De Jong, el jefe de la sala de máquinas

El Celta de Vigo perdió en Balaídos contra el Barcelona en la última fecha

El Celta de Vigo perdió en Balaídos contra el Barcelona en la última fecha / Lavandeira jr - EFE

Toni Frieros

Toni Frieros

Si duda, fue uno de los jugadores más destacados de la primera parte, donde brilló por dos conceptos: la recuperación del balón y la conducción incluso ante la presión de jugadores rivales. En esa posición de doble pivote, siempre por la izquierda, que ha creado Ronald KoemanDe Jong se encuentra muy a gusto al lado de Busquets. No se molestan, se complementan. 

Seguramente todavía esperamos ver a De Jong con más profundidad, más presencia en ataque, pero también es cierto que eso no es lo que le pide Koeman, porque arriba ya tiene suficiente pólvora y arsenal. No lo necesita ahí. El técnico azulgrana le exige otra cosa. Y eso lo hace a las mil maravillas: control de la zona ancha, ayuda a sus compañeros, recuperación de balón y asistencias.

Con su habitual elegancia en la salida del esférico, De Jong recuperó dos balones comprometidos en la zona ancha. Su acción más brillante la vimos a la media hora, cuando con el exterior del pie derecho metió un balón en diagonal precioso al espacio por donde llegaba Griezmann. Si el francés hubiera controlado como Dios manda el esférico, se hubiera quedado solo ante el portero celtiña.

Además, tuvo la inteligencia táctica para ayudar siempre a sus compañeros cuando tenían en el esférico en el pie y si lo perdía, él fue el primero en hacer ese trabajo sordo, pero tan necesario para no sufrir: bajar a cerrar los espacios y defender, para que el Celta no atacara con espacios.

Ya con diez hombres, De Jong tuvo que escorarse más a la izquierda, para ayudar sobre todo a Pedri, nuevo en estas lides. Tiene jerarquía y tiene mando... y por algo Koeman no lo retiró del terreno de juego. Ni a él ni a Busquets. En inferioridad y contra un Celta desatado, su calma era muy necesaria.