Koeman no quiso revolucionar la capitanía del Barça

A principios de temporada se le sugirió que designara a los representantes del vestuario, sin votación

No se cuestionaba la primera capitanía de Leo Messi, pero sí el resto del escalafón

Koeman, tras empatar ante el Levante: "Me pregunto a mí mismo qué hemos hecho en el descanso"

Koeman, tras empatar ante el Levante: "Me pregunto a mí mismo qué hemos hecho en el descanso" / EFE

Albert Masnou

Albert Masnou

El respeto a los códigos eternos de los vestuarios y su talante democrático se impusieron, pero Ronald Koeman recibió a principios de temporada una sugerencia que podría haber enturbiado (más todavía) el ya por entonces caldeado ambiente del vestuario del primer equipo del FC Barcelona. El técnico neerlandés rechazó la idea de designar él a los capitanes de la plantilla. Nadie cuestionó que el brazalete debía seguir en el brazo de Leo Messi, pues su liderazgo era y sigue siendo reconocido por todos los sectores del vestuario. Pero sí la composición del resto del escalafón. Un tema que podía ser una bomba de relojería.

Únicamente Leo Messi

Por detrás de Leo Messi, los capitanes del Barça son Sergio Busquets, Gerard Piqué y Sergi Roberto. Tras el desastre de Lisboa frente al Bayern de Múnich (2-8) el proceso de descomposición estaba muy avanzado. También en un vestuario del primer equipo, en el que las bajas fueron traumáticas en muchos casos, al igual que algunas continuidades. Y no faltaron los reproches mutuos.

Al aterrizar Koeman en el convulso Camp Nou, el neerlandés se puso al día de la situación, tanto a nivel de despachos y secretaría técnica, como del vestuario. Y uno de los 'inputs' que le llegó durante estos contactos fue el descontento con algunos de los capitanes.

'Hacerse un Cruyff'

Aquellas voces críticas cuestionaban la falta de liderazgo de los capitanes en los momentos decisivos de las últimas temporadas y especialmente tras los fracasos, repetidos una campaña tras otras; y sugerían a Ronald que agarrara con firmeza las riendas de la plantilla para reconducir la situación e imponer su carisma. Y que una muestra de carácter podría ser designar él, personalmente, a los nuevos capitanes. El argumento era que técnicos del peso de Johan Cruyff o Valero Rivera ya habían actuado así en una situación similar.

Koeman se le invitó a llevar a cabo una auténtica revolución en el vestuario, acabando con la jerarquía establecida, en gran parte, dominada por la gente de la cantera para dar entrada a una nueva ola de jugadores con una mentalidad diferente. Así pues, se le invitó a que demostrara su voz de mando y pusiera por debajo de Messi a un trio compuesto por Ter Stegen, De Jong y Lenglet, por este orden.

Antes de convertirse en entrenador al máximo nivel, Koeman ha sido futbolista, y futbolista de élite y estrella de los vestuarios por los que pasó como futbolista. Una 'vaca sagrada', en la terminología de Johan Cruyff. Y además de ser estrella del Camp Nou, inició su carrera como técnico en el banquillo del Estadi, a las órdenes de Louis van Gaal.

Conocedor de la mentalidad de los jugadores top -fue uno de ellos- y de la complejidad del banquillo azulgrana, Ronald se lo estuvo pensando durante varios días pero finalmente descartó esta opción pues consideró que vulneraría los códigos básicos del vestuario e iría en contra de su propio talante democrático. Decidió que el vestuario votara quienes eran sus representantes, como hasta entonces... Y salieron escogidos los mismos capitanes.

La evolución del clima del vestuario durante la temporada, que mejoró a lo largo de los meses conforme Koeman conseguía imponer su carisma, se ha visto reflejada en el terreno de juego y en los resultados, aunque es evidente que siguen latentes las diferencias entre los diferentes bloques de la plantilla. Unas diferencias que, con más o menos intensidad, siempre afloran cuando llegan los tropiezos, como en las últimas semanas.