Las horas más bajas de Zidane

A Zidane se le cayó el mundo encima tras perder el Clásico

A Zidane se le cayó el mundo encima tras perder el Clásico / MARC CASANOVAS

Germán Bona

A Zinedine Zidane ya no le brillan los ojos como antes. Le fueran las cosas mejor o peor, era muy difícil percibir algún síntoma de debilidad en un hombre aparentemente de ‘hierro’ y con una autoconfianza contagiosa. Desde el pitido final del Clásico, parece que ya nada volverá a ser lo mismo. No es la primera vez que presencia desde el banquillo cómo el Barça asalta el Bernabéu, pero sí desconocía el francés la sensación, muy dolorosa, de tener que prácticamente arrojar la toalla en la Liga cuando ni siquiera se ha llegado a su ecuador. Catorce puntos, aunque sean once si ganan el partido pendiente, son un enorme ‘vía crucis’ que recorrer. Zidane está ‘tocado’, se le nota y ya ni se esfuerza en esconderlo. La derrota del sábado le ha hecho muchísimo daño.

Sobre todo porque es de esos días que, con la mirada de todo el mundo puesta en el Bernabéu, un planteamiento equivocado te puede hundir. Quiso repetir la fórmula de la Supercopa en el Camp Nou con Kovacic y el experimento le resultó fallido. Porque el Barça no es el mismo que en verano, ha crecido mucho, y porque alinear al croata supuso dejar fuera del partido a Isco. 

un 2018 incierto

Florentino Pérez no moverá pieza y mantendrá a Zidane a ‘capa y espada’. Es el guión previsto, recordará los últimos éxitos y deseará en silencio que la flor, ahora marchita, del técnico vuelva a brotar. Le toca al Real Madrid y a su entrenador aferrarse a la Champions League, una competición que dominan, pero en la que deberán ‘torear’ a todo un ‘miura’ como es el París Saint-Germain de Neymar, quién sabe si la próxima conquista para tapar la realidad.

Lo ganado hasta ahora, y aunque se incluya la Copa del Rey, que está por ver, podría no ser suficiente a final de temporada para mantener el crédito de un entrenador que sembró todas las dudas con su planteamiento en el Clásico y su posterior nula capacidad de reacción cuando las cosas se pusieron difíciles. El caso de Carlo Ancelotti sigue en la memoria del madridismo y debería hacer reflexionar al técnico. Florentino, como siempre, bajó tras el partido a vestuario para mostrarle su apoyo, pero durante el partido, las caras en el palco fueron un auténtico poema y pagaron por sí solas.

También la afición está con la mosca detrás de la oreja, desencantada con una nueva humillación del Barça, el eterno rival, ante sus propios ojos. No fue la primera en los últimos años, pero no por ello deja de ser dolorosa, y más cuando la palabra ‘Sextete’ aún se resistían a dejar de pronunciarla.

Recuperar la ilusión de la afición y contener a un vestuario que se cuestiona la gestión del técnico, con decisiones que no aciertan a comprender, serán los retos para Zidane de cara al 2018. La Liga es una quimera, quedan muchos partidos de la competición todavía en el Bernabéu y se pueden hacer muy largos para el equipo, la grada, la ‘zona noble’ y para un entrenador consciente de que las “hostias” que vaticinó en la rueda de prensa posterior al Clásico ya han empezado a caer. ‘Zizou’ está ‘tocado’ y el Clásico puede marcar un antes y un después.