Koeman vs Simeone: El tablero de la Liga está en sus manos

Si por algo destacan Ronald Koeman y Diego Pablo Simeone es por su personalidad. Por no arrugarse ante las circunstancias por muy en contra que sople el viento. Pueden gustar más o menos sus ideas futbolísticas y sus argumentos, pero jamás se esconden a la hora de dar la cara y ofrecer explicaciones. Este próximo sábado se verán las caras el bonaerense y el de Zaandam en un partido crucial, providencial para el futuro inmediato de los equipos que dirigen y representan. 

Dos puntos por delante llega al Camp Nou en esta Jornada 34 el cuadro del ‘Cholo’ Simeone. Lo ‘lógico’ sería ver sobre la alfombra del feudo azulgrana la versión más conservadora y rancia del conjunto ‘colchonero’ (esa que esta temporada en algunos tramos nos ha hecho olvidar por momentos el técnico argentino) para rascar un punto, pero eso conlleva un peligro mayúsculo. Y es que si gana al día siguiente el Real Madrid en ese otro duelo fratricida ante el Sevilla, cuarto con 70 puntos, los de Zidane serán los nuevos líderes por el ‘goal average’ positivo con su rival ciudadano. Y estar en lo más alto con solo nueve puntos en juego no es moco de pavo. 

CUESTIÓN DE SALARIO

Volviendo a las figuras y a los personajes, dos de los grandes protagonistas de este Barça-Atlético tendrán mucho que decir en el desarrollo del espectáculo que podamos ver. Si bien es cierto que en el Atleti el ‘Cholo’ es la estrella por encima de cualquier jugador y evidentemente en el cuadro azulgrana nadie hace sombra a Leo Messi (de hecho, Simeone cobra más que cualquier futbolista, mientras que el salario de Ronald está bastante por debajo del de muchos jugadores de la plantilla), su ascendencia no deja de ser altísima.

A pesar de que Koeman es siete años mayor que Simeone (58 años por 51), han dirigido un número de partidos muy parecido. 724 el neerlandés y 712 el argentino. Dos tipos que se fajaron en su etapa de futbolistas hasta la extenuación. Central uno y pivote el otro, duros, acumulando muchas temporadas con el brazalete de capitán, líderes. La escuela argentina, la de la calle, la del talento individual, la de la pillería, contra la holandesa, la del fútbol total, asociativo, estético.  

DINÁMICAS

Si bien el Atlético fue hasta más o menos el pasado mes de enero un rodillo, una máquina casi perfecta que apenas se dejaba puntos en el camino, a partir de febrero algo se quebró. Un 2-2 en el Metropolitano frente al Celta fue el desencadenante, el detonante de un cambio de tendencia. El equipo perdió regularidad y frescura y comenzó a tropezar sin parar. Algo que no solo sembró de dudas el vestuario, sino que dio alas a sus rivales.

Por ejemplo, a un Barça que en diciembre prácticamente había tirado la toalla y daba por imposible el campeonato doméstico. “La Liga está muy difícil, no nos vamos engañar. Hay mucha diferencia y el Atlético no falla”. Palabras de Koeman hace unos cinco meses. ¡Cuánto ha cambiado todo! A pesar de que ni viéndose con tanto margen en lo más alto varió el ‘Cholo’ su discurso del “partido a partido”, acosado por la prensa tras haber dilapidado tantos puntos el argentino se quitó la presión: “Ojalá lleguemos a las últimas cinco jornadas de una Liga tan compleja como esta con opciones”. 

CAMINOS

Koeman ha tenido que remar mucho a lo largo de su carrera como técnico para llegar a dirigir el equipo de su vida. Su figura, eternamente ligada a ese zapatazo que dio la primera Champions de la historia al Barça en Wembley, impone respeto en el seno del barcelonismo. Pero eso no quita que, como decíamos, haya dado muchas vueltas hasta alcanzar esta gran oportunidad. Éxitos en la Liga de su país, tiempos convulsos en Valencia, un buen trabajo como seleccionado

r. A veces acusado de defensivo y resultadista, Ronald está exprimiendo al máximo su experiencia en el banquillo del Camp Nou; por su lado, Simeone es el gurú de la familia colchonera. Él solo fue capaz de cambiar la mentalidad de todo un club, instalado históricamente en el pesimismo (valga eso de ‘pupas’). Tras iniciarse en Argentina y pasar por el fútbol italiano, el ‘cholismo’ es santo y seña del Atlético. Hasta que él decida ponerle punto final.