Koeman, revolución a la baja

Griezmann dio la victoria al Barça en el Gamper

Griezmann dio la victoria al Barça en el Gamper / FC BARCELONA

Dídac Peyret

Dídac Peyret

En plena crisis de identidad tras el bochorno de Lisboa, Bartomeu fue a buscar a Ronald Koeman. El club necesitaba a alguien capaz de tomar decisiones, algunas dolorosas, y recuperar figuras que dieron grandeza al club en Europa.

El héroe de Wembley cumplía con ese perfil. Y, aunque desde el club se habló siempre más de renovación que de revolución, el barcelonismo exige desde entonces una sacudida importante que no llega.

Nadie imaginaba, entonces, que entre las decisiones de Koeman habría una tan impopular como la de invitar a Riqui Puig a buscarse la vida para tener continuidad.

El canterano, uno de los jugadores que más ilusiona a la afición, el paradigma de centrocampista de La Masia, no tiene sitio en este nuevo Barça con doble pivote y exceso de mediapuntas. 

Riqui resume la contradicción en la que vive el club esta temporada. La necesidad de invertir en futuro pero la urgencia de un entrenador que solo tiene opciones de sobrevivir ganando en el presente más inmediato. 

Un Barça que arrancó el Gamper con siete jugador que fueron titulares ante el Bayern y solo uno de los refuerzos de esta temporada: Coutinho.

Un Barça que empezó el partido ante el Elche con un gol de Griezmann en el primer minuto. Pero que fue perdiendo entusiasmo poco a poco. Sensaciones todas, de sobras conocidas.

Si alguien esperaba una revolución de Koeman, deberá esperar, porque la foto del Gamper se pareció demasiado a la de la temporada pasada. Un equipo pesado, que regula esfuerzos, sin la intensidad de los equipos de la élite en Europa.

Koeman sigue buscando la manera de juntar a cromos muy parecidos como Messi, Coutinho y Griezmann. Futbolistas que necesitan libertad, tener el balón mucho rato en sus pies y con tendencia a caer en las mismas zonas del campo. 

Futbolistas que, ya en el pasado, han mostrado problemas evidentes de química. En ese contexto, Ansu Fati fue oro para el equipo. El extremo volvió a demostrar que está en un momento dulce. Y que ha ganado galones.

Ansu, el futuro del Barça

Quedó claro en varias jugadas en las que, estando Messi libre de marca, decidió acabar él la jugada. Un desenlace atípico. Una imagen del crecimiento asombroso del futbolista a todos los niveles en los últimos meses de un niño de 17 años.  

Ansu rompió a su defensor una y otra vez, rondó el gol y se ofreció siempre con desmarques en ruptura. En un equipo donde todo el mundo la quiere al pie, Ansu es una bendición. En un Barça falto de vértigo, Ansu juega con una marcha más. También destacó un Coutinho que se siente importante, escogido el mejor del partido,   y que juega mucho más cómodo en esta posición de enganche, lejos de la banda. 

Él fue una de las mejores noticias de un Gamper desangelado, sin público, y que el Barça ganó por la mínima. Hubo tiempo para comprobar, también, que Dembélé sigue siendo un jugador que marca diferencias. A pesar de haber encadenado lesiones, si te encara tienes mucha opciones de pasarlo mal. Algo parecido ocurre con Trincao. 

Brotes verdes en un Barça que todavía arrastra vicios de la temporada pasada. Pero que cuenta con un entrenador dispuesto a tomar decisiones y defenderlas, algunas tan impopulares, como la de Riqui Puig.