Kapo 013: "Pedirle resultados a Koeman era fliparse"

Bruno Feliu es periodista licenciado, freestyler, youtuber, comentarista, presentador de uno de los late night más conocidos, 'Hoy no se sale', y culé devoto

"Dormí en un cajero de Bilbao con el campeón de una competición la misma noche que la había ganado"

Bruno Feliu, Kapo 013, posando frente el campo de Marina en Barcelona

Bruno Feliu, Kapo 013, posando frente el campo de Marina en Barcelona / Javi Ferrándiz

Laia Cervelló

Laia Cervelló

En elegir fecha y día para la entrevista duda. En el lugar no. El campo de Marina, Fort Pienc, Barcelona, 08013. 013, el mismo que lleva en un apodo que ya es más conocido que su propio nombre. Bruno Feliu, o Kapo 013 en el mundo del freestyle, es una de las mejores ejemplificaciones del crecimiento exponencial de un mundo que todos los 'boomers' miramos crecer de reojo, a caballo entre el cierto recelo, curiosidad y la sensación de que pronto nos atropellará y nos hará quedar a todos desfasados. Bruno aparece con su sudadera de aires retro Kappa de un Barça en tiempos mejores, pisando sobre firme en las calles de su génesis: Su barrio. El mismo que lo vio dar sus primeros pasos, cuyo código postal lleva en el nombre artístico y que ahora lo contempla saboreando las mieles del éxito.

Alguien que sabe más de estos temas que yo me ha dicho que te pregunte que por qué ya no vas a hacer de juez en la FMS España. Miré una entrevista donde lo respondías y decías que las batallas de gallos se han ‘futbolizado’ y que por eso lo dejabas. Me hizo gracia que utilizaras el concepto ‘futbolizar’ y le dieras una connotación negativa.

Tenemos que partir de la base de que las batallas de freestyle, originalmente, eran un show totalmente artístico y se veía desde los mismos competidores y público como una cosa puramente artística. Con los años y la profesionalización del sector, se ha ido deportivizando. Eso sí que no tiene ninguna connotación ni positiva, ni negativa. Sí que es verdad que deja de verse como una cosa tan vinculada a la música para verlo como una competición deportiva en la que ellos son atletas mentales o ajedrecistas de la palabra. Vinculado a esto, hay un concepto totalmente con connotación negativa que es la futbolización de las batallas. Hay pertenencia a un equipo, o a un freestyler. En los inicios, ibas a una batalla y no conocías a nadie de los que competían. Celebrabas las rimas que te gustaban indiferentemente de quién las dijera. Con los años, se ha dado que la gente va a las batallas con su favorito y, si pierde de forma ajustada, va a haber silbidos al jurado, quejas en redes, va a haber toda esa parte del aficionado del fútbol que se pasa el día insultando o quejándose en redes sociales. El espectador pasa de ir a un evento a disfrutar a ir con unas expectativas de quién quiere que gane. Cuál es el ‘jogo bonito’ y cuál el ‘catenaccio’. Ahí se produce esa lo que llamamos, de forma despectiva, la futbolización de las batallas. Aunque luego la mayoría somos súper futboleros. De hecho, es habitual ver a competidores con camisetas de equipos. De hecho, Bnet ganó la final del mundo representando a España con la camiseta de Francia del ’98. 

Dices que se ha deportivizado. ¿En algún momento se podrá considerar un deporte?

Si la comparación son los e-sports, claramente sí. De hecho, un poco está en esa tesitura. Los e-sports y las batallas van muy de la mano en cuanto a crecimiento exponencial y cómo nace. En ese sentido sí. Si la comparación es un deporte olímpico, claramente no. Si me preguntas en qué apartado del periódico tiene que aparecer una reseña de batallas, si en cultura o en deportes, yo creo que está entre las dos. 

¿Cómo te explicas ese crecimiento tan exponencial de este sector?

Hay dos factores: El intrínseco a lo que es una batalla de freestyle, el morbo de las confrontaciones, y que ha crecido usando como medio principal Youtube y las redes sociales que han ido saliendo. La juventud, en general, su mayor fuente de consumir entretenimiento es esas redes. Entonces, el freestyle en 2004, cuando empieza a aparecer el fenómeno de Youtube, fue un contenido que nació solo pudiendo ser consumido en esa plataforma. Eso hace que, hoy en día, los que consumen contenido digital ven las batallas como algo que les ha acompañado siempre. 

