El análisis

Ivan Rakitic, rendimiento inmediato en el Barça

Desde Deco en 2004 ningún medio había jugado tanto en su primer año. Luis Enrique lo considera uno de los principales pilares de su proyecto

Los números de Rakitic y otros centrocampistas del Barça

Los números de Rakitic y otros centrocampistas del Barça / sport

Toni Frieros

Zubizarreta, el director deportivo fichado por Sandro Rosell y destituido después por Josep María Bartomeu, tomó, entre otras, dos decisiones con absoluto convencimiento y cierta antelación. Primero, atar a Marc Ter Stegen. Segundo, no permitir que Iván Rakitic se le escapara, ya que tanto Real Madrid, Atlético de Madrid y varios equipos de la Premier League andaban tras sus pasos. El FC Barcelona pagó 18 millones de euros al Sevilla por sus servicios y tres millones más en concepto de variables.

“Juega en el centro del campo, puede hacer de 8 o 10 pero también de pivote como en la selección. Tiene esa diversidad de posiciones. Es un jugador consistente, competitivo. Su paso por el Sevilla le ha dado carácter al ser el capitán. Tiene un excelente disparo desde fuera del área y de hecho, en el Barça, lo hemos sufrido nosotros. Se integra perfectamente en nuestra idea de juego”, dijo Zubizarreta de él.

Andoni tenía otras opciones en su carpesano. Por ejemplo, los alemanes Reus y Gundogan. Sin embargo, de Rakitic valoró su conocimiento del fútbol español y su gran rendimiento en la Liga. Además, casado con una española, sus probabilidades de adaptación al Barça eran altísimas.

A pesar de no ser un fichaje pedido expresamente por Luis Enrique, el croata encajaba perfectamente en la filosofía de juego del asturiano, que pide a sus jugadores la máxima entrega, competitividad y, por supuesto, rendimiento a través de la calidad individual y colectiva.

Rakitic llegó para ocupar la plaza dejada por Cesc, traspasado al Chelsea. De hecho, heredó su dorsal, el número 4 y en su primera temporada, hasta el día de hoy, ha sido un elemento determinante en el proyecto de Luis Enrique, que le ha dado la titularidad en 21 de los 30 partidos de Liga que ha disputado y en 8 de 9 de Champions.

Desde el fichaje del brasileño Deco por el FC Barcelona en la temporada 2004-2005, ningún otro centrocampista había disputado tantos minutos en partidos oficiales como Rakitic en su primer año de azulgrana, ni tan siquiera Busquets o Yaya Touré, lo que pone de manifiesto la fiabilidad del croata y su condición de “rendimiento inmediato” al que hacía referencia Zubizarreta.

Solamente hubo un  periodo durante la presente temporada en la que el rendimiento de Rakitic bajó un poco y eso le costó, por ejemplo, ser suplente en el Santiago Bernabéu ante el Real Madrid. Por lo demás, ha venido siendo habitual para el técnico asturiano en los partidos importantes, como los de la Champions League, principalmente ante Manchester City y PSG.

Rakitic gusta mucha al cuerpo técnico azulgrana, entre otras muchas cosas, por su gran disciplina táctica. Es el jugador que mejor sabe hacer la cobertura a su lateral, que normalmente suele ser Alves, de ahí que se minimice el riesgo defensivo cuando sube el brasileño. Tiene en el croata a su mejor escudero.

Su gran capacidad física, además, le permite abarcar una gran zona de terreno de juego en la medular, lo que hace que sea muy fácil asociarse con él. Sacrificado y humilde, no busca nunca el lucimiento personal y siempre piensa antes en el equipo que en él mismo.

Otra prueba de lo mucho que cuenta Luis Enrique con él son las veces que le ha dosificado y le ha dado descanso, como el sábado pasado ante el Getafe, sabedor que ahora llegan partidos muy importantes y muy seguidos, como la dura eliminatoria ante el Bayern Munich. 

La línea medular base del Barça es la que forman Rakitic, Busquets e Iniesta, intocable en los momentos más complejos de la temporada y que ha servido al equipo para poner la directa hacia los tres títulos. Si Rijkaard confió en Deco en su primer año y Guardiola en Busquets, Luis Enrique ha demostrado que Rakitic es uno de sus futbolistas de referencia. Los números no engañan.