La revolución de Ernesto Valverde en el Barça 2019-2020

Ansu Fati ya entrena con Messi

Tras las buenas sensaciones dejadas por el joven canterano ante el Valencia, volvió a entrenar bajo las órdenes de Valverde y ya con Messi con el grupo / Efe

Toni Frieros

Toni Frieros

El inicio de la tercera temporada de Ernesto Valverde en el banquillo del Camp Nou tiene poco que ver con las dos anteriores. La clasificación así lo dice. Las prestaciones del equipo fuera de casa, también. Algo ha cambiado. Valverde es un tipo que no levanta la voz. No le hace falta para ser convincente. De la misma forma que ve la fotografía (su otra gran pasión) con una visión muy personal, dirige el primer equipo del  Barça con las ideas muy claras. Un cargo de tanta responsabilidad y presión que le exige no solamente conocimiento, sobre todo personalidad para tomar decisiones.

Prácticamente nadie es intocable

El 16 de agosto. San Mamés.  El Barça de Valverde debuta en la Liga 2019-20 ante el Athletic. Y el técnico azulgrana ya deja entrever que será una temporada diferente. Sorprendentemente, el centro del campo del equipo presentó una composición inédita, con Sergi RobertoDe Jong y AleñáBusquets Rakitic empezaron en el banquillo. Algo jamás visto en los últimos años salvo en los días de rotaciones frente a rivales menores. Rakitic sí entró en la segunda parte, pero el de Badía no jugó ni un minuto. Los dos, el croata y el catalán, fueron absolutamente intocables en las anteriores temporadas. De forma especial el canterano, titular indiscutible desde que debutara en 2008 con Guardiola. Que el entrenador no se case con nadie es un aviso para toda la plantilla y toda una declaración de intenciones. Rakitic ha desaparecido por completo de la zona noble del equipo. Ya no es titular. Y Busquets volvió a ser suplente en otro partido de ‘armas tomar', contra el Sevilla. La lectura es fácil y transparente: Valverde no se casa con ‘nombres’, solo con quienes estén en forma.

La meritocracia por encima de todo

Eso quiere decir que el entrenador del FC Barcelona apuesta por la meritocracia. Un claro ejemplo de ello lo vimos en el último compromiso liguero ente el Barça y el Sevilla. En la alineación titular estaban Dembélé Arturo Vidal, mientras que en el banquillo se sentaron, otra vez Busquets Antoine Griezmann. Y el rival no era un recién ascendido, era todo un Sevilla, uno de los mejores equipos de la liga. ¿Por qué esa decisión? Muy sencillo. En el partido anterior, contra el Inter en la Champions League, precisamente Vidal Dembélé fueron  los que sustituyeron a Busi Griezmann respectivamente y el Barça dio la vuelta a la tortilla ante los italianos. Esos dos cambios revolucionaron el partido y permitieron que el Barça pudiera salir del lío en que estaba metido. Como recompensa, Vidal Dembélé fueron titulares ante el Sevilla. Meritocracia.

Valentía con los de casa, para lo bueno y lo malo

Indiscutiblemente, si algo ha marcado a fuego a Valverde esta temporada ha sido su fuerte y valiente apuesta con la cantera. La decisión de hacer jugar a Ansu Fati ha revolucionado al Barça... y al fútbol español. Que el joven de 16 años debutara ante el Betis cuando el partido ya iba 5-1, podría tildarse de “decisión fácil y de cara a la galería”. Pero no. Ansu entró al inicio de la segunda parte contra Osasuna y a los pocos minutos marcó el gol del empate de cabeza. Después fue titular ante el Valencia, donde volvió a marcar, ¡y en la Champions League frente al Borussia! Valverde ha sido extraordinariamente valiente con Fati... y al igual que con Carles Pérez, titular ante el Betis, Osasuna y Granada. El pasado domingo, debutó otro chico de la casa, el defensa Araujo. Que en ocho partido de liga ya hayan debutado tres chicos, es muy loable. En el lado opuesto de la balanza, Carles Aleñá, desaparecido en combate desde el partido ante el Athletic.

Después de una lesión, al banquillo

Otra de las cosas que han quedado muy claras esta temporada es la gestión de los jugadores que salen de una lesión, ya sea corta o larga. Valverde practica ahora la política de ‘riesgo cero’ con todos ellos y, además, de forma radical. En temporadas anteriores no siempre había sido así. Por ejemplo, con SuárezAlba Messi, que en cuanto tuvieron el alta médica, volvieron a la titularidad.

Este año el protocolo a seguir es otro: el que sale de una lesión empieza el siguiente encuentro en el banquillo. Se llame como se llame. ¿Ejemplos? Luis Suárez se lesionó en el sóleo ante el Athletic en el primer partido de Liga. Recibió el alta médica el día del Valencia y entró en el terreno de juego en la segunda parte sustituyendo a Ansu Fati. Lo mismo sucedió con Leo Messi. Sus primeros minutos los disputó en Granada saliendo en el inicio de la segunda parte. Dembélé pasó por el mismo filtro. Su regreso a los terrenos se produjo en el segundo tiempo del Barça-Villarreal. Ousmane no jugaba desde el primer partido de Liga frente al Athletic. Una política que Valverde ha cumplido a rajatabla.

El punto débil: el desequilibro defensivo

Todos los cambios que ha venido realizando el técnico en la alineación, mayoritariamente en el centro del campo y en la delantera, no han acabado de conferirle al equipo la solidez que perseigue.Hay un dato absolutamente revelador. De los diez partidos que el Barça ha disputado esta temporada, en la mitad de ellos, cinco, ha empezado perdiendo: Athletic, Betis, Osasuna, Granada e Inter. Solo ante Betis e Inter acabó ganando. Valverde ha reconocido en diferentes conferencias de prensa que el equipo ha corrido demasiados riesgos (pérdidas de balón) y ha sido sorprendido en defensa al no proteger bien la espalda. No se recupera la pelota como antaño y los rivales sorprenden al contragolpe, como sucedió frente al Inter de Milan e incluso ante el Sevilla.Y ese es un desequilibrio que el Barça tiene que corregir en cuanto antes porque los rivales ya han aprendido cómo hacerle daño al equipo azulgrana. Encontrar el balance entre atacar bien y defender mejor, es la clave para que el Barça recupere las mejores sensaciones y vuelva a ser fiable.

Griezmann no funciona en esa demarcación

El fichaje de Antoine Griezmann se llevó a cabo, precisamente, para volver a revolucionar al equipo y, específicamente, a la delantera del Barça, que la temporada pasada sufrió de lo lindo con las actuaciones guadianas de Dembélé y el hundimiento anímico de Coutinho. Lo que se ha puesto de manifiesto en estos casi dos meses de competición es que Griezmann no está cómodo situado en la banda izquierda. Y ahí Valverde sí que tiene que encontrar una solución porque sería una gran pérdida no aprovechar todo el talento y potencial del francés, perdido en Bilbao, desaparecido en  Pamplona, ausente en Dortmund ... y así en todos los partidos que ha jugado fuera del Camp Nou. Que fuera suplente ante el Sevilla y no jugara ni un solo minuto, confirma que, efectivamente, Valverde no se casa con nadie y que, por otro lado, el técnico tiene que saber dar con la tecla para que el ex colchonero demuestre que es campeón del mundo.

Solo han transcurrido dos meses de competición y Valverde ha tomado decisiones de gran calado. Esa ha sido su revolución.