Si alguien ha ido viviendo las transformaciones de este mundo ese eres tú. ¿Cómo lo has gestionado?

Hubo un boom que fue un punto de inflexión. En 2015/16 pasamos de tener un mercado muy nicho a, de golpe, ir a una discoteca en Málaga con Arkano y que nos parara igual de gente adulta yendo a casa a las 12 de la noche a chavales que salían para entrar a una discoteca. Cuando en otro momento solo te hubieran parado cuatro y de los segundos. Hubo un cambio que nos pilló a todos desprevenidos, a la industria también. Hubo mucha gente que se intentó aprovechar de que no había unos cimientos tan sólidos como para no sobre explotar el producto. Se superó ese momento y al final ha sido muy beneficioso para todos. Pero nos pilló en chanclas. El cambio de vida que sufro yo desde 2016, cuando me doy cuenta de que puedo generar contenido como periodista de un mundillo en el que llevo tantos años dentro y que ese contenido realmente tenga una audiencia gigantesca… Para mí es un game changer total. Hasta entonces estaba obsesionado en ser periodista deportivo y me di cuenta de que ese hobby también podía ser una forma de ganarme la vida de manera estable.

Streamer, youtuberfreestyler… pero has estudiado periodismo y del deportivo. ¿Por qué has decidido no quitarme el trabajo?

(ríe) El periodismo deportivo me decepcionó desde dentro. No en un mal sentido, como que esté mal montado o no sea divertido trabajar en ello, porque yo me lo pasaba súper bien. Pero es verdad que hay un poco de lucha de egos, codos, pisotones a destiempo, y a mí eso no me gustaba. Quizás porque vengo de una época del freestyle en la que, con el mismo tipo que te eliminaba 7 veces de una competición era con quien te recorrías España entera en autobús durmiendo en cajeros. Yo he estado con el campeón de una competición, el mismo día que la había ganado, durmiendo en un cajero de Bilbao para luego pillar un ALSA y volver a Barcelona. Íbamos con lo puesto y ahorrábamos todo lo que podíamos para viajar y tener la posibilidad de poder competir. Vengo de otra cultura, de empujar todos por un objetivo común y cuando trabajé de periodista lo que importaba era tener cuota de pantalla o que te publiquen más cerca de la primera página. Esa competitividad no me gustaba, no me sentía cómodo. Y más sabiendo que había mucha gente me veía como que a mí se me daba bola por tener ciertos números en redes sociales a través de cosas que no tenían nada que ver con el periodismo deportivo. Eso también me pudo hacer sentir mal en algún momento porque yo creía que si me daban bola era porque estaba trabajando bien. No descarto volver a meterme en el sector en algún momento de mi vida pero preferiría, sinceramente, seguir haciendo contenido sobre freestyle porque ahí no hay forma de demeritar lo que he hecho.

Entremos en materia. Llevas puesta una sudadera del Barça. Poco más se puede añadir, ¿no?

Empezó a gustarme el fútbol tarde, sobre los 10 años, que fue cuando pusimos el Canal + en casa y en esa época emitían partidos de la Serie A. Eran los tiempos de un Inter, una Juve y un Milan espectaculares. En ese momento era la mejor liga del mundo. Sí que estaba acostumbrado a ver con mi padre el Barça de vez en cuando en canales abiertos y pensar que eran muy malos. Pensar que a mí ver a un Giovanni o un Rochemback no me aportaban nada y, en cambio, ver a la Juve y pensar que era brutal como jugaban. Me enamoró la Juve. Me hice de la Juve. Tuve camiseta de Trezeguet. Hasta que al cabo de uno o dos años se enfrentaron al Barça en la Champions. Estaba con mi padre, que es muy culé, hasta el nivel de gritarle al televisor y ver todos los partidos que puede del filial, femenino, cadetes, primer equipo, se lo traga todo. En ese partido ganó la Juve y recuerdo no sentirme para nada feliz. Fue cuando me di cuenta de que era del Barça, aunque hubiera equipos que jugaran mejor en ese momento y que no siempre se podía ser de un equipo que ganara. De hecho, es un poco feo. Cuando empecé a tener algo de dinero trabajando me hice socio durante cuatro o cinco años. Iba mucho a ver el Barça B, fútbol sala o handbol. Lo que me entraba en el carnet. Incluso viajé con peñas de aficionados a finales de Copa. Antes de empezar a trabajar era bastante hooligan sin la connotación violenta. De hecho, una vez me quisieron pegar y yo le dije que si quería que me pegara y me torteara a gusto, pero que lo que había dicho de Cristiano Ronaldo en un bar borracho no tenía ningún valor real para mí. Pero tuve esa época. Siempre desde el punto de vista solo de diversión.

