El fin de la Asamblea tendrá que esperar al clásico

El Barça es un club único. Lo que pasa en el Barça no pasa en ningún sitio. Ayer se volvió a demostrar cuando a falta de un cuarto de hora para el inicio del partido que enfrentó al equipo de Ronald Koeman contra el Valencia, el presidente del club, Joan Laporta, decidió suspender la Asamblea de compromisarios que se estaba celebrando en el Palau Blaugrana, a pocos metros del Camp Nou.

Laporta, después de consultar con los servicios jurídicos del club y viendo como solo se habían podido desarrollar tres de los puntos del orden del día, decidió atender la petición de varios compromisarios, dar por acabado el encuentro justo antes de la votación sobre el financiamiento del Espai Barça y emplazar a los compromisarios a otro día. El presidente del Barça se acogía al artículo 29.7 de los Estatutos del club. La decisión fue recibida con una tremenda ovación por parte de los socios que todavía estaban en el Palau Blaugrana. No llegaban a 700 después que en ningún momento se sobrepase el número de 800 acreditados, una cifra muy baja teniendo en cuenta que eran 4.457 los socios convocados.

FACILIDADES

Hasta ese momento, todo había ido como la seda para la junta directiva de Laporta. Los compromisarios, un total de 760, habían trasladado a los gestores del club su total confianza en los dos puntos que se habían llegado a votar: la liquidación del ejercicio 2020-21 y el presupuesto de la presente temporada. Fue el vicepresidente económico, Eduard Romeu, el encargado de defender ambas cuestiones. Y los compromisarios respaldaron los números presentados por la directiva. Las pérdidas de 481 millones atribuidas por la actual junta a la nefasta gestión de la anterior recibieron 637 votos a favor y solo 39 en contra. El presupuesto para la presente temporada, de 765 millones de euros con una previsión de beneficios de 5 millones, fue aprobado con 643 votos a favor y 17 en contra.

Pero la Asamblea tenía otros puntos de mayor calado y transcendencia. Laporta había reconocido el viernes en una entrevista en Sport que la de este domingo era la Asamblea más importante de la historia reciente del Barça. Los compromisarios debían dar luz verde, además de a las cuentas del pasado ejercicio y al presupuesto para la actual temporada, a puntos tan importantes como el permiso para buscar financiación por un importe de 1.500 millones de euros para poder acometer las obras del Espai Barça, autorizar que uno o más inversores puedan tener una participación minoritaria del capital social de Barça Studios y aprobar una reforma de los Estatutos del club con un punto destacado, la suspensión del artículo 67 de la carta magna blaugrana, que obliga a la junta a restablecer una situación de desequilibrio patrimonial o de pérdidas en el plazo de dos temporadas, hecho que la actual directiva considera inalcanzable debido a la situación económica del club después de cerrar el anterior ejercicio con unas pérdidas de 481 millones de euros y una deuda de 1.350 millones, ambas cifras heredadas de la anterior junta. Y la votación de estos tres puntos tendrá que esperar.

OTRA ASAMBLEA

Se presentó a los compromisarios el proyecto del Espai Barça. La vicepresidenta institucional, Maria Elena Fort, explicó el proyecto y el CEO del club, Ferran Reverter, el coste de la operación y el modelo de financiación. Tomaron después la palabra los compromisarios. Unos cuantos de ellos pidieron que un tema tan importante para el futuro del club se aprobase en un referéndum con participación de todos los socios y otros que se pusiese un punto y aparte a la cita para ir a apoyar al equipo de Koeman. Tras las intervenciones, Laporta tomó la palabra y explicó que no se podía hacer un nuevo referéndum porque una financiación de tal magnitud debía pasar por la Asamblea, para acto seguido suspender la cita y enviar a todo el mundo al Camp Nou. La financiación, la reforma de los Estatutos, cuya votación se anunció que se hará punto por punto, y la búsqueda de un socio para Barça Studios tendrán que esperar al 23 de octubre.