz fue el técnico que creyó en él y Emery el que impulsó su carrera. Curiosamente como lateral. En el Sevilla. Y en una decisión que tomaron los capitanes del equipo tras una plaga de lesiones.Solo siete partidos jugó en una posición nueva para él. Pero fueron suficiente para que Luis Enrique le echara el ojo. 

El Barça se puso mano a la obra y el Aleix terminó viniendo a pesar de no poder jugar hasta la segunda vuelta por la sanción FIFA. Una situación que hizo dudar mucho al futbolista antes de aceptar. La decisión no era tan sencilla.

En primer lugar porque no quería estar tantos meses sin jugar. Pero también porque en el Sevilla disfrutaba por fin de la élite y de un entrenador que apostaba por él. Había además una espina del pasado. En el curso 2001-2002 jugó en el infantil del Barça, pero solo duró una temporada.

Aleix Vidal nunca lo ha tenido fácil. Tampoco las últimas temporadas, donde tuvo varios desencuentros con Luis Enrique. Hace dos años desveló la tensión latente entre ambos.

"Tuve una larga charla con el míster porque no estaba teniendo buenas sensaciones. Él me explicó lo que opinaba y yo también dije lo que opinaba. Yo estaba descontento por unas cosas y el míster estaba descontento por otras". 

Su nombre siempre aparece las quinielas para dejar el club cuando se abre el mercado. Pero ahí sigue, en una etapa, de blaugrana, que sigue siendo una montaña rusa. 

Con Luis Enrique pasó por varias fases. Una en la que parecía haber caído en el ostracismo. Y otra en la que encontró su momento hasta que una lesión lo dejó fuera de juego cuando estaba viviendo sus mejores partidos de azulgrana.

"La gente me cuenta solo como lateral, pero mi posición natural es el extremo" 

En sus primeros meses de 2017 nadie discutió su impacto en el equipo. Incluso el técnico asturiano reconocía entonces que Aleix se lo estaba poniendo muy difícil.

"Me alegra que Aleix Vidal le quite la razón al entrenador. Ha aprovechado sus oportunidades. Nunca he tenido quejas de los entrenamientos. Los minutos de competición dictan si tienes nivel. Consideré que tenía cosas que mejorar y ahora tiene un nivel altísimo y es una grandísima noticia, está aportando muchas cosas y todas positivas. Es maravilloso", reconocía en febrero.

Uno más con Valverde

La llegada del Txingurri parecía una buena noticia para Aleix Vidal. Es más, protagonizó una gran pretemporada y comenzó como titular en la Supercopa de España. 

El contexto le favorecía: Semedo vivía días de adaptación y Sergi Roberto comenzaba la temporada como una opción para el mediocampo. Fue solo un espejismo. En la vuelta en el Bernabéu ya fue suplente y en el arranque lieguero salió en la recta final del partido ante el Betis para ocupar el extremo.  

El pasado mes de junio el propio Aleix dejaba claras sus preferencias en El Larguero. "La gente me cuenta solo como lateral pero yo llegué al Barça habiendo jugado siete partidos como lateral en el Sevilla, mi posición natural es la de extremo". 

La consolidación de una rotación clara en el letaral derecho (Sergi Roberto titular; Semedo, alternativa) ha subrayado el nuevo papel del futbolista en el Barça. La apuesta de Valverde por el 4-4-2 en muchos partidos favorece al futbolista en una posición de ida y vuelta.

Valverde se lo dejó clar hace unas semanas: si se quedaba, apostaría por él en posiciones más avanzadas. El reciente encuentro ante el Espanyol, con Aleix ocupando el interior derecho para abrir el campo, es un buen ejemplo de sus posibilidades en el equipo.

El ex del Sevilla suma este curso 817 minutos. 346 en Liga. 319 en Copa. 62 en Champions y 90 en la Supercopa 

Aleix está cerca de llegar a los números de la temporada pasada, donde jugó un total de 886, en gran parte por una una luxación en el tobillo derecho.

El de Puigpelat no lo está teniendo tampoco fácil en el Barça esta temporada. Su futuro sigue siendo incierto, pero de momento sobrevive a los obstáculos y sigue persistiendo como siempre le tocó en su carrera.