Historia SPORT

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Jon Pascua, el técnico más atípico al frente de los porteros del Barça

Ter Stegen, entre el agradecimiento a Valverde y las nuevas ideas de Setién

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German Bona

German Bona

"El fútbol no es el fin, el fútbol es el medio". Así se presenta Jon Pascua Ibarrola en su web personal (www.jonpascua.com) a la que solo hace falta echarle una ojeada para percibir que el entrenador de porteros del FC Barcelona es un personaje atípico y con muchas cosas que explicar y decir en un mundo, el futbolístico, donde a menudo se vive en una burbuja y cuesta expresar los sentimientos.

Jon Pascua ha llegado al Barça de la mano de Quique Setién y su segundo, que es casi un primero, Eder Sarabia. Sus caminos se juntaron hace dos años y medio, cuando le propusieron ser el entrenador de porteros del Betis. Antes, la vida de este bermeano de 47 años ya había dado muchas vueltas. Y no ha sido un camino de rosas precisamente. Su padre, pescador, tenía que pasar mucho tiempo fuera de casa y su madre ayudaba a la economía familiar con trabajos eventuales, además de las labores domésticas y la educación de sus hijos Jon y Unatx, ocho años menor.

La carrera como portero de Jon Pascua, iniciada en su localidad natal de Bermeo a los 11 años, se vio truncada por un sinfín de lesiones. Estuvo inscrito en la lista de la UEFA como cuarto portero de aquel Zaragoza que conquistó la desaparecida Recopa la temporada 1994-1995, pero se retiró de forma prematura a los 29 años.

Teleoperador, estibador de buques... y llegan las exóticas aventuras

La pasión por el fútbol la canalizó Jon Pascua entrenando a los que, como él, soñaban con ser porteros profesionales. Empezó en estas tareas, nuevamente, en el Bermeo y siguió en equipos vascos para al fin recalar en la escuela de porteros de la Fundación del Athletic Club. Pero hasta llegar su primer contrato profesional, como él mismo relata, trabajó en oficios tan variopintos para ganarse el sustento como teleoperador, embalador, conductor de plataforma en aeropuertos, administrativo o estibador de buques.

Athletic, Badajoz... y de repente, recibió una oferta exótica, la del Mamelodi Sundows sudafricano entrenado en aquel momento, julio de 2010, por el español Antonio López. La aventura africana, que califica de "increíble y apasionante", duró cinco exitosos años, entre ellos la temporada larga que pasó a las órdenes de todo un mito barcelonista como Johan Neeskens, y fue donde adaptó para sí el eslógan 'The sky is the limit' (El cielo es el límite) y el dedo índice señalando el cielo para representar su filosofía y estilo de vida.

10.969 kilómetros son los que separan Pretoria de Manila, la capital filipina donde emprendió Jon Pascua una nueva aventura profesional, de tres años, como entrenador de porteros de la selección asiática. Pero como relata otra de sus frases de cabecera: "El destino siempre te encontrará".

La llamada de Quique Setién

Y este destino fue una llamada de Quique Setién y Esder Sarabia para acompañarles en el Betis cuando los verdiblancos apostaron por el cántabro en 2017. Dos temporadas en las que hubo de todo, pero el recuerdo y la huella que dejó Jon Pascua para los béticos, y viceversa, fue imborrable. En una ciudad siempre proclive al apodo, allí fue 'Tío Jon' por su familiaridad y por nunca tener un 'no' a las peticiones de fotos y autógrafos por parte de los niños. El domingo volvió a pisar el Benito Villamarín, ahora con el Barça. "Ítaca se vuelve a cruzar en el camino", escribió en su cuenta de twitter.

Los que le siguen, esperan prácticamente cada día leer una reflexión, un extracto de un libro (durante el viaje a Sevilla devoró 'Liderazgo', de Daniel Goleman) o una sentencia histórica para alimentar el alma. Pascua no es un entrenador al uso, es un enamorado de la lectura, la filosofía y la psicología aplicada al deporte, así como de la metodología, que trata ahora de inculcar a Ter Stegen, Neto e Iñaki Peña junto a José Ramón de la Fuente, con los porteros del Barça desde 2012.

Ha escrito 'Manual técnico del portero de fútbol', participa en conferencias y congresos, ofrece formación y asesoramiento deportivo y tiene también un lado solidario muy acentuado, pues apadrina niños necesitados a través de la organización de cooperación “Ayuda en acción”.

La ensaladilla rusa, su otra gran pasión

Pero como no todo es alimentar la mente, sino que también es necesario alimentar el cuerpo, se permite dar rienda suelta a su gran pasión culinaria: la ensaladilla rusa. Ya empieza a conocer los rincones de Barcelona donde satisfacer su paladar. Sin duda, Jon Pascua, se toma la vida con filosofía... y sentido del humor.