Las razones del enfado de Arturo Vidal

Tomàs Andreu

Arturo Vidal no está contento. El chileno no ha arrancado la temporada tal y como él se esperaba y buena prueba de ello fue el mensaje de enfado que mostró minutos después de la importante victoria del <strong>Barça</strong> frente al <strong>Tottenham </strong>en <strong>Wembley</strong>. Anoche, una decepción más. Y no es la primera.

Las razones del malestar de Vidal son múltiples y variadas. De entrada, el centrocampista chileno estaba convencido que formaría parte del once inicial. Arturo estaba al corriente que el equipo variaba su sistema, optaba por el 4-4-2 y, en consecuencia él imaginaba que adquiría un protagonismo importante en un marco excepcional como es Wembley. Así lo trasladó a su entorno más cercano, avisándoles que estaba a punto para su primer gran partido como azulgrana.

La decepción de Arturo cuando vio que Arthur le arrebataba el puesto de inicio fue mayúscula y se plasmó en el mensaje en las redes tras el 2-4.

Apenas si se han disputado 10 partidos oficiales en lo que va de temporada y Vidal acumula varias decepciones. El chileno también ha recordado que fue el Barça quien le insistió para que frenara en seco su fichaje por el Inter para recalar en el Camp Nou. Fue la dirección deportiva azulgrana quien le prometió que tendría un papel de protagonista en un equipo que quería recuperar su hegemonía en Europa. Y así lo hizo, plantó a Inter para vestir de azulgrana.

Otro motivo de enfado de Arturo se debe a sus problemas físicos. El chileno asegura que sus molestias recurrentes en la rodilla no son obstáculo para que empiece a disfrutar de la continuidad que merece. Vidal estima que su plan de preparación físico personalizado en más de una ocasión es una excusa para dejarle en el banquillo y solo otorgarle los minutos finales del encuentro. La promesa de reservarle para los grandes partidos de Champions tampoco parece cumplirse.

Tal y como ya informó SPORT hace unas semanas, Vidal ya ha trasladado sus preocupaciones al cuerpo técnico y a su agente, Fernando Felicevich. Por ahora, Arturo sigue armado de paciencia esperando que su proceso de adaptación al Barça se reconduzca. Su comportamiento sobre el terreno de juego ha sido impecable y, salvo algún que otro gesto en los cambios, su único señal de malestar no va más allá del mensaje tras el enfrentamiento de Wembley.