De Jong deslumbra; este ya es el Barça de Frenkie

Al holandés solo le faltó un gol y demostró que juega con una marcha más

Desde que ha vuelto al centro del campo ha recuperado su versión más exuberante

De Jong, protagonista

De Jong, protagonista / EFE

Dídac Peyret

Dídac Peyret

Hace solo unas semanas De Jong recordó con la boca pequeña que su sitio era el centro del campo. Como central mejoró la salida de balón del Barça, pero sentía que podía dar más.

Era otro De Jong, más conectado al juego, pero sin la exuberancia de sus mejores partidos. La que está mostrando en los últimos partidos. La de un jugador que va con una marcha más. La de un jugador elegantísimo, que juega con el balón cosido al pie, con un físico asombroso.

En los últimos partidos el Barça juega al ritmo de De Jong. Su partido en La Cerámica fue una barbaridad. El de un centrocampista de época.

De esos que parecen sumar varios futbolistas en uno, de esos que son muchas cosas. Un futbolista líquido, inclasificable, porque puede ocupar diferentes posiciones y hacer cosas muy distintas.

Ante el Villarreal mostró su versión más ofensiva. Esa que estira al equipo. Esa que se convierte en un apoyo para los delanteros. Esa que merodea el gol todo el partido.

Esta vez no lo logró a pesar de tener una oportunidad clarísima en la primera mitad. De Jong recibió un centro y con toda la portería para él envió el balón al cuerpo de Asenjo.

El desenlace de la jugada sorprendió de primeras (parecía más sencillo meter ese gol que fallarlo). Pero en la repetición se vio como el balón llegó algo mordido a los pies del holandés.

No fue la última aparición del holandés en el área. Suyas fueron dos de las acciones más estéticas del partido. Dos dejadas sutiles en el área, de esas que merecen ser vistas en alta definición y con banda sonora.

Una asistencia de Ousmane Dembélé dejó al holandés en un mano a mano ante Asenjo en los últimos minutos. La situación parecía inmejorable y De Jong optó por una delicatessen. Picó el balón por encima de Asenjo y el balón no entró por muy poco.

Su partido merecía un gol que no llegó. No hizo falta para certificar que este Barça es cada vez más el Barça de De Jong. Y que el futuro de este equipo no se entiende ya sin este centrocampista arrollador.