Koeman vuelve al 4-2-3-1

Messi ya entrena con el resto de sus compañeros

Messi ya entrena con el resto de sus compañeros / FCB

Jordi Gil

Jordi Gil

El análisis de los males del FC Barcelona, sobre todo en la última campaña, ha llevado una conclusión evidente para Ronald Koeman. El equipo necesita agitarse y una de las medidas que pueden ser más eficaces a corto plazo es con un cambio de sistema. El 4-3-3 que empezó a dar sus frutos en la era contemporánea desde el invierno del 2004 cuando llegó Edgar Davids al Barça de Rijkaard se ha convertido en previsible y poco eficaz, por lo que Koeman ha decidió volver al 4-2-3-1.

El conjunto barcelonista necesita encontrar el equilibrio entre una mayor solidez defensiva, pero que ello no signifique perder fluidez ofensiva. Este sistema permite fortalecer la medular con dos pivotes, que sirvan como elemento de protección para los cuatro jugadores de ataque.

Libertad ofensiva

Koeman entiende que el Barça tiene efectivos para obtener buenos resultados con este dispositivo y a la vez se vez un fútbol atractivo. Los dos pivote conceden mucha libertad a jugadores de la zona de tres cuartos y delantera, como Messi, Griezmann o Ansu Fati, para que puedan bascular entre líneas. El juego por bandas debe llegar por los laterales y con la ayuda de un extremo nato, ya sea Dembélé o Trincao.

Los dos pivotes deberán ser muy rigurosos en el cumplimiento de sus funciones y estar preparados para un derroche físico importante. Además, deberán tener con la colaboración de los delanteros, cuya generosidad en la presión debe ser elevada. 

No ir a remolque

Koeman quiere un equipo fuerte físicamente. En sus primeras dos semanas de entrenamiento está apretando a sus jugadores para que tengan un fondo que permita aguantar altas fases de intensidad en los partidos. El equipo no debe permitir que el rival pueda jugar con la comodidad que, por ejemplo, hicieron el Nápoles y, especialmente, el Bayern de Múnich.

Doblete con Robson

El Barça no juega de forma continuada con un doble pivote desde la temporada 1996-97 con Bobby Robson. El técnico inglés quiso proteger al equipo ante los muchos jugadores de ataque que tenía como Ronaldo, Giovanni, Figo, Luis Enrique, Óscar, Pizzi o incluso De la Peña, que en muchas ocasiones jugó de media punta. La pareja Guardiola-Popescu le daba esa seguridad y fue la utilizada en la final de la Recopa ante el PSG.

Riquelme y Ronaldinho

El doble pivote fue un recurso posteriormente para Van Gaal y Rijkaard para encajar a Riquelme y Ronaldinho, respectivamente. Antic reemplazó a Van Gaal y tuvo que sentar al argentino para jugar con un 4-4-2 y salvar la temporada, mientras que Rijkaard dispuso del 4-3-3 con el fichaje de Davids en invierno. Ronaldinho pasó a la banda izquierda, donde rindió a su mejor nivel. Dos ocasiones excepcionales pensando más en jugador individuales que en el colectivo, como ahora Koeman.