Jordi Cruyff, un comodín todoterreno

Tras colgar las botas, se ha desarrollado tanto en los banquillos como en la dirección deportiva

A diferencia de su padre, ha sido una figura de consenso y se ha sentido más cómodo en un segundo plano

Jordi Cruyff vuelve al Barça

El club azulgrana ha hecho oficial la vuelta de Jordi Cruyff al Barça / FCB

Dídac Peyret

Dídac Peyret

Joan Laporta siempre ha querido tener cerca a un Cruyff. Johan fue siempre un oráculo para él, una mezcla de ídolo, amigo y referente.

En vida, Laporta siempre consultó al 'mestre' antes de decidir. Y ahora que ya no está siempre se pregunta que haría Johan si estuviera en su posición.

En su segunda etapa como presidente Laporta mantiene el 'cruyffismo' como hilo conductor de su relato. Pero no ha sido hasta ahora que lo ha reflejado con hechos. Curiosamente con los dos nombres, Xavi y Jordi, que fueron el reclamo electoral de Víctor Font, su gran rival.

El nombre de Jordi hace tiempo que está en el entorno del Barça. Incluso con figuras opuestas a su padre, porque Jordi siempre ha sido una figura de consenso. Un perfil distinto al de su padre, más intervencionista y radical en sus ideas.

Jordi se sinte más cómodo en un segundo plano y sus declaraciones siempre han sido más prudentes. Pero al igual que su padre solo se ha involucrado en proyectos que se creyera.

En esta nueva etapa Laporta ha tenido más prisa que él en que cogiera más peso en el organigrama deportivo. Cuando se anunció su nombre, se dio por hecho que venía a ser el ideólogo deportivo del primer equipo. El Txiki Begiristain de esta segunda etapa.

Laporta incluso destacó el perfil "comodín" de Jordi como opción para relevar a Koeman, Jordi se desmarcó muy pronto de estas declaraciones y se anunció que sería el director scouting internacional. Un cargo que sorprendió a más de uno, a pesar que contar con un amplio currículum internacional.

Jordi ha sido entrenador pero también director deportivo, una posición, esta última, donde se encuentra más cómodo que en los banquillos.

Tras colgar las botas en 2010, Jordi cogió experiencia como director deportivo. Lo hizo en el AEK Larnaca (2010-2012) y el Maccabi Tel Aviv (2012-2017). Dos clubes donde empezó a conocer el fútbol en los despachos.

Son años donde amplía su agenda de contactos, donde tiene que marcar la filosofía futbolística, pero donde también termina interviniendo como entrenador en el caso del Maccabi. Lo hace durante una temporada.

No será la última vez que coja las riendas de un equipo. Lo hace en la liga china, al mando del Chongqing Lifan. Pero al final de la temporada 2019 decide buscar otras opciones. Con Jordi en el banquillo, en 2019, su equipo firmó la mejor primera vuelta de su historia en la Superliga.16

Un año más tarde, en 2020, se hizo cargo de la selección de Ecuador. Una etapa particularmente corta, ya que debido a la pandemia decide 187 días después de asumir el cargo dejar el banquillo.

El 14 de agosto de 2020 comienza su segunda etapa en los banquillos de la liga china con el Shenzhen, donde logra asegurar la permanencia del equipo. Es el último episodio antes de volver al Barça, donde tras la salida de Planas, es el candidato mejor posicionado para ser el nuevo secretario técnico.