La otra cara del rival

La alargada sombra de Figo siempre pesó demasiado

Simao se ha erigido en uno de los baluartes del Atlético Madrid. Su persona y carácter le han permitido ganarse un pequeño hueco en el complicado corazón de la familia colchonera

Tomàs Andreu

Con sólo 19 años rompió buena parte de los esquemas del fútbol portugués. Convertido en una estrella prematura, Simao alcanzó la gloria cuando se hizo público que el Barça ponía algo más de 2.330 millones de pesetas sobre la mesa para hacerse con un joven jugador que deslumbraba en el Sporting Lisboa y al que todos ya señalaban como el 'nuevo Figo'. En su día, la operación batió todo tipo de récords. Tenía por delante ocho años de contrato para amortizar su contratación y un técnico como Van Gaal que debía ayudarle a madurar y perfeccionar sus múltiples condiciones. El mundo le sonreía y Simao no podía menos que confesar su felicidad. "Acabo de cumplir mi sueño: jugar al lado de Figo. No puedo pedir más".

El sueño se desvaneció y Simao no cubrió con todas las expectativas. Un total de 87 partidos en dos temporadas y 8 raquíticos goles adornaron su paso fugaz por el Barcelona. Sin confianza y obligado a adquirir un rol secundario, finalmente aceptó su retorno al fútbol portugués después que el Benfica desembolsara 2.000 millones de las antiguas pesetas.

El eterno sucesor de Figo resurgió de sus cenizas, llegaron los primeros títulos y el mercado le perdonó su sonado fracaso en la Liga. El Atlético dio el paso al frente y le concedió una segunda oportunidad. Eso sí, con 20 millones de euros y un par de jugadores.

El portugués, más maduro y concienciado de lo mucho que se juega, no ha errado en esta ocasión. Tampoco es que lo haya tenido fácil -algo del todo imposible a orillas del Manzanares- pero sí ha demostrado que ha dejado de ser el relevo de Figo, el sucesor de Futre. Ahora sólo es Simao, y con eso le ha bastado para demostrar que es un jugador de primera línea y capaz de liderar en momentos puntuales a un conjunto del potencial del Atlético. A un paso de llegar a los 30 años, Simao no será el crack que hizo temblar los cimientos del fútbol luso, pero sí ese jugador que hace vibrar a su afición. Y no es poco.

Simao es listo, y agradecido. Hace poco más de un mes, aseguraba que "el Barça es el favorito para ganar la Liga porque mantiene su bloque y hace que la gente disfrute". Por si fuera poco, aún recordaba a Pep. "De jugador ya hablaba mucho y explicaba los detalles del juego. Como entrenador es perfecto". Todo un ejemplo de madurez. n