Kapo 013 durante la entrevista con SPORT

Kapo 013 durante la entrevista con SPORT / Javi Ferrándiz

¿A qué jugador del Barça le ves dotes de freestyler?

A Mingueza le gusta. A veces hablamos y me cuenta que él lo sigue. Pinto también estuvo muy vinculado y producía temas para chicos de batallas. Hay muchos futbolistas que se animan a rapear a veces. Borja Iglesias por ejemplo. Pero así uno que pueda responder rápido, sea irónico y que tenga un humor hiriente… Piqué. Solo hay que ver la entrevista con Ibai, el speech que le hace al final diciéndole que le llevaba toda la entrevista faltándole el respeto, totalmente en tono irónico jugando a esa dicotomía de que va en serio. Tiene aptitudes, seguro.

Como culé, ¿qué opinas del Barça actual?

Me parece que, por mucho que nos desesperemos como aficionados culés, es una etapa de transición muy bonita de volver a sacar a gente de la casa, aunque sea por obligación de lo mal que se ha gestionado el club. Con perdón y espero que triunfe, pero no creo que haya tanta diferencia entre un jugador del filial que tenga minutos y fichar a un Trincao por 40 millones, por ejemplo. ¿Por qué Collado no puede ser Trincao? Es una etapa que, aunque duela ver al equipo tan débil, es bonita, es necesaria y creo que va a suponer un punto de inflexión de cara a lo que puede ocurrir en los próximos años y si Laporta hace lo que ya hizo en su momento de apostar más ciegamente. El primer año de Guardiola empieza fatal. Rijkaard con el Barça no empieza automáticamente con todo de cara. Había apuestas. Un Valdés con el 26, Pedrito, Busquets… Hay que creer en la filosofía.

Creer en la filosofía… Llevas una sudadera de la era ‘Dream Team’… No puedo no preguntarte por Koeman.

No es un entrenador que me guste en lo táctico. Basándome en todos los equipos en los que ha estado. Tampoco me gusta el temperamento que tiene. Pero creo que para el ejercicio que tocaba hacer este año, y no sé si el siguiente, es alguien que tiene la valentía y la autoridad como para hacerlo bien. Y creo que lo ha hecho muy bien en ese sentido. Exigirle resultados era fliparse. En el final de temporada no ha estado a la altura, desconozco si hay cama de la plantilla o si el equipo realmente estaba cansadísimo por apostar por una plantilla muy corta. Le pondría un 6 haciendo una media entre el 4 que le pongo en resultados y el 8 que se lleva en desarrollo de jóvenes jugadores. También, si no se hubiera lesionado Ansu otro gallo hubiera cantado. Todo el odio que se pueda llevar Koeman por parte del aficionado debería ir dirigido a la gestión que se ha hecho de la plantilla y salarios en los últimos 8 años, que no en lo que ha hecho él este año que creo que es positivo.

¿Eres de los que piensa que Messi debe quedarse o que hay que empezar la revolución con un nuevo líder?

Nunca van a salir de mi boca las palabras que prefiero que Messi se vaya. Que él haga lo que prefiera. Messi es Messi. Si se queda será solo para sumar porque es incapaz de restar en un vestuario. Sí que es verdad que, si pienso en tener prisa porque los resultados lleguen, económicamente la única manera de poder maniobrar es ahorrándote la morterada que cobra Messi. Ojalá saliera de su boca que se queda y a mitad de coste. Ojalá. No creo que pase porque tiene familia y una industria detrás.

Has hecho prácticamente de todo en tu sector y otros, ¿algún proyecto nuevo que quieras explicar?

No lo he dicho en ningún sitio, tampoco sé si lo puedo decir…

Por favor, no me digas que “se vienen cositas”…

(ríe) No, no. Estoy escribiendo, bastante. Y si todo va bien es probable que a finales de este año o principios del que viene, igual publique algo por primera vez en mi vida.