El invierno del Barça

Messi se quedó esta vez sin marcar

Messi se quedó esta vez sin marcar / VALENTÍ ENRICH

Dídac Peyret

Dídac Peyret

Cambió el dibujo pero no cambió un Barça reincidente. Incapaz de encontrarse por mucho que Valverde sacuda al equipo una y  otra vez. Esta vez con un 4-2-3-1 para juntar a Dembélé, Messi, Griezmann y Suárez que resultó un embudo.

Renunció a un centrocampista y no mejoró la perezosa circulación de balón. Sumó un delantero más, pero apenas inquietó al colista. Sin noticias del juego en otro encuentro anodino, se sucedieron los reproches y desencuentros.

Suárez la pedía al pie y Piqué lo buscaba en largo. Umtiti resoplaba en cada contragolpe del Leganés. Y Griezmann seguía en el Atlético, desmarques sin balón que sus compañeros siguen sin saber interpretar.

Estaba avisado el Barça: había que salir mentalizado tras el parón de selecciones. Pero se repitió la historia: en los últimos siete partidos fuera de casa ha empezado perdiendo en cuatro. Y en tres de ellos ha recibido un gol antes del primer cuarto de hora.

No fue distinto en Butarque, donde el equipo tuvo que remar otra vez a contracorriente. Recortó distancias Suárez, y se igualó más el encuentro, pero el Barça ni tuvo acierto ni juego colectivo.

La segunda parte fue tan aborrecible como la primera, a pesar del intervencionismo de Valverde. Y el Barça resolvió con un gol tan feo como el partido.

A falta de fútbol, el Barça se aferra a las jugadas a balón parado. De los últimos siete goles, seis han sido en jugadas de estrategia. Esta vez con un remate torcido de Arturo Vidal tras un rechace que rompió el fuera de juego. 

Los de Valverde viven su particular invierno y resuelven por la inercia. El equipo sigue remando, pero no disfruta en el campo. Ha perdido juego y seducción. Y a la espera de recuperar sensaciones, se consuela mirando la tabla. No parece el camino más fiable para un equipo que siempre ha entendido las victorias como resultado del juego.